Hace unos días, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) dio a conocer el costo laboral que ha tenido el incremento del salario mínimo en los últimos años. Por ejemplo, el costo de llevar a los trabajadores que al cierre de 2021 ganaban menos de los salarios mínimos vigentes este año al menos a este nivel era de 1.2 por ciento. Incluso, si se toma en cuenta el costo de integración del salario que se reporta al Seguro Social, el costo solo ascendía a 1.7 por ciento. Esto se debe principalmente a que más de tres cuartas partes de la población ocupada formal gana más de un salario mínimo, y dentro de los beneficiados por la Nueva Política de Salarios Mínimos, la mayor parte tiene un ingreso más cercano a los dos salarios mínimos.
Los costos tan pequeños nos llevan al debate sobre cuál es el efecto que el salario mínimo podría tener sobre la inflación. Al inicio de la administración, cuando el salario mínimo se duplicó en la zona fronteriza, investigadores de Banco de México se dieron a la tarea de tratar de identificar el efecto del aumento del salario mínimo en la inflación, considerando que en la frontera también se redujeron impuestos y separando los efectos de ambas políticas. El único trabajo publicado es el de Campos y Esquivel (2020), en el que concluyen que en los productos donde no se aplica el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y donde el salario mínimo hubiera tenido un mayor efecto, no tuvo ningún impacto en los precios. Otro estudio, aún no publicado de Calderón et al (2020), estima un impacto de 0.2 por ciento en productos sin IVA cuando el salario mínimo se incrementó 100 por ciento; utilizando una metodología algo controversial, encontraron un impacto de 2.56 por ciento en los productos con IVA cuando el salario mínimo subió 100 por ciento, pero este impacto fue mitigado por la reducción del IVA y el efecto total en precios fue cercano al cero por ciento en 2019.
Recientemente, la Dirección Técnica de Conasami se ha dado a la tarea de actualizar una medición del impacto del salario mínimo en la inflación de manera indirecta, para que esta sirva como uno de los elementos a considerar en la fijación del salario mínimo de 2023. Utilizando los microdatos del Censo Económico 2019 y la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM), se estima que en México el costo de todas las remuneraciones laborales (sueldos, aguinaldos, bonos y demás prestaciones sociales) en el sector manufacturero ascendió a 8.95 por ciento del costo total de las empresas en el año de 2022. Un número sorprendentemente bajo si se compara con el estándar de otros países del mundo, donde el costo laboral suele ser más alto que el resto de gastos (insumos, capital, servicios, etc.).
Para el total de la economía, se estimó que en 2018 el costo laboral ascendió a 9.47 por ciento del total de los gastos de las empresas, el cual es un poco más elevado que el costo en el sector industrial, pero sigue siendo muy bajo comparado con el resto del mundo. Actualmente, la Conasami se encuentra trabajando para estimar los costos laborales para toda la economía hasta 2022.
Estos datos nos permitirán calcular indirectamente cuál ha sido el impacto que ha tenido el salario mínimo en los precios para el sector industrial. La elasticidad estimada de los precios respecto al costo total en salarios y prestaciones para un periodo entre 2020 y 2022 es de 0.11. Esto quiere decir que el incremento de 22 por ciento que se dio al salario mínimo este año, tuvo un impacto el costo laboral de 1.02 por ciento en el sector industrial (incluyendo prestaciones), por tanto, el salario mínimo solo incrementó 0.11 por ciento la inflación. La elasticidad implícita entre inflación y salario mínimo es de 0.005, muy por debajo del promedio esperado en la literatura.
Aún falta calcular el impacto para el resto de la economía, pero estas son muy buenas noticias, ya que como se ha venido demostrando, el salario mínimo no ha tenido efectos inflacionarios. Dejando atrás este dogma y tomando en cuenta la alta concentración que existe en el mercado laboral mexicano, el Gobierno de México todavía tiene margen para seguir en la ruta de la recuperación del salario mínimo en México.