Fuera de la Caja

Votos

Cuando es difícil encuestar o aparecen muchas encuestas increíbles, sirve irse a los votos. Ahí están.

En 2018, López Obrador ganó la Presidencia con 53.2 por ciento de los votos, con una asistencia a urnas de 63.5 por ciento del padrón electoral. En 2021, su coalición obtuvo 45.5 por ciento de la votación (aunque después se restó una parte, por la pérdida de registro de partidos pequeños), con una asistencia de 52.7 por ciento. La aprobación que tenía AMLO en el trimestre previo a la elección era de 64 por ciento (57 por ciento considerando sólo las empresas que me parecen creíbles, como lo comentamos el lunes).

Estamos terminando el primer mes del trimestre previo a la elección, de forma que no hay aún mediciones, pero del trimestre pasado, el promedio de las empresas creíbles es de 54 por ciento, y el total de las que considera Oraculus es de 67 por ciento. No hay una diferencia significativa con 2021, me parece, pero insisto en que el periodo relevante está corriendo.

El 60 por ciento de los votos en México se concentra en 10 entidades federativas. La más grande es el Estado de México, donde AMLO obtuvo 54.4 por ciento en 2018, pero su coalición no llegó a 45 por ciento en 2021. El año pasado, en elección estatal, hubo una participación muy baja, en parte por la estrategia de asegurar que la elección ya estaba resuelta, en parte por la rendición de Del Mazo. La segunda entidad es CDMX, donde AMLO obtuvo casi 58 por ciento del voto en 2018, pero su coalición no llegó a 45 por ciento en 2021. Ahora habrá elección de jefe de Gobierno, y todo indica que, después de 27 años, quienes han gobernado la ciudad la pueden perder.

La tercera entidad es Jalisco, donde AMLO obtuvo 42 por ciento del voto en 2018, pero su coalición apenas llegó a 31 por ciento en 2021. También hay elección estatal, y es posible que Morena caiga incluso al tercer lugar. Veracruz es el cuarto estado, y también hay elección de gobernador. Ahí la votación por AMLO fue de 54 por ciento en 2018, y por su coalición en 2021 alcanzó 51 por ciento. Nahle no parece tener suficiente tracción, y es muy probable que sea derrotada por Pepe Yunes.

Sigue Puebla, en quinto lugar, también con elección de gobernador. Ahí la votación pasó de 57 por cient en 2018 a 47 por ciento en 2021. Es un estado muy peleado, donde la zona urbana la tiene perdida Morena, pero no la rural. Sexta entidad, Guanajuato, también con elección de gobernador. Es un caso en el que hubo incremento de votación por Morena: 30 por ciento en 2018, 33 por ciento en 2021, pero se ve lejano que superen por mucho ese nivel.

En Nuevo León, séptima entidad, la votación por AMLO fue de 34 por ciento en 2018, y se derrumbó a 20 por ciento en 2021. Como en Jalisco, es de esperarse competencia entre las tres fuerzas, y sin ventaja de Morena. En Chiapas, en cambio, el triunfo de Morena es muy probable, ya que en 2018 obtuvo 61 por ciento del voto, pero en 2021 subió a 68 por ciento. El control del Partido Verde en la entidad, y su conocida alquimia, sin duda le ayudan a la coalición oficial.

Terminan la lista Michoacán (50 por ciento en 2018, 47 por ciento en 2021) y Oaxaca (65 por ciento y 58 por ciento), donde no hay elección de gobernador. En el primero, en 2021, ganó la gubernatura Morena con 42 por ciento del voto; en Oaxaca, en 2022, fue con 61 por ciento, pero con una participación de 38 por ciento, muy inferior a la ocurrida en elecciones federales.

Puesto que además de las elecciones federales, y las nueve de gubernatura, hay 30 entidades con elecciones municipales, la asistencia a las urnas debería mantenerse arriba de 60 por ciento. Con ese nivel, y lo que resulta del análisis estatal, encuentro que Morena debería quedar entre 45.5 por ciento y 46.5 por ciento. Si los esquiroles logran mantener su registro con tres puntos, la coalición de oposición rondaría 51 por ciento. Cuando es difícil encuestar, o aparecen muchas encuestas increíbles, sirve irse a los votos. Ahí están.

COLUMNAS ANTERIORES

Derrumbe
Nuevo orden, periferia

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.