Los gobernantes de izquierda, entre ellos los mexicanos, justifican la propiedad del Estado de las principales empresas, como el petróleo y la electricidad, argumentando que garantizan la soberanía y la seguridad nacional.
Esa afirmación es falsa. Al analizar los resultados socioeconómicos de las empresas paraestatales en México, comprobamos que reducen la soberanía y la seguridad nacional.
Las pérdidas, el sobreprecio en los contratos, la contratación de personal excesivo, y sus crecientes deudas, llevan a que, en varias paraestatales, como Pemex, sus pasivos sean mayores a sus activos, y por lo tanto, el precio de ese monopolio estatal en el mercado sea de cero, no las aceptan ni regaladas.
Pemex es la empresa petrolera más endeudada del mundo, 108.1 millones de dólares. Las pérdidas de Pemex aumentaron de 148 mil 600 millones de pesos en 2018 a 224 mil 160 en 2021, es decir, crecieron en 50.8 por ciento con el actual gobierno. De enero de 2019 a junio de 2022, el gobierno le trasladó subsidios a Pemex por 792.3 mil millones de pesos. El monopolio petrolero, además de no aportar un solo peso neto a la economía nacional, hay que subsidiarlo. Sus pasivos son más del doble que sus activos.
La CFE, monopolio estatal en la generación de energía eléctrica, en 2018 tuvo ganancias por 61 mil 625 millones de pesos, en 2021 pérdidas por 106 mil 260 millones.
En EU el precio que cobran las empresas privadas eléctricas, el KWh a los negocios, es de 0.128 y ganan dinero; en México, el precio del KWh del monopolio estatal a los negocios es de 0.171, más alto que en EU, y pierde dinero. (Fuente: GlobalPetrolPrices.com)
El Banco del Bienestar, antes Bansefi, pasó de una utilidad neta de 66 mil millones de pesos en 2018 a pérdidas de 217 millones de pesos en 2021.
Nafin saltó de una ganancia de 2 mil 535 millones en 2018 a pérdidas de 6 mil 668 millones en 2021
Bancomext, en 2018 arrojó utilidades por 47 millones de pesos y en 2021 pérdidas netas por 3 mil 2 millones de pesos.
Los monopolios estatales son ineficientes, aumentaron sus pérdidas con la 4T, no benefician a los consumidores, ni son fuente de soberanía, sí de deuda y corrupción.