Ya que apenas la semana pasada llegaron a México los primeros médicos cubanos de una segunda ronda de presunto apoyo de la dictadura caribeña a nuestro país en materia de salud, nos dimos a la tarea de averiguar bajo qué condiciones vienen los supuestos galenos a trabajar en unidades rurales del IMSS-Bienestar.
Según el convenio, firmado entre el IMSS y la denominada Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, SA, del cual, por supuesto, tengo una copia, será un total de 610 doctoras y doctores cubanos quienes cubrirán apenas parte de las 5 mil 329 vacantes médicas que no fueron reclamadas por profesionales de la salud mexicanos en zonas de alta marginación del territorio nacional. Por supuesto, ¿quién en su sano juicio querría ir a brindar atención sanitaria a riesgo de la propia seguridad, como ya se ha visto lastimosamente en crímenes contra jóvenes doctores mexicanos?
Bueno, pues lo hará, supuestamente, ese pequeño ejército de salud que nos manda el régimen de Miguel Díaz-Canel a cambio de una ‘módica’ cuota de un millón 177 mil 300 euros al mes, pagaderos al gobierno cubano a una tasa de cambio fija de 20.70 pesos por cada euro y durante un año. Los pagos se harán a una cuenta de CSMC, SA, por medio de transferencia bancaria a una cuenta del Banco Internacional de Comercio, SA, con domicilio en Inmobiliaria Monte Barreto, edificio Jerusalén, planta baja, avenida 3ra, e/78 y 80, Miramar, Playa, La Habana, Cuba.
¡Quihúboles! Y no sólo eso, sino que el IMSS, para garantizar el arribo de los primeros doctores cubanos, lo que ya ocurrió, les tuvo que depositar como anticipo 50 por ciento del monto de la primera mensualidad para garantizarle al personal cubano de la salud las condiciciones mínimas para su estadía.
Y nosotros sin quimios para los niños
Posteriormente, cubrirá las mensualidades durante los primeros 10 días de cada mes subsecuente.
Ahora bien, ¿cuánto de este dinero, de los 39 mil pesos brutos que da la operación, si dividimos el pago mesual del contrato entre el personal, lo recibirán estos doctores?
Pues dicen las malas lenguas que estos médicos están explotados y la empresa sólo les paga 100 dólares.
Ojo, eh, pues 39 mil pesos brutos es exactamente lo que pagan a los médicos especialistas en México. Por eso la cifra parece tan suspicaz.
¿Qué le parece el negocio para Cuba, la dictadura bienamada por personajes de la cuarta transformación? Bueno, por lo menos el acuerdo les impone jornadas de ocho horas diarias, en dos turnos de lunes a viernes y guardias nocturnas alternas con tres veladas a la semana.
Hay que reconocer que, ante las versiones de que en realidad los brigadistas cubanos de la salud son activistas políticos, el acuerdo firmado por Zoé Robledo, titular del IMSS, especifica condiciones laborales y hasta los requisitos para que se revaliden las credenciales profesionales de los doctores caribeños ante las autoridades mexicanas competentes: “Únicamente podrán participar efectivamente aquellos médicos y médicas especialistas que cuenten con revalidación de estudios formativos por parte de la Secretaría de Educación Pública del gobierno de México y las cédulas profesionales correspondientes”. Menos mal. Ojalá.
Otra cosa que no incluye el contrato y que no ha dicho nadie en la Secretaría de Salud, es qué y cuántas especialidades tienen estos médicos. Es decir, no sé cuántos ginecólogos, cuántos pediatras, cuántos cirujanos... no sabemos nada.
¿Pero qué hay con la evaluación de lo que hagan en nuestro país los cubanos? Pues déjenme decirles que tampoco podremos conocer sus indicadores, pues se supone –así lo dice el acuerdo– que la Secretaría de Salud (o sea que el ‘aviador’ Jorge Alcocer) medirá los resultados de la cooperación, con base en la satisfacción de los pacientes atendidos y la calificación del ejercicio médico.
Lo de la satisfacción y la felicidad de los pacientes es una tontería
De hecho, ya comenzaron las primeras quejas por parte de los médicos mexicanos. Por ejemplo, una cardióloga de Nayarit, al hablarles sobre el programa código infarto (qué es y cómo se deben tratar los pacientes con infarto en México), los médicos cubanos le preguntaron si realmente era necesario que todos los pacientes fueran a un hospital de tercer nivel. Que si no habría manera de que se quedaran en primero y segundo nivel. Así como lo están leyendo.
Hospitales de primer nivel son los centros de salud, básicos, sin mayor cosa. El segundo nivel son los hospitales generales de zona, pero no tienen servicios de cateterismo, hemodinamia ni unidades de cuidados coronarios.
De acuerdo con mi amigo y gran experto en el tema Xavier Tello, “a un paciente con infarto siempre hay que hacerle un cateterismo. No se presta a discusión. Evidentemente los médicos cubanos lo que harían con un paciente sería dejarlo en el centro de salud sin derivarlo al especialista. Es exactamente donde deben tratar las especialidades”.
“Lo que veladamente deja ver es que muchos de estos médicos evitarán derivar a los pacientes hacia los hospitales de alta especialidad. Para gastar lo menos posible. Y utilizar recursos de medicina... cubana”.
Leído lo anterior
Continua Tello: “Deberíamos de exigir, como mexicanos, que el IMSS nos dé la lista de especialidades médicas y dónde están adscritos; además de cuáles son sus objetivos de cobertura”.
“La validación de los estudios, honestamente, me da igual, porque estoy seguro que lo van a hacer por decreto”.
Veremos en qué termina esta nueva ocurrencia de la 4T.