Pues no hubo sorpresa en la selección de Morena. Claudia Sheinbaum es su coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, y Marcelo Ebrard se queja de que el proceso no fue limpio, y exige que se reponga. No le hicieron caso, y ahora no queda claro qué hará Ebrard, porque ha dicho que no tienen cabida en Morena, mientras su gente cercana ha dicho que seguirá en el movimiento. Parece que la próxima semana sabremos qué dirección tomarán, y entonces podremos plantear con más claridad los escenarios para 2024.
Aprovecho entonces para comentarle acerca de las quejas que tenía con INEGI con motivo de las nuevas series, ahora con año base 2018. Le dije que era la primera vez que el Instituto cambiaba esa referencia en un periodo de cinco años, porque en las anteriores eso había ocurrido cada 10. No es así, estaba equivocado. La primera vez que INEGI cambió año base en un periodo de cinco años fue en 2008. No recordaba eso porque no se publicaron todas las series, y luego fueron reemplazadas muy rápido por el año base 2013, pero las series existen, y pueden encontrarse en el Banco de Información Económica de INEGI, bajo el enlace a “series que ya no se actualizan”. Así que yo estaba equivocado en esto.
Mi otra queja, que ya había externado desde antes, tiene que ver con datos anómalos que se han publicado desde octubre de 2022, especialmente en el sector secundario, la industria. Me refiero a datos fuera de lo normal en sectores como “servicios especializados de la minería”, “obras de ingeniería civil” o “derivados de petróleo”. Lo relacionado con el petróleo tiene que ver con información que provee Pemex a INEGI, y sigo teniendo dudas al respecto.
En la construcción, los datos raros parecen ser correctos, pero provienen prácticamente por completo también del gobierno. De 2022 a 2023 tuvimos un incremento en el valor mensual de la construcción de 5 mil 400 millones de pesos. De eso, 4 mil 700 millones provienen de obras de gobierno. Aquí sí hay algo que debe revisar INEGI, y es la clasificación entre privado y público que utilizaron para las nuevas series en el indicador de inversión fija bruta. Ahí aparece un crecimiento en la construcción privada que no tiene respaldo en los datos de la Encuesta de Empresas de la Construcción (ENEC). No se trata de datos inventados, ni mucho menos, sino simplemente de la asignación correcta entre público y privado, algo que no es fácil de hacer, especialmente si hay subcontratación. Ya nos dirán en el futuro.
Como sea, el gran crecimiento de la construcción en lo que va de 2023 se explica casi por completo por las obras del Tren Maya (en Campeche se va 25 por ciento del incremento, en Quintana Roo 40 por ciento), y en obras de Pemex (Campeche 7 por ciento, Oaxaca 12 por ciento). En la suma, 84 por ciento del crecimiento en la construcción es resultado de dinero público en obras que no se recuperarán, como el mismo Presidente lo ha dicho ya. En consecuencia, aunque parece una excelente noticia, realmente no lo es. Sí hay construcción hoy, pero no habrá mayor producción mañana.
El otro componente de la inversión es maquinaria y equipo. También hay un gran crecimiento en lo que va del año, pero prácticamente todo ocurre con el componente importado. Son las empresas que están aprovechando el dólar barato para comprar lo que no pudieron adquirir en los cinco años previos. Qué bueno que están tapando el agujero, pero no espere usted que los niveles se mantengan conforme el dólar se estabiliza.
En suma, hay inversión, pero no confíe en que se mantenga por mucho tiempo.