Tiro al blanco

Los bandazos de Lillini

Los movimientos en la estructura de menores con el directivo argentino han sido muy continuos, y sus pleitos con algunos de los entrenadores, muy sonados.

La Selección Mexicana Sub 17 perdió 5-0 ante Mali en Octavos del Mundial, en noviembre pasado. La dolorosa derrota le costó el puesto a Raúl Chabrand, uno de los entrenadores mexicanos de menores más exitosos y con mejor trayectoria en estas categorías.

México no pudo hacerle frente a un equipo notablemente más potente físicamente, que perdió dos partidos, ante España y Francia -en Semifinales-, y que le puso una tunda de 3-0 a Argentina en el duelo por el tercer lugar.

Las derrotas de los de Chabrand fueron ante Mali y Alemania, eventual campeón.

Evidentemente el resultado es muy malo, por más factores positivos o atenuantes que se le quieran ver, pero, una vez más, como pasa demasiado seguido en el futbol nacional, el hilo se rompió por lo más delgado: entrenador y auxiliar están fuera, pues a la salida anunciada ayer de Chabrand, se suma Alberto Rodríguez, quien se fue el pasado 29 de noviembre.

Aunque no lo hará propiamente en lugar de Chabrand, a la Sub 20 llega Eduardo Arce, un joven entrenador de 34 años, quien viene de un fracaso en el Puebla: 14 derrotas en 23 partidos de Liga dirigidos, por solo 6 victorias. Arce era el auxiliar de Nicolás Larcamón en La Franja, pero únicamente en su primer torneo logró mantener la inercia que había dejado el estratega uruguayo. Arce, quien contará con Alfredo Tena como auxiliar, salió del equipo camotero en su segundo campeonato luego de un empate y cuatro derrotas.

Además, los antecedentes de carácter en el entrenador son, por decir lo menos, explosivos. Arce ha vivido varios episodios por su inestabilidad emocional. Además de los rumores sobre que llegó a retar a golpes a algún jugador en el vestidor poblano, también vivió un famoso capítulo cuando, a vista de todos, esperó a Javier Correa, del Santos, para encararlo. También está documentada su mecha corta en diversas conferencias de prensa.

El nuevo técnico Sub 20 del Tricolor tuvo una discreta carrera como futbolista. Apenas jugó un puñado de partidos con el Atlante y el mismo Puebla en Primera. Como entrenador, dirigió las categorías Sub 15, Sub 17 y Sub 20 del conjunto camotero, sin sacar jugadores destacados. Eso sí, es hijo de José Luis Arce, renombrado formador de futbolistas que pasó por Necaxa, Atlante, América, Lobos BUAP y Pumas, y era coordinador de Selecciones Menores cuando el título Sub 17 de 2005. Además, fue vicepresidente deportivo del Club Universidad a finales de la década pasada. Este antecedente puede ser bueno o malo -véalo como usted guste-, pero definitivamente debió influir en Andrés Lillini, actual líder de categorías menores de México, y ex entrenador auriazul, pues José Luis y Andrés coincidieron en el cuadro universitario.

Lillini, entonces, reestructura la categoría con gente de confianza, aunque no necesariamente con gente mejor. Chabrand tuvo una efectividad de triunfos del 61 por ciento con la Sub 17 y del 86 por ciento en la Sub 21. En clubes, con equipos Sub 20, fue campeón con Atlas y Monterrey, y subcampeón dos veces con Xolos. Entre otros, es el responsable de formar a Jesús “Tecatito” Corona (Monterrey), Luis Chávez y Víctor Guzmán (Tijuana), y Ozziel Herrera (Atlas). Fue tercer lugar y subcampeón en el torneo Maurice Revello (antes Esperanzas de Toulon) con el Tricolor, y sus equipos tenían claridad técnica y táctica. Su salida, por más que la derrota ante Mali haya sido escandalosa y muy dolorosa, no tiene sentido.

Los movimientos en la estructura de menores con el directivo argentino han sido muy continuos, y sus pleitos con algunos de los entrenadores, muy sonados (aunque ninguno confirmado, cuentan las malas lenguas que incluso se retó a golpes con Gerardo Espinoza, entonces en la Sub 23).

Para solucionar la tensión y mantener a Espinoza, Duilio Davino, cabeza de Selecciones Nacionales, se hizo cargo de la categoría Sub 23 y luego fue el encargado de palomear la llegada de Ricardo Cadena, tras la salida de Espinoza, quien dejó su puesto para tomar al propio Puebla, pese a que no pudo hacerlo por la regla que impide a entrenadores renunciar a una Selección Nacional para tomar a un club de la Liga MX en el mismo semestre (algo un tanto absurdo, a decir verdad).

El único éxito atribuible al nuevo titular de Selecciones Menores hasta ahora es el oro en Centroamericanos… que ganó el propio Espinoza.

De la estructura que Lillini presentó el pasado 31 de mayo, ya se fueron Espinoza (Sub 23), Chabrand (Sub 20 y luego Sub 17) y Carlos Cariño (Sub 20, aunque aparentemente él va a seguir, pero en otra posición), y solo quedan Alex Diego (Sub 18) y José Antonio “Gringo” Castro (Sub 15); también continúa Omar Tapia (Sub 16), pero él fue anunciado después.

El proyecto de Lillini, en realidad, no tiene pies ni cabeza y la decisión de quitar a uno de los técnicos más laureados y con mayor experiencia en menores, para traer a un técnico que no ha arrojado resultados ni tiene recorrido, pero es incondicional, es el botón que necesitamos de muestra. Ojalá rectifique, que su puesto es clave para el presente y futuro del futbol nacional.

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