Los últimos cuatro campeones de la liga saudí (Roshn Saudi League, por motivos de patrocinio) están montando un desorden monumental en el futbol mundial.
Todo empezó con Cristiano Ronaldo, de 38 años, y el contrato que firmó por dos años a 200 millones de dólares cada uno con el Al Nassr en enero pasado, cuando en el Manchester United “solo” cobraba 27.2M, pero la cosa creció este verano y, desde afuera, se ve como una auténtica locura.
A principios de junio, Al Ittihad se llevó a la figura del Real Madrid, Karim Benzema, de 35 años, con un acuerdo por dos temporadas, con una más opcional, a cambio de 109M anuales por los 17.4M que ganaba en la capital española. El renovado “cementerio de elefantes” árabe se llevaba jugadores de altísimo nivel, pero en sus últimos años… ¿o no?
Pues no, porque Al Ahli, que no es campeón desde 2016, fichó a Riyad Mahrez -de 32 años y en plenitud tras ganar el triplete con Manchester City- con un salario de 31.6M anuales, mucho más que los 4.4M que percibía con los “Cytizens”, club que, además, recibió 38M por el traspaso.
El más grande de Arabia Saudita, Al Hilal, no se podía quedar atrás y se gastó 180M en Rúben Neves (Wolverhampton), Malcom (Zenit), Sergej Milinkovic-Savic (Lazio) y Kalidou Koulibaly (Chelsea)… y todavía ofertó 330M al París Saint-Germain por Kylian Mbappé y ¡770M por un año para el delantero francés! (tranquilos todos, al final dijo que no).
Si ya habían traído a Cristiano, en Al Nassr se encargaron de rodearlo con más talento gracias a 88M de inversión para sumar a Sadio Mané (Bayern), Seko Fofana (Lens), Marcelo Brozovic (Inter) y Alex Telles (Manchester United).
Al Ittihad y Al Ahli también trajeron más figuras del Chelsea y Liverpool, N’Golo Kanté y Fabinho, respectivamente, al primero; y Edouard Mendy y Roberto Firmino, al Al Ahli, que se trajo uno más, uno muy especial: Allan Saint-Maximin, por 30M, del Newcastle United. Pero, ¿qué tiene de particular este fichaje?
El atacante galo, de 26 años, era la cara del equipo sensación de la pasada Premier League, luego de clasificarse a Champions, cuando apenas un año antes había sufrido para evitar el descenso. El Newcastle es el eslabón que une a Al Nassr, Al Ittihad, Al Ahli y Al Hilal, convertidos a compañías y adquiridos en un 75 por ciento por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF, por sus siglas en inglés), que compró al club inglés por 409M en 2021. Con el mismo dueño, Saint-Maximin pasó de ganar 5M al año a 13M. No solo en la Liga MX hay multipropiedad.
El PIF es, básicamente, el ahorro del gobierno obtenido de sus ganancias por las ventas globales de petróleo y gas natural; es uno de los fondos de inversión más grandes del mundo -776 mil millones de dólares-, fue creado en 1971 y es controlado por el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salmán, un apasionado del futbol y quien, cuentan, ya ostenta el poder en el país en medio de los rumores que apuntan a que su padre, el rey Salmán bin Abdulaziz, de 87 años, sufre alzheimer.
El plan de privatización del PIF para la Liga Pro saudí permitirá incrementar los 120M ingresados en 2022 a 2 mil 130M para 2030. El fondo trabaja estrechamente, además, con el Ministerio de Deportes, que también es dueño de un club: Al Ettifaq, al que le invirtió 27M en fichajes -con salarios altísimos, claro- para traer a Jordan Henderson (Liverpool), Jack Hendry (Brujas) y Moussa Dembélé (Lyon).
“La Liga saudí es mejor que la MLS”, afirmó Cristiano, cuestionado sobre la llegada de Lionel Messi al Inter Miami y tras la primera oleada de fichajes saudíes. “En un año, más y más grandes jugadores vendrán a Arabia Saudita. En un año, la Liga saudí superará a Turquía y Países Bajos”.
Después, habrá que ver si estas superestrellas aguantan la vida en el país, y no es un tema de altas temperaturas, sino de cultura. Están prohibidos el cine y el teatro, al ser incompatibles con las costumbres del islamismo. La monarquía no protege la libertad de religión y el 99 por ciento de sus habitantes son musulmanes (85 por ciento suníes y 14 chiíes). Sobra hablar de las acusaciones por violaciones a derechos humanos, limitantes para las mujeres, leyes contra la comunidad LGBT -al grado de que la homosexualidad se condena incluso con pena de muerte- y, de pilón, hasta el consumo de alcohol está prohibido. Además, surgió el rumor de que el fichaje de Fabinho desde el Liverpool al Al Ittihad se iba a caer porque en Arabia Saudita la raza bulldog francés no estaba permitida al considerarse “peligrosa y agresiva” como para ser mascotas; el brasileño iba a rechazar un salario de 27M anuales, pero algunos medios dejaron la información en rumor y otros afirmaron que el club hizo una petición especial al gobierno para que dejaran entrar a los canes.
Por supuesto, estas cifras provocarán una inevitable inflación en el futbol mundial y, aunque ha habido voces que piden a la FIFA que lo regule, hay realmente poco que se pueda hacer para evitarlo.