Luis Pazos

Cristo, víctima del populismo

En la muerte de Cristo hay una corresponsabilidad de un romano con un alto puesto en Judea y 30 judíos de la asamblea de ancianos, pero no del pueblo judío ni del Imperio romano.

Existe una discusión histórica sobre si la condena de Cristo a la crucifixión fue responsabilidad del Imperio romano o del pueblo judío. Hay quienes dicen que fue de ambos, pues se cumple el dicho de que “tanto peca el que mata la vaca, como el que le jala la pata”.

La asamblea judía de ancianos, como 30, pidió a Poncio Pilatos la crucifixión de Cristo, no el pueblo judío, que en un 99.9 por ciento no se enteró de esa petición. Pilatos, gobernador romano en Judea, al principio dijo que era inocente.

En ese tiempo, Cristo, a quien los cristianos lo consideramos Dios hecho hombre, no tenía una gran trascendencia social. Era un desconocido para la mayoría de los romanos y judíos.

Pilatos se lavó las manos, y su esposa, admiradora de Jesús, le rogó que lo dejara libre, pero ante la presión de más o menos 30 judíos del consejo de ancianos, que veían a Cristo como una competencia para allegarse seguidores, le pidieron su muerte a Pilatos.

Hay una corresponsabilidad en su muerte de un romano con un alto puesto en Judea y como 30 judíos, pero no del pueblo judío ni del Imperio romano.

La condena de Cristo por un grupo de acarreados nos deja claro el peligro social de las consultas populares, que usa AMLO para decidir varios asuntos, como la construcción de una cervecería en Mexicali, en la que en una reunión donde no estaban ni el uno por ciento de la población se rechazó.

Igual pasó con la autorización de un tren entre dos puntos en Coahuila. En una reunión con AMLO al norte de Torreón, donde la mayoría eran camioneros que cubrían ese tramo, les preguntó si querían el tren, la respuesta de esa consulta popular fue no, pues les hacía competencia a los camioneros, aunque beneficiaba a todos los habitantes de esa zona.

Las consultas populares que condenaron a la guillotina a 16 mil 594 durante la Revolución francesa, no son una muestra de justicia, sino de irresponsabilidad y de injusticia. Las consultas populares son uno de los frutos más venenosos del populismo, pues justifican arbitrariedades de gobernantes populistas, que dicen actuar en nombre del pueblo.

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