La invasión de Rusia a Ucrania está representando una profunda inestabilidad política, social y económica que, a su vez, impacta a la comunidad mundial de negocios. Aunado a lo anterior, las empresas también deben enfrentar los efectos y consecuencias de otros fenómenos de carácter financiero, económico y digital que, sin duda, definirán el curso de la siguiente década.
El dinamismo de los negocios y la necesidad de adaptar las funciones del gobierno corporativo a los requerimientos actuales de transparencia han llevado a contar con un marco legal y de mejores prácticas corporativas. De esta manera, los consejos de administración están facultados para nombrar a uno o más comités y se reconoce la figura del consejero independiente, quien, al no estar involucrado en la gestión de la empresa o sus acciones, cuenta con mayor objetividad y brinda recomendaciones sin enfrentar conflictos de interés.
Los consejeros independientes, principalmente aquellos con formación financiera, son trascendentales para aportar valor. Entre sus habilidades destacan una amplia capacidad analítica, cultura financiera, visión de negocios y un desarrollado sentido de anticipación a eventos futuros que les permitan identificar y mitigar riesgos, así como capturar oportunidades de mercado.
A raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania, los consejeros financieros independientes deben analizar y proponer acciones concretas en los temas de incremento en costos de operación vinculados a la inflación, incremento en el costo del dinero y posible falta de liquidez en el sistema, disrupción en las cadenas de valor, volatilidad cambiaria y escasez de alimentos.
De manera particular, será necesario que revisen los niveles de liquidez a fin de afrontar retos del servicio en el pago de la deuda y, sobre todo, el uso del capital de trabajo. Adicionalmente, deberán evaluar los cambios en los periodos de recuperación de las cuentas por cobrar, ya que los clientes podrían tener mayores dificultades para cumplir con sus compromisos de pago.
Asimismo, dentro de las funciones del consejero financiero independiente, se encuentran las de prever la recomposición regional y su efecto en las cadenas de valor, así como abordar las persistentes consecuencias de la pandemia y sus efectos en el retraso en la producción de insumos, los cambios tecnológicos que continúan reconfigurando los negocios, y la transformación de las conductas de consumo determinadas por la digitalización y una mayor desigualdad en la distribución del ingreso.
La función del consejero financiero independiente tiene un impacto relevante en la definición del plan estratégico, su seguimiento y ajuste, de acuerdo con las circunstancias de negocio y económicas, así como en la identificación y seguimiento de riesgos, sobre todo en tiempos como los actuales.
*El autor es Relationship Partner de Governance Insights Center en PwC México.