La improvisación se relaciona con el talento, con la espontaneidad, con la iluminación. Hay jugadores que cambian un resultado con “magia”, como aquel espeso 0-0 entre México y Argentina que desatascó Lionel Messi con un zurdazo para aventajar a la Albiceleste, que saldría campeona en diciembre, en Qatar, y dejaría a México en Grupos de un Mundial por primera vez desde 1978.
En el negocio, sin embargo, la improvisación puede ser fatal.
La Selección Nacional nunca ha tenido un Messi. Bueno, a decir verdad, jugadores de tamaños similares -no entraremos en la discusión de quién es el mejor de la historia- los han tenido muy pocos: Argentina, Brasil, Uruguay, España, Francia, Alemania, Portugal, Países Bajos… lo que es un hecho es que México no, y si lo tuvo, nadie nos lo presentó. Por eso, para nosotros los mexicanos, y por más que resulte una costumbre muy mexicana, la improvisación no es una opción.
Ivar Sisniega, nuevo presidente ejecutivo de la FMF, presentó este jueves el nuevo proyecto de Selecciones. En su exposición, no dejó roto sin coser, pero no todo es miel sobre hojuelas.
Muchas cosas se hicieron bien: se detalló una estructura en la que se puso nombre y apellido al responsable de cada tarea no solo de aquí al Mundial 2026, sino hasta 2030. Más allá de los entrenadores de cada categoría, me llamaron la atención Javier Arnaiz, director de Ciencias del Deporte, y Luis Maldonado, director de Operación y Logística. ¿Por qué? No porque nadie hiciera sus funciones anteriormente, sino porque se les puso rostro ante la prensa por primera vez.
Arnaiz habló de desarrollo multidisciplinario: medicina, nutrición, preparación física, bienestar, salud mental, análisis táctico y tecnologías de análisis; trabajará estas áreas para que se nos olviden aquellos nefastos términos de ‘ratones verdes’ y ‘síndrome del Jamaicón’, y también para eliminar las críticas de sobremesa respecto a mentalidad o preparación. Si hay fallos, sabremos quién fue.
El área de Maldonado, por su parte, será responsable de coordinar los 188 partidos en todas las categorías que están agendados entre este y el próximo año: 114 las varoniles y 74 las femeniles. Que nada alrededor de la logística sirva de pretexto para fallar. Si hay errores, sabremos quién fue.
Los objetivos son muy ambiciosos: en las gráficas hablaban de Cuartos en la Copa del Mundo 2026, pero el director deportivo, Duilio Davino, se atrevió a hablar de Semifinales. Con esto en mente, se trabajan el resto de categorías.
La nueva cabeza de la FMF es una de las grandes apuestas de Juan Carlos Rodríguez, flamante comisionado presidente del futbol mexicano, para cambiarle la cara a las Selecciones y que el país pierda el miedo de hacer el ridículo en el Mundial en casa, tras la peor participación mundialista en más de 40 años.
Sisniega, quien dirigió la Conade en el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-00), fue el primer presidente deportivo de Jorge Vergara en el Guadalajara y vivió en carne propia las carencias del trabajo de fuerzas básicas en México. Su hijo, Pablo Sisniega Fink, es portero del Charlotte FC de la MLS; antes, pasó por inferiores de Chivas, Philadelphia Union y Real Sociedad. El directivo pudo ver lo que pasaba mientras picaba piedra junto a su hijo para ver dónde debía seguir su formación.
Por eso, quiere ampliar el alcance de la búsqueda de talento: que haya más canchas, monitorear cada rincón, mejores entrenadores, más clubes para desarrollar a los futbolistas encontrados e incrementar el número de afiliados a la Federación, cuya cantidad actual es superada por mucho por Estados Unidos o Canadá, países que no tienen, ni cerca, el tiempo de desarrollo y la pasión por el deporte que hay en territorio nacional. De hecho, buscará pescar en el vecino del norte, con cuatro selecciones formadas por mexicoestadounidenses.
Y es que el discurso de La Bomba no hace honor al famoso apodo del nuevo comisionado. Es todo lo contrario. Desde la tranquilidad, maduró su plan para tomar las riendas del futbol mexicano después de Yon de Luisa, el anterior presidente, quien tuvo una exitosa gestión económica, pero ruinosa en lo deportivo. Rodríguez, máximo ejecutivo de Televisa-Univisión Deportes (TUDN) hasta el año pasado, se metió en la cabeza que no se puede dejar nada a la improvisación.
Además, apela a la unión. Ayer, el evento fue conducido por periodistas de todos los medios. Antes, se acercó a muchos de ellos para exponer su plan y abrió su oficina para debatir sus ideas. Sin embargo, como prensa, hasta ahí podemos llegar.
Ya escuchamos con atención el proyecto, uno que parece no tener grietas, pero aquí va mi golpe de realidad: esta no es la primera vez que se presenta un proyecto integral a largo plazo. Quieren hacer las cosas diferentes, pero, salvo algunos detalles, no veo cosas impactantemente diferentes. Hasta el objetivo del quinto partido es el mismo -aunque, seamos honestos, no podemos esperar más-. La verdad es que vamos muy tarde y más lo pienso al hacer una pregunta que no escuché en el evento: ¿cómo van a hacer para contener la furia de uno o varios dueños que sientan vulnerados sus intereses?
Después del proyecto Selección, ahora esperamos escuchar cuál es el proyecto para evitar papelones como el de la Leagues Cup, pues no hemos escuchado balances reales sobre lo que se vivió ahí. Al contrario, por ahí, para defenderla, me tocó leer que no podría haber visita recíproca en México por la inseguridad… ¿entonces cómo harán para venir los clubes de la MLS en la Concacaf Champions Cup?
Fuera del discurso que ya escuchamos y que se oyó muy bonito, espero que, por primera vez en la historia, se priorice lo deportivo.
La tarea de Juan Carlos Rodríguez no es fácil. Debe tener contentos a los jefes, a los socios de negocio, a su equipo de trabajo y a los aficionados. Desde los medios, nosotros seremos ‘Pepe Grillo’ y le diremos cómo va.