¡Así como lo están leyendo! A continuación, podrá leer, con pesos y centavos documentados, el derroche con cargo al erario de Sedena, sin dar mayor explicación.
Como les conté en la columna En la madre… con la Cuenta Pública 2022, Sedena se ha convertido en la dependencia con mayor auge económico en los últimos años, y no sufre las restricciones que la pobreza franciscana impone.
Así la historia
Según la clasificación económica y por objeto del gasto, Sedena tuvo un presupuesto ejercido de 141 mil 201.2 mdp en 2022, en los que destacan los Servicios Personales del Capítulo 1000 y de Inversión.
Como ya le había platicado en mi columna anterior, esos 70 mil 572.9 mdp correspondieron a la nómina de la tropa, que principalmente se efectuó con algo denominado “Remuneraciones adicionales y especiales”, con 38 mil 616.4 mdp, que es casi el triple de lo gastado en las remuneraciones al personal permanente y transitorio. En castellano, los militares no viven de su sueldo, sino de esas remuneraciones adicionales y especiales.
Vaya por un cafecito
Porque está por leer lo más interesante, por no decir inquietante, en cuanto al gasto de inversión por 43 mil 492.4 mdp, tanto en el Resumen por tipos de programas y proyectos de inversión, como en el Análisis del ejercicio del Presupuesto de Egresos, el general Luis Cresencio solamente desglosó el destino de 6 mil 644.5 mdp por adquisiciones y obras, pero olvidó explicar en qué se gastaron los otros 36 mil 798.9 mdp del capítulo 4000 Transferencias a fideicomisos, mandatos y otros análogos. ¡Así como lo está leyendo! Sólo documentó 6 mil 644.5 mdp, de un total de 43 mil 492.4 mdp.
Imagínese usted haciendo eso ante el SAT. ¡Sí, ajá!
Tal vez esta falta de transparencia nos explica -inhale y exhale- dónde está la fuente de recursos inagotables para tanto viaje alrededor del mundo y el superdepa en Huixquilucan.
Lo que Sedena sí desglosó
Efectuó gastos en adquisiciones por 3 mil 218.4 mdp, en primer lugar, para seguir pagando el Boeing B-737-800 de Transporte Estratégico para uso Presidencial y del Estado Mayor, que tiene un valor actualizado de 5 mil 792.1 mdp, algo así como 321.8 mdd; también se destinaron recursos para continuar con los pagos de los seis helicópteros EC725 Super Cougar, los aviones C-295 y para los escuadrones 201, 203, 204 y 502; además, se modernizaron tres ‘activos’ (¿Cuáles? Quién sabe, pues ya ven que no dan explicación alguna), entre otros.
¡Épale, no que AMLO sólo iba a usar vuelos comerciales y que ya no hay Estado Mayor Presidencial!
En cuanto a obras, Sedena reportó un gasto de 3 mil 426.1 mdp para la modernización integral del Heroico Colegio Militar, la construcción de alojamientos para el personal en tránsito en Calakmul, Campeche, y la adecuación del Hospital Militar de zona de “Constituyentes” a de Especialidades Oftalmológicas, entre otras tantas unidades médicas.
Aquí sí aplica: los militares tendrán un servicio médico como el de Dinamarca.
Aún hay más dinero…
Y si usted creyó que eso era todo, pues no, porque según los estados financieros de Fonatur, también se transfirieron otros 52 mil 731.9 mdp a Sedena, correspondientes al Proyecto Tren Maya, que se clasificaron en Deudores Diversos por Cobrar, ya que ‘no se pudo documentar la comprobación’. ¡Quihúboles! A eso se le llama tener… mmm, dejémoslo en manga ancha, por decir lo menos.
Por no dejar
Y ya que hablo de Fonatur, a pesar de que en su cuenta pública reportó un gasto de 3 mil 162.9 mdp por servicios notariales derivados de la liberación del derecho de vía, aún no aparece ni un solo metro cuadrado dentro de la Relación de bienes inmuebles que componen el patrimonio del ente público.
P.D. Sabía usted que Fonatur Solar, SA de CV, una de las grandes ideas del sexenio, dizque para dotar de energía eléctrica al Tren Maya, fue liquidada, y pues ese fracaso lo obligó a vender el único activo que tenía, el Hotel Desert Inn Loreto, por 110.5 mdp al señor Andranik Anthony Sogoyan (famoso por haber sido capturado por el FBI).
Toda esta información la obtuve tras leer exhaustivamente la Cuenta Pública reportada por la 4, sin sistemas de Pegasus u otros, ni espiando, ¡eh!
Se vale reír o llorar, pues nos siguen diciendo que no son iguales.