¡Qué sumisión! Así como lo están leyendo.
Café con piquete
Resulta que hace unos días el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), Héctor Tejada Shaar, aplaudió “que se cree una aerolínea más para fomentar el turismo, para que haya precios económicos”. Hasta ahí íbamos bien, peeero continuó diciendo: “Yo desconozco que haya algún recurso federal para subsidiar a la ‘4T airlines’; la verdad es que yo esto sí lo desconozco”, y le siguió: “Nosotros también estamos a favor de la competencia del ‘piso parejo’, entonces esto yo tengo desconocimiento…”.
La desgracia que será la ‘4T airlines’, mejor conocida como Mexicana de Aviación, la documenté en mis columnas del 18 y 25 de agosto.
Así pues, hoy hablemos de cinco aspectos que se desprenden de tan irresponsable, por no decir abyecta, declaración:
1. Zapatero a tu zapato. De entrada, déjenme decirles que la Concanaco-Servytur es una institución histórica, creada para representar, promover y defender las actividades de comercio, los servicios y el turismo. O sea, no para ser matraquera del gobierno, porque el AIFA, el Tren Maya, Dos Bocas y la nueva aerolínea, que sí será subsidiada, como se anunció desde el mismísimo Palacio Nacional, han sido decisiones políticas, no de comercio, no de servicios, ni tampoco de turismo. Ah, y para la aviación existe la Canaero y la IATA, que agremian a expertos bien informados.
2. Los precios. Es obvio que a cualquier turista, a cualquier consumidor le interesa pagar menos. Y sin defender a las aerolíneas, me pregunto, señor Tejada, su declaración ¿en qué estudio estuvo basada?, ¿cuál es su fundamento? Pues, consultando información oficial y verificada de la Canaero, de la IATA, de Willie Walsh, y de ALTA, de Ricardo Botelho, encontré que entre 2018 y 2023 las aerolíneas del mundo mundial aportaron en cargos e impuestos 380 billones de dólares… sí, leyó bien, 380 billones de dólares. Es decir, son grandes contribuyentes para los gobiernos. De hecho, déjenme decirles que tan sólo en 2023 sus ganancias netas por cada boleto vendido fueron de 2 dólares con 25 centavos. En México, 44 por ciento del precio de un boleto se va en pagar impuestos, la TUA y el IVA; el otro 56 por ciento es de donde las líneas aéreas cubren la renta y mantenimiento de los aviones, el personal, la turbosina, los seguros, el pago de derechos por usar el espacio aéreo, limpieza, alimentos, bebidas, certificaciones, tecnología, oficinas, inversiones para la descarbonización del medio ambiente, pérdidas por afectaciones del clima y causas fortuitas o de fuerza mayor. Ah, y a diferencia de la ‘4T airlines’ que Tejada aplaude, las aerolíneas como Volaris, Viva Aerobús, Aeroméxico, etcétera, no tienen subsidio alguno del Estado, ni por el covid, siendo las aerolíneas mexicanas las únicas del mundo que no fueron apoyadas por su gobierno en la mayor crisis de la que se tenga registro.
3. Fomento turístico. Si desde la tribuna de la Concanaco se desea fomentar el turismo, habría que proponer alternativas ante la cancelación de presupuestos federales para la promoción de nuestro país. Lo que se ve es que las aerolíneas sí están haciendo su chamba, y no lo digo yo, vea las cifras de la propia AFAC, del general Enrique Vallín, que revelan que para este verano las aerolíneas mexicanas, a través de sus más de 350 aviones, ofertaron 233 rutas dentro del territorio nacional, y eso es un récord. Como también es récord el número de aeronaves que tiene la flota mexicana, que por cierto tiene una de las menores edades en toda la industria. Sí, más de 230 para las 32 entidades federativas de la República Mexicana. ¿Se le hace poco al señor Tejada? Por el contrario, podría preguntarle a las aerolíneas cómo le hacen para mantener tantas rutas, porque entérese casi 80 por ciento de pasajeros que vuelan en México se concentra en sólo siete aeropuertos: AICM, Monterrey, Guadalajara, Cancún, Los Cabos, Tijuana y Puerto Vallarta. ¡Quihúboles! Por lo que, si el presidente de la Concanaco defendiera el comercio, los servicios y el turismo –que para eso está y le pagan–, podría exhortar al gobierno a que recupere la categoría 1, que perdió hace más de dos años ante la FAA, de Estados Unidos, y que impide incrementar vuelos y destinos a las líneas aéreas. Ahí sí habría más oferta; por tanto, más competencia y, en consecuencia, mejores precios. También podría solicitar a la ‘4T airlines’ que vuele a Lázaro Cárdenas, Ixtepec, Piedras Negras, Tamuín y varios otros miniaeropuertos abandonados. Eso sí sería desarrollar nuevas regiones, pero prefiere llevarla en paz con el aplauso al ritmo… de la matraca.
4. Piso parejo. ¿Se le hace ‘piso parejo’ que las empresas privadas compitan con una que estará subsidiada indirectamente por el gobierno, a través de menores costos aeroportuarios? Porque si una empresa privada gana o pierde dinero, es cosa de sus accionistas, pero si es del Estado, ¿quién cree que paga? Si los márgenes de las aerolíneas son tan bajos, y encima de eso, la ‘4T airlines’ promete boletos 20 por ciento más baratos… ¿quién pagará ese diferencial? Pues obvio los mexicanos, de sus impuestos, incluyendo los que salen de la nómina del señor Tejada.
5. Prioridades. Si las del presidente de la Concanaco fueran, por ejemplo, el turismo, hubiese pedido que los casi 5 mil millones de pesos de Mexicana se los dieran a la Secretaría de Marina para remodelar y mantener operativo el AICM, y deje de ser una vergüenza nacional para los pasajeros nacionales y extranjeros.
¿Extraña el servilismo?
Sólo déjenme decirles que a Héctor Tejada, el bastón de mando de la Concanaco, se lo entregó, en 2021 –inhale y exhale– otro personaje sumiso… sí, ni más ni menos que Zoé Robledo, director del IMSS, quien junto con el ‘doctor muerte’, Hugo López-Gatell, y Pedro Zenteno, del ISSSTE, han dado el tiro de gracia al ya de por sí erosionado sistema de salud de nuestro país. Dios los hace y ellos se juntan.
Al parecer la verborrea y el aplauso matraquero de quedabien le asegura a algunos seguir siendo invitados a los viajes y eventos de gobierno, donde por lo visto una silla en el presídium compra el discurso que, lejos de representar sectores, los pone en vergüenza.
Lo bueno es que el año próximo habrá relevo en la Concanaco y, mientras tanto, hablar no es a fuerza.