Tiro al blanco

Gago: Para perder, hay formas

La forma de perder con Pauno y con Gago son diametralmente opuestas. La forma de comprometerse en sus declaraciones es completamente diferente entre el serbio y el argentino.

Qué difícil debe ser mantener la calma y no tomar una decisión arrebatada después del papelón del Guadalajara el miércoles en la Concacaf Champions Cup.

Una dolorosísima derrota en casa por goleada ante el América, tu rival más odiado, que fue precedida por un 3-0 igualito que le endilgó el Cruz Azul en el Azteca. Mañana, Chivas debe rehacerse para recibir al León antes de preparar una salida digna del torneo continental en la casa de las Águilas, donde tendrá que dar la cara a su afición capitalina con el miedo de volver a salir trasquilado del partido. Miedo es la palabra, miedo porque esa era la expresión de Fernando Gago cuando cayó el primer gol azulcrema en el Akron, un absurdo penal producto del desconcierto defensivo ocasionado por una decisión táctica más que cuestionable, pero que el orgullo impidió corregir. El entrenador improvisó con un mediocampista como Eduardo Torres para tercer central, y así formar una línea de tres que le diera superioridad numérica ante un equipo con dos delanteros nominales, al menos así lo explicó él mismo.

La intención de Gago “era ser más profundo” y permitir al lateral derecho, Alan Mozo, subir con mayor libertad, de acuerdo con sus declaraciones pospartido. El equipo nunca se acomodó y a Gago nunca le importó corregir. Después, Lalo se hizo expulsar con una segunda amarilla en un choque con Julián Quiñones y el Rebaño se desbalagó. Desorden ante un depredador que olió sangre y se despachó con dos goles más sin siquiera pisar plenamente el acelerador.

Antes, al irse al descanso, un conato de bronca manifestó abiertamente la frustración de un Guadalajara que no tenía armas para defenderse. Por eso dolió tanto el festejo -un pelín descompuesto y fuera de lugar- de Andre Jardine, el técnico del América, que le dio dos vueltas a su rival y, de cualquier modo, al menos en sus declaraciones pospartido, mostró mesura y respeto. Con el segundo tanto, el brasileño hizo la ‘roqueseñal’ en dirección de la banca rojiblanca.

Con indolencia, el argentino soportó que le pasearan la pelota y luego dieran la estocada fatal a las ilusiones de millones de aficionados rojiblancos. Ante la impotencia de “Chicharito”, quien salió a ofrecer disculpas, Gago solo justificó sus decisiones, sin un ápice de humildad.

“Hubo momentos donde el equipo estuvo posicionado mejor, lo jugó mejor y necesitamos jugar con más autoridad, por mayor tiempo de partido”. Sí, Fernando Gago encontró momentos del partido en que su equipo fue “mejor” que el rival. El tema es que nadie más lo vio.

Fernando Hierro llegó hace poco más de un año para reformar a un Guadalajara roto. Su llegada se notó de inmediato con la elección de un técnico como Veljko Paunovic, quien hizo jugar bien al equipo en cuanto a orden, pero, sobre todo, en cuanto a actitud. La forma de perder con Pauno y con Gago son diametralmente opuestas. La forma de comprometerse en sus declaraciones es completamente diferente entre el serbio y el argentino. No percibo “sangre chiva” cuando habla el actual pastor rojiblanco.

Pese a la seguidilla de victorias de semanas atrás, Gago jamás mostró optimismo. Aplicó la del Cholo Simeone y su ya célebre “partido a partido”. Quizá, se curaba en salud.

Ahora, el dueño del Guadalajara, Amaury Vergara, deberá confiar en su directiva, a la que entregó toda su confianza y que espera que no le falle como ya lo hicieron muchas otras antes. Su paciencia ha sido ejemplar en muchas ocasiones, a veces, en extremo, pero debe ser muy complicado recibir un palo así y ser respetuoso; afecta todo el trabajo alrededor en términos de acercamiento a la afición, marketing, producción, instalaciones, fuerzas básicas, todo eso que se ha hecho de manera fantástica y que queda en segundo plano con un mazazo así.

La nave de Gago parece a punto de naufragar, más allá del resultado, es porque los rostros y la actitud de sus jugadores no parecen respaldar su proyecto. León y dos clásicos más contra las Águilas son tres partidos en los que debe cambiar la cara del equipo diametralmente. Aunque en Chivas suele haber paciencia y se evita cortar procesos a medio torneo, hay decisiones que pueden ser inevitables. Por ahora, un solo consejo, si me lo permite, para el técnico, antiguo jugador de clubes como Boca Juniors, Real Madrid, Roma o Vélez Sarsfield: autocrítica. Ojalá lo tome.

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