Retrato Hablado

El de Morelia, 'un festival de cine limpio de espíritu'

Daniela Michel siempre ha apostado por los jóvenes cineastas, los que aún no han alcanzado fama. Esos jóvenes ahora son Amat Escalante, Carlos Reygadas o Michel Franco.

Es cinéfila desde niña, pero apenas estudió cine. Afirma que no quiere producir ni dirigir, pero escribir, sí. "Quizá, algún día, una película. O una novela".

Daniela Michel, directora del Festival de Morelia, pasó un año en el CCC y uno más en el Centro de Capacitación Cinematográfico, una escuela que fundó su tío Manuel Michel. Pero en aquel tiempo el cine mexicano se daba por muerto. No existían apoyos para los jóvenes cineastas, mucho menos si eran mujeres. Por eso, Michel se alejó del mundo cinematográfico y se hizo experta en Lengua y Literatura Inglesa, en la Facultad de Filosofía y Letras. Lee obsesiva, y casi exclusivamente, literatura del siglo XIX.

Michel se fogueó en Televisa, como guionista del canal 9. Era la más joven colaboradora de Luis de Llano y de Rita Macedo. Al mismo tiempo, trabajó en una agencia publicitaria, primero como copywriter y luego como directora creativa asociada.

Tiempo después de haber dejado Televisa, volvió para realizar, junto con Oscar Uriel, 24 por Segundo, un programa de entrevistas sobre el cine hollywoodense. Y en paralelo, creó las Jornadas de Cortometraje Mexicano, en la Cineteca Nacional, a las que dio pie la primera Palma de Oro que ganó un cineasta mexicano, Carlos Carrera por El héroe.

Los 90 fueron un desierto para el cine nacional. Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y otras figuras se fueron de México. Pero Carlos Cuarón y Alejandro González Iñárritu le dieron un empujón a Michel y a sus jornadas, en calidad de patrocinadores.

En el 2000, Michel conoció a Alejandro Ramírez y llevaron las jornadas de cortometraje a Morelia. Poco después nació el primer Festival Internacional de Cine de Morelia. "Lo dejé todo. Entonces hacía en Canal 11 un programa de cortos que se llamaba Abrelatas, pero me dediqué al cien por ciento a construir el festival", que cumplirá 17 años. Su fundadora y directora general cuenta, con orgullo, que lo ha mantenido "limpio de espíritu", ajeno a intereses privados o políticos. "No me interesa hacer un festival del IMCINE ni del Estado ni de Cinépolis ni de Coca Cola. Es un festival con muy pocos recursos, pero es independiente".

El Festival de Morelia ha crecido, sin duda: los primeros cinco años era apenas un concurso de cortometraje y documental mexicano; después hubo suficiente producción para invitar largometrajes mexicanos a competir. "Está mal que yo lo diga, pero creo que el éxito del festival es justamente su espíritu independiente. El festival es percibido como un lugar de encuentro lejos de la política, del gobierno y de las empresas privadas".

Daniela Michel siempre ha apostado por los jóvenes cineastas, los que aún no han alcanzado fama. Esos jóvenes ahora son Amat Escalante, Carlos Reygadas o Michel Franco. Unos 2 mil cineastas han participado en las 16 ediciones del festival.

Michel tiene una vida movidita. Asiste cada año a varios festivales, Rotterdam, Berlín y Cannes, por mencionar algunos. Con el Festival de Cannes logró que, en la semana de la crítica –la sección que descubrió a González Iñárritu y Del Toro–, se presenten cortos de Morelia. En Cannes ha sido jurado, lo mismo que en Berlín, Venecia o Locarno. Se ha ganado su lugar en ese mundo que sigue siendo masculino ("El director del Festival de Berlín es hombre, el de Cannes es hombre, el de Venecia es hombre, el de San Sebastián también").

Morelia tiene su propio sello. Su directora nunca lo limita a una temática ni hay países invitados. "Simplemente, se van dando las cosas". Año tras año, Michel arma cursos, hace la selección a partir de cerca de mil trabajos, busca jurados e invitados especiales.

Y está colmada de planes: hará un programa, 'Berlinale Spotlight', para presentar películas de cada una de las secciones de la Berlinale y el próximo año en Morelia, Gaumont, la más grande y antigua empresa cinematográfica del mundo, montará una exposición.

También ayuda a Guillermo del Toro en la selección de becarios y a Alejandro González Iñárritu, que será el curador de las mejores escenas del cine nacional para Las Noches de Cine, con la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles y su director, Gustavo Dudamel. "Me dediqué seis meses a este proyecto y aprendí mucho. Escuché de nuevo música de toda clase de películas clásicas, desde el bolero hasta la rumba, y por supuesto, las películas de Tin Tan".

Además, Michel organiza cada año un programa especial en el MoMA, también como parte de las actividades del festival. "Para mí es muy importante que la gente de fuera se dé cuenta de que existe el cine mexicano. Tenemos Roma, una obra maestra total, pero hay una tradición cinematográfica mexicana previa e increíble, que pasa por el cine de la Época de Oro, el cine de los setenta y del tiempo de Cazals".

Michel no es una antisocial –no puede serlo con el festival a su cargo–, pero huye de las fiestas de Morelia. "Prefiero una reunión pequeña con un grupo de amigos, que una fiesta de 2 mil personas".

-¿Qué estarás haciendo en unos cuantos años?

-Me gusta muchísimo mi trabajo. Quizá me gustaría trabajar con menos intensidad, pero es que a mí lo que hago me estimula muchísimo. Mientras aprenda, estoy estimulada. Y seguiré viendo cine. Veo una película clásica todos los días, porque lo disfruto. Tal vez es un poco absurdo, pero lo hago por entretenerme.

-¿Cuáles son las películas que más veces has visto?

-Creo que es Él, de Buñuel, que es la historia de un hombre que sufre de celopatía, y que fue filmada aquí, en San Ángel, con Arturo de Córdova.

-¿Y cuántas veces la habrás visto?

-Seguro, unas veinte.

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