Estructuras y Estrategias

Agua por “Decreto” para Nuevo León

El “Decreto” que busca solucionar la crisis hídrica en Nuevo León es tardío e incompleto, porque no se basa en un análisis exhaustivo de la situación hídrica y las concesiones de extracción.

Presidente de E Y E México

Nuevo León se encuentra en estado de emergencia por la escasez de agua.

El Área Metropolitana de Monterrey (AMM) cuenta con tres principales fuentes de abastecimiento superficiales que son la Presa la Boca, La Presa Cerro Prieto y la Presa El Cuchillo. A estas fuentes superficiales se agregan las fuentes subterráneas, todas concesionadas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y que en total pueden disponer de hasta 16.2 metros cúbicos por segundo, de los cuales el 70 por ciento lo aportan las presas y el 30 por ciento restante las fuentes superficiales.

Desafortunadamente, hoy en día, la Presa Cerro Prieto dispone agua equivalente de menos del 1.0 por ciento de su capacidad de llenado, mientras que la Presa La Boca está alrededor del 8.0 por ciento y la Presa El Cuchillo alrededor de 40 por ciento de su capacidad.

Por el bajo nivel de las presas, actualmente sólo se están suministrando alrededor de 7.5 metros cúbicos por segundo de agua al AMM. En otras palabras, Nuevo León se muere de sed.

La creciente demanda de agua potable en el AMM causada por una sobrexplotación sin regulación, un esquema tarifario mal diseñado y la inconsciencia de su escasez ha generado que el agua disponible sea insuficiente para el consumo actual.

Por otro lado, la severa sequía que aqueja al país en general y a Nuevo León en particular ha generado una reducción del agua disponible para atender la demanda en el AMM. Lo anterior, se ve agravado por el deterioro de la infraestructura de abastecimiento de agua en Nuevo León, cuyo ciclo se compone de la captación del agua desde ríos, presas y pozos subterráneos, la potabilización, el almacenamiento en tanques urbanos y la distribución por tuberías troncales y secundarias hasta los medidores de los usuarios.

El escenario es catastrófico: Por un lado, una demanda de agua potable altísima, y el por otro una oferta de agua disponible muy baja.

En este contexto de emergencia hídrica en Nuevo León, el pasado 29 de julio el Gobierno Federal decretó un Plan de acción inmediata para atender la emergencia por el desabasto de agua potable en el estado de Nuevo León.

El decreto establece básicamente tres acciones.

Primera: Por ser causa de utilidad e interés público y por seguridad nacional, se ordena aprovechar temporalmente los derechos de agua existentes, mediante la modificación o reducción provisional de volúmenes concesionados, destinados para usos distintos del doméstico y del público urbano y serán entregados a Agua y Drenaje de Monterrey, que hará la medición y pago correspondiente.

Segunda: Un plan de apoyo para el abasto de agua potable a la población mediante la utilización de carrotanques, coordinado por la Conagua y la Sedena mediante el Plan DN-III.

Tercera: El Gobierno Federal coordinará el financiamiento y aportará a la ejecución de la Presa Libertad, que ya se encuentra en construcción y el segundo acueducto del Cuchillo, que iniciará la construcción en septiembre de 2022.

En cuanto a la REQUISA de agua, o sea el aprovechamiento de las concesiones, lo ideal sería conocer mediante información reciente y auditable, a cuánto ascienden dichas extracciones y su aportación real a la solución de la crisis hídrica. Aplicar reducciones por “decreto” puede llevar a un desequilibrio en la configuración de la economía y la sociedad de Nuevo León, así como las medidas de extraer agua de ríos y distritos de riego agrícola. Las prisas que imponen las crisis en la solución de problemas llevan a la creatividad, pero también a errores que pueden ser de consecuencias muy graves.

Creo que no se ha estudiado a fondo el asunto y sólo se están tomando acciones con variables gruesas. Es decir, la visión del Gobierno Federal es racionar a la industria a costa del insumo doméstico, lo cual es loable, pero si se hace sin datos recientes y auditables, se puede llegar a acciones como otras del gobierno federal: basadas en otros datos. Por cierto, no estoy seguro que la refinería de Cadereyta esté incluida en el “decreto” pero debería de estarlo, en función de su consumo de agua.

En cuanto al programa de pipas, que coordinará Conagua y la Sedena, creo que se debería evaluar utilizarlas para traer agua de El Cuchillo, que es el embalse que tiene agua, a la Planta Potabilizadora de San Roque, es decir, que funjan como sustituto del segundo acueducto de El Cuchillo mientras pasa la emergencia. Por tratarse de una emergencia, el costo-beneficio de utilizar pipas para transportar agua se supedita a la supervivencia. Asimismo, podrían utilizarse las pipas que adquirió el Gobierno Federal para combatir el “huachicoleo” de combustible para proveer los combustibles que dejaría de producir Cadereyta si se cierra temporalmente para ayudar a la crisis de agua y de paso a la crisis de contaminación que vive Nuevo León.

En cuanto a la construcción de la Presa Libertad, que lleva alrededor de 40 por ciento de avance, me parece conveniente acelerar su construcción al igual que el segundo acueducto del Cuchillo. Sin embargo, en cuanto al acueducto, parece irreal la promesa de iniciar su construcción en septiembre de este año, ya que ni su proyecto ejecutivo ni su proceso de programación presupuestal están listos, además de que el Gobierno Federal no estableció un monto asignado para el proyecto y sólo se comprometió a coordinar la concurrencia de recursos con el gobierno de Nuevo León.

En fin, el “Decreto” que busca solucionar la crisis hídrica en Nuevo León es tardío e incompleto, porque no compromete recursos federales inmediatos para el segundo acueducto del Cuchillo, no incluye instalaciones estratégicas del Gobierno Federal en Nuevo León como la refinería de Cadereyta, no se basa en un análisis exhaustivo de la situación hídrica y las concesiones de extracción, ni parece contar con un análisis exhaustivo de las repercusiones para la industria, el sector agrícola, el sector energético y los consumidores domésticos.

Por si fuera poco, el Gobierno Federal no ha emitido la declaratoria formal de desastre por la sequía en Nuevo León, lo que permitiría acceder a recursos fiscales inmediatos para compensar a los concesionarios, construir infraestructura y operar los programas de emergencia.

Pero bueno, el Gobierno Federal tenía otros datos cuando desapareció el Fondo de Desastres Naturales (Fonden). Lo bueno es que ahora podemos resolver las emergencias mediante “Decreto”.

Marco  Garza

Marco Garza

Presidente y director general de EYEMEXICO.

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