Hay varias versiones sobre quiénes y por qué mataron a 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, en un lugar a tres horas y media de donde estudiaban. La primera pregunta es, ¿para qué se desviaron a Iguala, si su destino era la Ciudad de México?
El motivo por el que los estudiantes viajaban era asistir a un mitin en Tlatelolco para recordar el 2 de octubre. No tenían motivo para ir a robar un camión a Iguala, donde su líder les ordenó tomar otro camión para llegar a la Ciudad de México. La “coincidencia” fue que ese camión estaba cargado de droga.
El cártel que dominaba la normal de Ayotzinapa los envío, es una versión, a robar la droga de otro cártel. La policía local de Iguala, al servicio del cártel “dueño” de esa droga, los bajaron de ese camión y los entregaron al cártel de esa región.
Hay una grabación de una llamada telefónica que la CIA le entregó al gobierno mexicano, donde el jefe del cártel de Iguala, que se encontraba en EU, les da la orden a sus miembros en Iguala de matar a los estudiantes, por considerarlos que estaban al servicio de otro cártel. La policía de Iguala entregó a los 43 al cártel que dominaba esa plaza, quienes los ejecutaron y pretendieron quemar sus cuerpos en un sitio cercano a un río, pero para convertirlos en cenizas se requieren horas, por lo que decidieron tirar sus restos a dicho río.
El gobierno le pide al Ejército y la Marina que inspeccionen el lugar. Contratan a un especialista en fuegos, quien les dice que convertir un cuerpo en cenizas requiere de varias horas y que ahí no estaban las cenizas de los 43 cuerpos, los que presuntamente arrojaron al río medio quemados y descuartizados.
Esa matanza de 43 jóvenes estudiantes fue debida a que su líder, al servicio de un cártel, los utilizó para robar droga de otro cártel, que se encontraba en el camión que pretendían llevarse, pero del que los bajaron policías locales al servicio del cártel dueño de la droga, a quienes se los entregaron.
Hay pseudoestudiantes que han hecho su modus vivendi de protestar contra esa matanza, pero ocultan datos que prueban que 42 estudiantes fueron utilizados por su líder, al servicio de un cártel, para robarle droga a otro cártel. No se vale vivir de los estudiantes asesinados, ocultando hechos que señalan las verdaderas causas de su muerte.