El Índice Mundial de Innovación 2023 que publica la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), construye una visión panorámica de lo que está pasando en las diferentes regiones y países, permitiendo marcar claras tendencias y áreas de oportunidad. Los indicadores analizados revisan áreas tan sensibles como instituciones, infraestructura, capital humano en innovación, desarrollo del mercado, producción de conocimientos y tecnología, desarrollo empresarial y productos creativos, es decir, una revisión de conjunto del ecosistema de innovación que permite espejearse frente a los demás países, e identificar áreas fuertes y débiles para contar con un diagnóstico puntual.
Uno de los rubros más reveladores del estudio es el que analiza el desempeño en innovación en economías de niveles equivalentes. México se incluye dentro del grupo de países de “ingresos medianos altos”, junto a Colombia, Perú, China, Brasil y Sudáfrica, calificándose su desempeño como “acorde al nivel esperado”. En el índice general de innovación nuestro país mantiene un modesto lugar 58, que no corresponde a la magnitud del potencial económico que tenemos. En la región, Brasil y Chile siguen en posiciones más adelantadas, ocupando los lugares 49 y 52 de la lista. Otros, como Lituania, Letonia, Estonia, Malasia, Islandia, Malta, Nueva Zelandia, Grecia y Croacia, muestran avances significativos en su ecosistema de innovación, escalando posiciones.
En las primeras 15 posiciones no hay cambios respecto del 2022, apareciendo en las primeras cinco Suiza, Suecia, Estados Unidos, Reino Unido y Singapur, seguidos por Finlandia, Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Corea, Francia, China, Japón, Israel y Canadá. Un dato muy revelador, que demuestra la consistencia de los países líderes en innovación, es la inversión que en cada caso destinan a ciencia y tecnología, en la suma de lo público y lo privado; a mayor inversión, mejores resultados.
Otro rubro destacado en el reporte es que la I+D mundial creció con fuerza a un ritmo del 5.2 por ciento, cerca del periodo anterior a la pandemia de 2019; la I+D empresarial tuvo un crecimiento de 7.0 por ciento, no visto desde 2014. Los indicadores del avance tecnológico en los campos de la tecnología de la información, salud y energía siguen creciendo; las oleadas de innovación de la era digital son ahora impulsadas por inteligencia artificial y robótica. Otras áreas, en cambio, están disminuyendo en inversiones como las tecnologías energéticas de bajas emisiones, tanto eólica como solar.
Otro interesante análisis incluido en el Índice es el relativo a los polos de innovación de ciencia y tecnología, también conocidos como clusters, siendo en esta edición China la que ha reunido el mayor número, por encima del tradicional liderazgo de Estados Unidos. Otros que empiezan a destacar en ese reglón son Japón, Corea y Canadá. Existe, además, una relación directa entre el número de patentes producidas por esos países y el número creciente de centros de innovación, lo que claramente sugiere la conveniencia de seguir impulsando su desarrollo.
El Índice Mundial de Innovación de 2023 analiza el rendimiento del ecosistema de innovación de 132 economías y estudia las tendencias más recientes de la innovación a nivel mundial. Usarlo como referente para saber cómo estamos y hacia dónde queremos ir tendría que ser materia obligada.