En mi columna de hace poco más de un año, La ruta Mérida-Cancún y anexas, les reporté cómo ICA, desde 1990, fue extendiendo la concesión de la autopista Mérida-Cancún, que debía durar 18 años. Primero, en 1994, ICA argumentó por todos los medios que la autopista no era rentable y logró que se le ampliara la concesión a 30 años para “recuperar su inversión”.
Luego, en 2013, y a pesar de que supuestamente la concesión no era negocio, mágicamente les alcanzó para adicionar los tramos Cedral-Tintal y Tintal-Playa del Carmen.
Un nuevo milagro
En 2020, ya en la época de la pureza y la dignificación del gobierno, se produjo un nuevo milagro. Fonatur, entonces de Jimmy Pons, le adjudicó directamente a ICA, y no por licitación, a diferencia de los otros tramos, un contrato para la construcción del tramo 4, justificando que la compañía ya tenía el derecho de vía de la carretera y eso facilitaría el avance de la obra. El monto fue de más de 25 mmdp.
Meses más tarde, el presidente López Obrador dijo: “Ya no hay ampliación al monto asignado. Nos vamos de acuerdo a lo pactado, a lo convenido y en el tiempo que acrodamos para concluir la obra”.
Más pronto cae un hablador...
Pero resulta que no, pues en agosto de 2021 ICA consiguió un financiamiento adicional por 2 mil 700 mdp de Banobras.
Y como, por lo visto, siguen cortos de dinero, el 9 de enero de 2022 y ante el evidente atraso que lleva la obra, la Sedena, ICA, Fonatur y la empresa Mextypsa, filial del grupo español Typsa, acordaron, en lo oscurito y al margen de toda ley o norma, un nuevo incremento al contrato.
Tome aire y respire. Esta modificación fue por 126 por ciento más del valor original del contrato, que ahora vale más de 58 mmdp.
No cabe duda que este tramo y este proyecto ha representado para ICA una mina de oro.
Siga respirando hondo porque ahí no termina la historia
También solicitó una partida adicional llamada “factor de contingencias” de 8 por ciento, que no tiene un destino ni justificación claros, pero que en otros tiempos ese ‘guardadito’ pudiera habérsele llamado un moche.
De hecho, mis fuentes me aseguran que hay una rebatinga entre abogados del consorcio encabezado por ICA, Fonatur y la Unidad de Normatividad de Contrataciones de la SHCP; a ver quién tiene la idea para ‘acomodar’ la Ley de Obras y justificar el despilfarro.
Me pregunto si la participación de la española Typsa, Mextypsa en México, en esas negociaciones podría equipararse al saqueo a los mexicanos a manos españolas. ¡Ahí no aplica la “pausa” con el gobierno español!
Mextypsa, otra de las ganadoras
Mextypsa es, sin duda, uno de los elefantes en medio de la sala en la construcción del Tren Maya, cuyo desempeño y montos de contratos adjudicados por el entonces Fonatur de Jimmy Pons, deja dudas desde que comenzó a trabajar en el proyecto.
La empresa filial del grupo español Typsa –sí, español, de quienes el Presidente se ha referido como empresas que han venido a robar al pueblo mexicano– recibió por adjudicación directa un contrato por más de 660 mdp para hacerse cargo de lo que llamaron la “oficina de gestión” del Tren Maya y también por asesoría técnica para la “estructuración del proyecto integral”.
Si bien es cierto que Grupo Typsa ha desarrollado proyectos de metros y trenes en el mundo, en México ha participado en varias obras desde hace varios años. En su momento trabajó para OHL para construir el paso inferior del segundo piso del Periférico, en la CDMX, y en la construcción de la torre de control del aeropuerto de Texcoco. También ha estado ligada a proyectos que nunca se hicieron o tuvieron problemas, como el acueducto Zapolito, el túnel Santa Fe-Polanco y el Cetram, en el Metro Chapultepec de la CDMX.
Mextypsa está involucrada desde la elaboración de las licitaciones para supervisión y construcción de la obra y ha palomeado y validado el nombre de prácticamente todas las empresas que participan en el proyecto.
Para muestra un botón
Germán Parra Saavedra, residente de obra encargado del tramo 5 sur del Tren Maya, trabaja directamente con el coordinador del tramo por parte de Mextypsa, José Luis López Zamora, un personaje que se hace pasar por ingeniero, pues no tiene cédula profesional y mucho menos experiencia en obra pública.
¡Ah, y que no se nos olvide! Según los propios comunicados de prensa de Mextypsa, había que cuidar que esta obra no afecte la enorme riqueza ambiental, cultural y social de los territorios por los que atraviesa y “ser lo más respetuoso posible con el medio ambiente, mediante la minimización de la tala de árboles”.
Vale la pena preguntarnos
¿Por qué en ese tramo hay tantos problemas?, si era el tramo técnicamente más fácil.
Esto se arregla con ‘usted disculpe’ o las demandas se darán en cascada, ya que hay millones de pesos del presupuesto público que se tiraron por negligencia, falta de profesionalismo y… contubernio. Pero no es la única, ahí esta Senermex y Deutsche Bahn, entre otros que también habrá que investigar.
¿O acaso es que Jimmy Pons les había prometido total impunidad para hacer lo que se les diera la gana? ¿Se los permitirán ahora Javier May y su equipo? Ya lo veremos.
Roberto Gil denuncia a Santiago Nieto
¡Qué les cuento!, que Roberto Gil ha denunciado a Santiago Nieto ante la FGR por haber divulgado información privada de su persona, que está protegida por los secretos fiscal, bancario y financiero, y súmele que, en reiteradas ocasiones, la SCJN ha reconocido la confidencialidad de esta información como un derecho humano. La denuncia es por los delitos contra la privacidad, debido ejercicio de la función pública y en contra de la administración de justicia. Según la denuncia, las notas publicadas no sólo citan a la UIF como fuente directa, sino que el denunciante afirma haber encontrado coincidencias prácticamente textuales entre las notas periodísticas y los reportes en posesión de la UIF, incluidos errores en cuanto a la mención de relaciones familiares o profesionales. Ah, a la demanda ya le dieron entrada en la Unidad de Delincuencia Organizada de la FGR.