Ojalá el presidente López Obrador y el nuevo Secretario de Hacienda, Rogelio Martínez de la 0, no incrementen más los ya altos impuestos para enfrentar su déficit presupuestal y las crecientes pérdidas de Pemex y la CFE.
México se encuentra, según datos del Banco Mundial, con tasas tributarias totales sobre ganancias de 55.1 por ciento, porcentaje superior al promedio global, de 40.3 por ciento.
En Suecia, país con fama de altos impuestos, su tasa tributaria total sobre las ganancias comerciales es de 49.1 por ciento. Los servicios que presta el gobierno a los ciudadanos suecos son de mayor calidad a los otorgados por el gobierno mexicano.
En Japón los tributos sobre ganancias son de 46.7 por ciento, en Estados Unidos de 36.6 por ciento, en Noruega de 36.2 por ciento, en Canadá de 24.5 por ciento, en Dinamarca de 23.8 y en Singapur de 21.1 por ciento.
Esos países, con tasas de impuestos más bajas que México, dan a sus ciudadanos mejores carreteras, infraestructura y servicios públicos. Les garantizan a sus habitantes una paz y seguridad a su vida y propiedades mayor que en México.
Si queremos ver países con más impuestos que México, los encontramos en Latinoamérica. Ahí acontece un fenómeno mundial digno de una sección periodística que se llame ‘Aunque usted no lo crea’. Argentina, que a mediados del siglo pasado tuvo un nivel de vida mayor al de Estados Unidos, ahora enfrenta uno de los mayores empobrecimientos del mundo. Una de las principales causas son los altos impuestos, que alcanzan 106 por ciento sobre utilidades. El gobierno se lleva oficialmente todas las utilidades. Si no hubiera evasión fiscal en Argentina no habría empresas, nadie produciría ni comercializaría.
En Bolivia el porcentaje de utilidades que toma el gobierno es de 83.7 por ciento, en Venezuela de 73.3 por ciento, Nicaragua 60.6 por ciento, países con gobiernos de izquierda, donde buscan terminar con las empresas privadas. En Perú 36.8 por ciento y en Chile 34.4 por ciento, probablemente el impuesto a las ganancias más bajo de América Latina.
Si quiere el gobierno de López Obrador una economía como Argentina, Bolivia, Nicaragua o Venezuela, que suba impuestos; si busca progreso y mejorar el nivel de vida, que los reduzca a los niveles de Canadá, Noruega, Chile o Singapur.
“Más impuestos menos crecimiento” como lo demuestro en una monografía que puedes leer sin costo en cisle.org.mx