“Chicharito” en Modo Carrera del FIFA: completado con éxito.
El 30 de julio de 2010 fue inaugurado el Estado Omnilife -ahora tiene otro nombre- en una fiesta descomunal, ante un lleno pletórico. Ese día no solo se abría el inmueble prometido por Jorge Vergara cuando compró al Guadalajara unos años antes, también se realizaba un ritual en el que las Chivas entregaban a su gran joya a su nuevo club, el Manchester United.
Aquel juego, hace casi 14 años, fue la última vez que Javier Hernández vistió la camiseta rojiblanca. También fue el día en que Chicharito marcó su último gol con el equipo de sus amores. Aquel fue un remate de zurda que se coló pegado al poste de Tomasz Kuszczak. El festejo de CH14 no fue como tal un festejo, sino un agradecimiento. Juntó sus manos y, sin sonreír, hizo una reverencia al público mientras le hacían ‘piña’ Bofo Bautista y Venado Medina, justo antes de que llegaran todos los demás. El primer gol en la historia del estadio. El delantero jugó 45 minutos con el Rebaño, dejó su lugar al descanso para aparecer en el segundo tiempo ya con la camiseta negra del ManUnited y debutar con los Red Devils frente a su ahora exafición. No recuerdo una ovación tan grande para un nuevo ‘rival’.
El 8 de abril de 2010, un jovencísimo Hernández Balcázar aparecía escoltado por David Gill, entonces CEO del Manchester United, y Jorge Vergara, propietario y presidente del Guadalajara, desde un palco de Old Trafford. Era la presentación del delantero mexicano sensación.
Para recordar un poco el contexto. El United venía de una seguidilla de resultados negativos y, en esos tiempos, los resultados y las exigencias eran unas completamente distintas a las actuales. Sir Alex Ferguson contaba con un equipazo, pero acababa de perder unos meses antes a Cristiano Ronaldo, quien se había marchado al Real Madrid.
El día anterior a la fecha de presentación con su nuevo equipo, el United había quedado eliminado de la Champions League en Cuartos de Final, ante el Bayern Múnich; en la Liga, acaba de perder ante el Chelsea, que a la postre terminó campeón de la Premier, un punto arriba de los Red Devils. Chicharito era, por decirlo así, una aspirina para calmar a la afición mancuniana… ¿en serio, un mexicano ayudaría para eso?
Quizá en el Manchester United aún no lo dimensionaban, pero lo de Javier era una locura en ese entonces. Por una concentración de cara al Mundial de Sudáfrica que inició en abril, el ‘14′ ya no jugó más con unas Chivas de récord. El Guadalajara ganó los primeros ocho juegos del torneo con Chícharo como estandarte: doblete ante Toluca, doblete ante Tigres, doblete ante Estudiantes Tecos, gol ante Querétaro, gol ante el Atlante: ocho goles en los primeros cinco juegos; después, en las fechas 11 y 12, ante Rayados y Santos, hizo sendas anotaciones que le permitieron llegar a diez tantos y terminar campeón de goleo (junto a Johan Fano y Hérculez Gómez) pese a que ya no volvió a jugar con el Rebaño, pues la Selección Mexicana se concentró desde abril de cara al Mundial de Sudáfrica 2010 y estar ausente en los últimos cinco juegos del torneo.
Su trayectoria en Europa está por demás recordarla: Manchester United, Real Madrid, Bayer Leverkusen, West Ham y Sevilla, antes de recalar en el LA Galaxy. Desde su salida del Leverkusen, los aficionados al Guadalajara han suspirado por el regreso del goleador al equipo de sus amores.
En estos largos casi 14 años, Hernández Balcázar ha cambiado brutalmente. Después de hacerse con la titularidad en el Guadalajara, por ahí de 2009, me tocó hacerle una entrevista telefónica que se fue pasando de la cancha a sus aficiones fuera de ella, y recuerdo que contó su afición por el juego de FIFA y cómo se seleccionaba como él mismo en modo carrera. En aquella entrevista, Chicharito hablaba de que siempre arrancaba con el Guadalajara y pasaba por clubes de Inglaterra y España. Aunque relató que escogía diferentes clubes durante su “periplo europeo” en el FIFA, en respuesta a la pregunta de: “¿con quién te retiras en tu modo carrera?”, en todas las ocasiones lo hacía “con mis Chivas”.
Javier Hernández vuelve a México después de haber hecho realidad su modo carrera. Se fue, se disciplinó, se independizó (vivió sus primeros momentos en Inglaterra con sus padres y hermana), consolidó su carrera, hizo familia, hizo fama, hizo dinero, cambió de forma de pensar -o liberó sus pensamientos, mejor dicho-, y ahora volvió.
El sábado, el mismo estadio nuevo que dejó, lo va a acoger con la misma emoción que lo despidió. El cuento de hadas se hizo realidad. Con el mismo número que vistió su papá, con la misma camiseta que vistió su abuelo, con la misma sonrisa con la que festeja cada uno de sus goles, Javier Chicharito vuelve a casa. Un fichaje que ilusiona al Guadalajara, a su afición y, claro que sí, a la Liga MX, a la que le urge tener más ídolos en sus canchas.