Marcelo Flores fue fichado por Tigres, que lo compró al Arsenal, de la Premier League, tras una fallida cesión al Real Oviedo, de la Segunda División de España. Flores, cuya lengua materna no es el español y apenas lo habla, encontró en México un camino mucho más cómodo en su incipiente carrera y, a los 19 años, el joven nacido en Canadá, de padre mexicano, se une a la Liga MX.
Esa Liga MX que supuestamente debe alimentar a la Selección Nacional, en realidad, la sabotea.
Sí, es sabotaje lo que hacen muchos clubes con sus chequeras enormes y su pensamiento egoísta. No está mal que sean egoístas, pero sí está mal que no produzcan la materia prima necesaria como para que no sea un escándalo cuando repatrian jugadores. Los propios Tigres se trajeron el semestre pasado a Diego Lainez, desde el Betis (estaba prestado en el Braga) y Eugenio Pizzuto, del propio Braga.
Este mismo verano, Jesús Tecatito Corona, del Sevilla, volvió para jugar con Rayados, y Érick Gutiérrez dejó el PSV Eindhoven para fichar por el Guadalajara. Un torneo antes, el propio Monterrey se trajo a Omar Govea, del FC Voluntari rumano, al que había llegado desde el Zulte Wagerem belga. En enero también regresó Santiago Muñoz, quien se fue 18 meses cedido al Newcastle por el Santos Laguna, pero no se quedó.
Un año antes, el América repatrió a Néstor Araujo desde el Celta de Vigo; él y Tecatito son los veteranos del grupo de repatriados: 30 años de edad, la madurez absoluta del futbolista, misma que vivirán de vuelta en la Liga MX.
Estos nueve futbolistas volvieron en los últimos 14 meses y solo se fueron siete: el eterno Guillermo Ochoa, de 38 años, tras fichar por el modesto Salernitana; César Montes, desde el Monterrey al descendido Espanyol, del que fue traspasado al Almería; Jorge Sánchez, quien no triunfó en el Ajax, al que llegó en el verano de 2022, pero lo intentará en el Porto esta campaña (préstamo); Rodolfo Pizarro, alguien que cumple su sueño europeo a los 29 años, tras llegar libre al AEK Atenas desde el Inter Miami; Jordan Carrillo, quien se fue del Santos cedido al Sporting de Gijón, de Segunda, clubes del mismo dueño; Jorge Ruvalcaba, quien se fue el mes pasado al Standard Lieja desde Pumas con 22 años, y ya debutó con el equipo filial; y el orgullo de todos ahora: Santiago Giménez, delantero del Feyenoord, al que llegó la temporada pasada, la que le bastó para convertirse en ídolo y ser campeón en la Eredivisie. Alguno me dirá que Luis Chávez es el octavo, en el Dynamo de Moscú, pero en realidad la Liga rusa vale poco o nada por razones que ya se han discutido en este espacio. Por edad -aunque ya aclaramos que Ochoa es eterno-, solo cuatro aspirarían a disputar el Mundial de México 2026 en plenitud física.
El discurso no corresponde con las acciones.
Francamente sentí envidia de la mala cuando vi la convocatoria de 24 futbolistas de Estados Unidos para la Fecha FIFA que se está disputando en estos momentos: 19 futbolistas en Europa y uno en Brasil. De esos 19, seis están en la Premier, cuatro en la Serie A, tres en la Bundesliga y uno en LaLiga, los cuatro campeonatos más importantes de Europa. Además, hay jugadores en clubes como Juventus, Milan, Arsenal o PSV Eindhoven. Ese sí es un proyecto.
En cambio, México exporta poco y los que se van, los regresan pronto a billetazos. Definitivamente, el motivo NO es la barrabasada que dijo Helmut Marko, asesor de Red Bull, quien, tras trastabillar al llamar “sudamericano” a Sergio Pérez, culpó al origen latino del mexicano para justificar que no esté en el mismo nivel mental que Max Verstappen. Sí culpo, desde mi humilde opinión, a la formación del futbolista mexicano.
Uruguay, por ejemplo, tiene 3.4 millones de habitantes, y se encuentra entre los 10 países que más jugadores exportan en el mundo, con 338, es el que más tiene con relación a su población. Hay 16 en LaLiga -al menos uno en Real Madrid, Barcelona y Atlético-; nueve en Serie A, tres en Premier League, incluidas figuras en Liverpool y Tottenham.
Bueno, pues seré simple: veo dos motivos, ‘hambre’ y ‘pensar demasiado en el presente’. El futbolista mexicano no necesita dejar México para triunfar en lo económico y convertirse en ídolo; tampoco piensa mucho en que si no le están saliendo las cosas este año, siempre habrá otro, y otro, y otro… se desesperan, y en la desesperación, llega el billetazo de Tigres, Monterrey y, en menor medida, de América, Chivas o Cruz Azul y, pues, pa’trás.
Hace tiempo, el papá de Marcelo Flores dijo que no contemplaba que su hijo jugara alguna vez en su vida en la Liga MX, ahora los Tigres, mágicamente, le ofrecieron un proyecto deportivo más atractivo que seguir picando en las inferiores del Arsenal.
En Argentina, ‘odian’ cuando les ‘roban’ un futbolista para jugar en Europa, pues sus clubes son incapaces de retenerlos. Celebran el regreso de alguna estrella porque los volverán a ver y, realmente, es extraño cuando pasa. Tienen más de 3 mil jugadores fuera.
La verdad, hoy quería hablar del kick off de la temporada 2023 de la NFL, lo tendré que hacer la semana que entra. Hoy, a tres años del Mundial en casa y ante la poca materia prima para ilusionarse, me ganó la frustración.