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Jóvenes Construyendo el Futuro: De la beca a la realidad laboral

Una investigación en la que participaron expertos del Cinvestav, de la UNAM, del Tecnológico de Monterrey y de la Universidad Iberoamericana argumentó que solo cuatro de 10 de quienes son parte de Jóvenes Construyendo el Futuro se hicieron de un trabajo.

“¿Qué onda? ¿Ya recibieron el depósito?”, cuestionó una joven a dos compañeros que se encontró camino al trabajo. “Ya, ¿tú?”, respondieron sonriendo. “También”, contestó mientras se dirigían en grupo hacia la entrada del edificio. “¡Subieron un buen en comparación al año pasado!”, agregó. “¡Mucho! ¿de aquí, a dónde?”, preguntó el muchacho en tono de broma. El grupo rio al tiempo que ingresaban al vestíbulo. Estos personajes estaban inscritos en el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

Y es que, durante el 2025, en línea con el aumento del salario mínimo, cada persona beneficiaria recibirá 8 mil 480 pesos mensuales, en lugar de los 7 mil 582 que obtenían el año pasado.

Jóvenes Construyendo el Futuro comenzó a implementarse el sexenio pasado y ofrece capacitación laboral por 12 meses en alguna empresa, taller, negocio, comercio, asociación civil o institución pública a personas entre 18 y 29 años que no estudian ni trabajan.

La idea de su puesta en marcha, además del discurso oficial del expresidente, quien decía: “becarios sí, sicarios no”, es brindar experiencia laboral a las y los jóvenes; una que se exige por parte del campo laboral formal en México, de acuerdo con lo expresado por Marath Bolaños López, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

Con la intención de evitar esta barrera, cada persona afiliada recibirá un salario mínimo y contará con una cobertura de salud otorgada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Idealmente, la conversación de aquellos tres muchachos podría suceder unas 500 mil veces más a lo largo del 2025, pues, conforme a lo declarado por Bolaños López en octubre pasado, se busca que éstos sean los jóvenes que se integren al programa durante el año presente. Número que se sumará a los más 2 millones 900 mil – según cifras oficiales – que se atendía en todo el país durante el 2024.

El aumento de la mensualidad de acuerdo con el incremento al salario mínimo, aunque garantiza el poder adquisitivo de las y los beneficiarios, al tiempo que puede beneficiar a que éstos se mantengan alejados de la informalidad y el crimen organizado; plantea un reto importante.

Por un lado, la iniciativa permite que las y los inscritos adquieran habilidades y conozcan en qué consiste el trabajo en el mercado formal: llegar a un espacio fijo tener horarios, responsabilidad. Tienen oportunidad de experimentar la disciplina, el esfuerzo y los beneficios que esto conlleva. Por el otro, es crucial reflexionar sobre las verdaderas oportunidades que hay una vez que concluye la capacitación, así como las expectativas salariales que se generan.

A pesar de que en octubre del año pasado el secretario de Trabajo declaró que siete de cada diez jóvenes son contratados de forma definitiva, la investigación “JCF, un análisis desde la voz y experiencia de sus actores” en la que participaron expertos del Cinvestav, de la UNAM, del Tecnológico de Monterrey y de la Universidad Iberoamericana, argumentó que solo cuatro de 10 de quienes son parte de Jóvenes Construyendo el Futuro se hicieron de un trabajo. La investigación afirma que la inserción laboral es un dato difícil de comprobar.

Agregado a ello, la realidad del mercado laboral es muy distinta. Es improbable que los trabajos iniciales ofrezcan un salario equivalente, además de que las oportunidades de crecimiento en aquellas empresas suelen tomar muchos años.

“¿De aquí, a dónde?” puede parecer una pregunta casual, pero recuerda, la incertidumbre que enfrentan miles de beneficiarios de Jóvenes Construyendo el Futuro al concluir sus 12 meses de capacitación, con salario de 8 mil 480 pesos mensuales y seguro médico.

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