No será un año para navegarlo en piloto automático. En 2025 hay una secuencia de sucesos que obligan a la cautela inteligente.
Cada empresa tiene niveles de vulnerabilidad distintos, pero a todas conviene monitorear aquello que puede convertirse en problema descarrilante o restricción limitante.
Dediquémonos a lo que nos dediquemos, aquí siete puntos para observar:
1) En ene/20 el mundo testificará cómo Trump reingresa a la Casa Blanca. Habla tanto, que es difícil seguir el paso de sus amenazas y exageraciones, pero tiene un poder enorme. Con pies de plomo, habrá que reaccionar progresiva y asertivamente a cada efecto directo e indirecto de sus actos.
2) La reforma judicial mueve la pared de riesgo de personas y organizaciones. Tenemos claro lo que muere, pero tomará tiempo evaluar la nueva funcionalidad de lo que emerge. Conviene ser mucho más cuidadoso con quién se hace negocios y cómo se estructura cada transacción. ¿Y en caso de incumplimiento o diferendo?: mucha creatividad y astucia.
3) La inseguridad pública estructural seguirá ahí. En el mejor de los casos igual. Como cada uno pueda, hay que ayudar a cualquier autoridad que muestre querer confrontar a los malosos. Pero con pragmatismo y guardia alta, hay que cuidar a las personas, bienes y mercancías como si nadie existiera para ayudarte.
4) El gobierno federal estima que la economía crecerá 2.5 por ciento. El promedio de los analistas pronostica 1.2 por ciento. Y en muchos pasillos de la IP se dice que, si no decrecemos, deberemos festejar. Contadas empresas crecerán por inercia macro; se deben accionar disparadores inteligentes para el crecimiento inducido.
5) El gobierno federal gasta más de lo que recauda y genera. Ya le pesan los intereses y tiene una dependencia creciente en más y nueva deuda. Aunque no le ayuda a Banxico en el control pleno de la inflación, es el primer interesado en que la tasa de referencia baje de 10 por ciento más temprano que tarde.
6) La SHCP prometió a tirios y troyanos reducir el déficit de las finanzas públicas de ~6% (en 2024) a 3.9 por ciento. Asumiendo que todo gobierno enfrenta imponderables y presiones, eso significará un nivel de disciplina macro muy estricta y creerle a quien desordenó que ahora sí va a ser ordenado.
7) Pemex Transformación Industrial pierde dinero por minuto. El corporativo ya es un dren del dinero de los contribuyentes. Su deuda financiera es de ~100 mil mdd y se encarece. Le debe a centenas de proveedores de todos los tamaños con sus efectos en cadena. Es muy mala idea venderle un solo lápiz nuevo a esa paraestatal o a quien dependa de ella.
Y en este entorno, lo más relevante es la calificación de la deuda soberana. México está muy cerca de la línea inferior para perder el grado de inversión. Conservarlo debe ser el objetivo número uno de la Presidencia. Y es que incide en todas las colocaciones, no sólo en las del sector público. Subestimar su importancia es negarle la posibilidad de un país de primer mundo a los más.
El optimismo estratégico debe estar en las capacidades internas de tu empresa. En la evaluación de lo no esperado y en el consecuente ajuste para seguir haciendo negocios saludables.
Y sí. Habrá oportunidades para quien las sepa ver. Pero estas sólo acabarán siendo reales para quien las pueda bien aprovechar ¡Mucho éxito!
En un abrir y cerrar de ojos, ya son 10 años
¡Uff! Una década escribiendo en El Financiero. Siempre los domingos para publicar los lunes. Disfruto reflexionar en este espacio sobre el quehacer de los negocios y la gestión directiva.
Gracias a mi familia por su respeto irrestricto al tiempo que esta disciplina exige. Gracias a todos los que le dan forma a este indispensable periódico. Y gracias a quienes amablemente me leen y generosamente comparten mis textos en sus órbitas de influencia.