Desde que Santiago Nieto asumió la dirección general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, el positivo golpe de timón que el funcionario ha dado en las políticas de la descentralizada es plausible. Por más de seis años, hay que reconocerlo, el IMPI había caído en una insípida irrelevancia.
Las líneas de acción obedecen a la visión que desde la presidencia CSP ha impuesto, reiterando en los hechos lo que ha sido parte constante de sus mensajes en el sentido de que la ciencia y la tecnología son parte central de su misión de gobierno. La creación de una nueva secretaría con esa vocación así lo acredita. Además, en un hecho inédito, la presidenta se ha referido a la necesidad de incrementar el número de patentes nacionales, lo que constituye una novedad. Salvo que la memoria me falle, el tema de patentes nunca ha sido objeto de atención -ni siquiera marginal-, en los altos mandos de los gobiernos anteriores.
En esa misma lógica se inscribe el anuncio que la pasada semana formuló Santiago Nieto, en el sentido de crear un consejo consultivo en materia de propiedad industrial, que será integrado por profesionales del derecho, académicos, empresarios y funcionarios que aporten su experiencia y conocimiento a esta intención de incrementar la innovación susceptible de explotación comercial.
A pesar de que nuestro país cuenta con una sólida infraestructura orientada a la innovación, que incluye dentro de su estructura piezas destacadas como el Sistema Nacional de Investigadores e importantes centros públicos de investigación, las cifras en patentamiento se han mantenido críticamente bajas. Ello, a pesar de contar con una planta productiva muy dinámica, vinculada a la economía de mayor demanda en el mundo.
El nearshoring representa, sin duda, una de las tendencias que México puede aprovechar como insumo detonante de innovación de clase mundial, si favorecemos la idea de articular a nuestros innovadores con los requerimientos de manufactura exportable de la más alta calidad técnica. De una forma o de otra, debemos lograr que la enorme brecha que nuestro país tiene al ser la economía 15 del mundo, pero la 56 en el Índice Mundial de Innovación, se acorte aceleradamente.
La idea de formar un consejo consultivo que dé cabida a todos los sectores involucrados y a diferentes voces es una excelente iniciativa que esperemos sea la punta de lanza que México está esperando para detonar su potencial innovador. Es este un factor transversal que podría transformarnos en el país que hemos soñado.