El año pasado cuando se debatía la reforma a la subcontratación, uno de los principales argumentos en contra que tenían las empresas era que iba a elevar sus costos. Y en efecto, en este espacio mencioné que el trabajo en México tenía que ser más caro, porque resultaba muy barato por los bajos salarios y por evadir derechos laborales. Uno de estos derechos es el reparto de tan solo el 10 por ciento de las utilidades que genera en el año una empresa. En países como México, donde el salario no refleja realmente el valor que produce el factor trabajo, estos mecanismos son necesarios para pagar efectivamente la contribución que hace el trabajador para que la empresa genere utilidades.
La subcontratación se utilizaba para evadir también este pago. Bastaba con mover toda la nómina a diferentes empresas y declarar todas las utilidades en una empresa matriz donde no había casi ningún trabajador contratado. Como casi no había trabajadores en la empresa, el pago era muy cercano a cero.
El año pasado se prohibió esta práctica. Ante ello, las empresas se vieron forzadas a pagar a los trabajadores el 10 por ciento de todas las utilidades que generaron en el año, y las cifras son impresionantes. ¡En 2022 se repartieron 183 mil 249 millones de pesos! Esto equivale a un poco más que el PIB de Zacatecas o 916 coches como el que usa el piloto Checo Pérez para competir en la Fórmula 1. El incremento fue de 109 por ciento respecto a lo que las empresas repartieron el año pasado (un incremento de 95 mil 604 millones de pesos). Es importante señalar que, dado el crecimiento de la actividad económica entre 2020 y 2021, es difícil suponer que el incremento en el reparto se deba a la recuperación económica. Más bien se debe a que muchas empresas movieron a sus trabajadores de un esquema de subcontratación a trabajar en su empresa matriz, lo que obligó a las empresas a repartir utilidades por primera vez en su existencia.
Con datos del IMSS se estima que 2.9 millones de trabajadores han pasado de estar en subcontratación a trabajar en su empresa matriz; de estos, 2.7 millones (el 93 por ciento) recibió pago de utilidades por su trabajo en 2021. Con los datos del SAT se puede concluir que el número de empresas que reportó pago de utilidades creció 72.5 por ciento, lo que abona más a la hipótesis de que este incremento histórico se debe en mayor medida a la reforma de subcontratación.
La industria farmacéutica fue la que más incrementó el reparto de utilidades pasando de 750 millones a 2 mil 759 millones de pesos (incremento del 264 por ciento), le siguen comercio, minería, telefonía y banca privada. Estos sectores tienen en común que tenían mayor personal subcontratado, por lo que el incremento es explicado por los cambios en la ley.
También es importante hablar del caso de la banca privada, que si bien su reparto aumentó en menor medida que las farmacéuticas, repartió 10 mil 731 millones de pesos; es decir, es el sector que más contribuyó al reparto de utilidades. Por poner un ejemplo, algunas empresas del sector repartieron menos de 50 mil pesos de utilidades en 2021, que se dividieron entre todos sus trabajadores. Para el 2022, estas mismas empresas pagaron 4 mil 500 millones de pesos a sus trabajadores por el reparto de utilidades. Una distribución histórica, que de manera incuestionable ha cambiado la vida de muchísimos trabajadores y trabajadoras.
La reforma de subcontratación es sin duda uno de los mayores aciertos de la actual administración, pues ha contribuido enormemente a dignificar el trabajo en México a través de mejores salarios, respeto a derechos laborales como el reparto de utilidades, vacaciones, aguinaldo, entre otros. También contribuye a que gradualmente cambie la cultura laboral en nuestro país. A pesar de estas reformas, el pago al factor trabajo en México sigue siendo anormal respecto al contexto internacional, pues pasó de 30 por ciento en 2018 a 39.8 por ciento en 2020; mientras que la norma en el resto del mundo sigue siendo entre 65 por ciento y 70 por ciento. Políticas como el reparto de utilidades contribuyen a que nuestro país sea más justo, y tenga un mejor equilibrio entre el trabajador y el empresario.