El miércoles, en la semifinal de la Supercopa de España entre Real Madrid y Atlético, el alemán Toni Kroos ingresó al partido en el segundo tiempo acompañado de una sonora pitada que demostraba una sangre caliente que la afición saudí no ha manifestado toda la temporada de su Liga local. Para el fino mediocampista —fino en el campo y fuera de él—, la reacción fue: “¡Eso fue divertido! Extraordinaria afición”, escribió en su cuenta de X, antes Twitter.
Kroos fue muy crítico contra los jugadores que se fueron a Arabia Saudita a cambio de carretadas de dólares. “Se ha llegado a comentar que allí se juega un futbol ambicioso, pero todo gira en torno al dinero. Irse a Arabia es una decisión por dinero y contra el futbol”.
Hacia el final del año, Karim Benzema desapareció unos días y la prensa árabe especuló con que el francés se había fugado, luego de una derrota dolorosa del Al Ittihad. Aunque después se aclaró que el delantero francés había solicitado un permiso para tratar una lesión en su país, en medio de la pausa que el campeonato iba a tener hasta principios de febrero, los malos pensamientos estaban plenamente justificados. Aunque percibe 200 millones de dólares por temporada, su nombre suena para reforzar al Arsenal, Chelsea o Manchester United. El compañero de Benzema, Jota, un prometedor extremo portugués de solo 24 años, llegó desde el Celtic esta temporada a cambio de 10 millones de dólares anuales; aún así, ni siquiera lo inscribieron en la Liga por órdenes del exentrenador Nuno Espirito Santo. Sobra el dinero…
Otro gran nombre que quiere salir de la Saudi Pro League es Jordan Henderson. El excapitán del Liverpool dejó a los Reds a cambio de un salario de 40 millones de dólares por temporada, pero está dispuesto a renunciar a todo. El inglés, un conocido aliado de la comunidad LGBTQ+, ha sido duramente criticado por jugar en un país donde están prohibidas las relaciones homosexuales. Además, no la pasa bien con el Al Ettifaq, un equipo que no llena ni el 30 por ciento de su estadio en promedio, la gente no muestra pasión por el juego y, además, los resultados han sido muy malos, al grado de que el entrenador, Steven Gerrard, está en la cuerda floja, y él fue el principal motivo —independientemente del dinero— por el que aceptó la oferta saudí. Ahora lo quieren Ajax, Celtic y otros clubes alemanes e ingleses.
Las críticas de Kroos arreciaron cuando, a finales de agosto, calificó como “vergonzoso” el fichaje del prometedor Gabri Veiga por el Al Ahli, pese a ofertas de Napoli —cuyo fichaje estaba a una firma de distancia—, Newcastle y hasta interés del Real Madrid. El gallego, de 21 años, dejó al Celta a cambió del pago de su cláusula de rescisión (44 millones de dólares) y un contrato de 26.5 millones por 3 años. Para hacerlo, en una negociación que hizo su hermana, firmó por 4 millones de euros con Pini Zahavi, quien incumplió su promesa de llevarlo a un club grande Europa y lo terminó subastando al Al Ahli. A sus agentes de siempre, los que lo apoyaron cuando era un canterano sin recursos, los despidió por WhatsApp; a sus compañeros en el Celta de Vigo ni siquiera les dijo adiós. Él dice no estar arrepentido de su decisión, pero habrá que ver si mantiene su progresión en Selecciones menores y luego se cuela a la mayor de forma consistente, sobre todo porque su rendimiento ha sido de regular a pobre.
Al legendario exjugador del Liverpool, Roberto Firmino, se le vio festejar con brincos la victoria de los Reds ante el Newcastle a fin de año. El brasileño es otro que no está contento, pese a ganar 66 millones de dólares al año, luego de sumar apenas 3 goles en 19 partidos con el mismo Al Ahli de Gabri. A otro ex de la Premier, Rubén Neves, quien también ha sido sumamente criticado por emigrar a la liga saudí con apenas 26 años, lo han ligado con su vuelta a Europa. El portugués percibe 20.5 millones de dólares al año con el Al Hilal y es uno de los pocos que aceptó que su traspaso desde el Wolverhampton sí tuvo que ver con dinero. Sin embargo, pese a ofertas en Inglaterra del Arsenal y Newcastle, al parecer el jugador va a aguantar porque, como todos los futbolistas mencionados, tiene un candado: el fisco.
Resulta que para disfrutar de los beneficios fiscales de Arabia Saudita, que implica recibir su sueldo íntegro, deben permanecer en el país al menos dos años, lo que significa que Henderson, por ejemplo, tendría que seguir un año y medio más para no tener que pagar 8 millones de dólares de los 40 millones que recibe cada año; de lo contrario, deberá abonar ese dinero más la compensación por romper de forma anticipada su contrato. En estos momentos está en una cárcel de oro.
Este domingo se juega la Final de la Supercopa en Arabia Saudita. Un Clásico más, uno oficial, fuera de España. Real Madrid y Barcelona se enfrentarán ante a un estadio repleto, un lleno que no han logrado garantizar los clubes árabes con todo y sus superestrellas. Kroos, quien decidió retirarse de la Selección alemana un año antes del Mundial para, entre otras razones, no tener que ir a Qatar, seguramente jugará y, una vez más, será abucheado. Al final, el “8″ blanco recordará esos pitidos como una anécdota y volverá a su casa en Madrid, algo que, muy a su pesar, no pueden decir Benzema, Firmino o Hernderson cuando terminan sus encuentros.