Este 24 de enero marca tres meses desde la devastación causada por el huracán Otis en Acapulco, Coyuca de Benítez, y otros municipios cercanos en Guerrero. Durante este tiempo, el retorno a las clases y la continuidad educativa han enfrentado desafíos significativos para niñas, niños y jóvenes.
Aunque la Secretaría de Educación de Guerrero (SEP) informó que 827 centros educativos en las áreas afectadas han reanudado sus actividades, esto representa solo el 51 por ciento del total de planteles afectados. Por ende, tan solo la mitad de las y los estudiantes han podido regresar y ejercer su derecho a la educación.
Sin embargo, un nuevo obstáculo surge para aquellos que han regresado, esta vez no vinculado a la fuerza de la naturaleza, sino a los desafíos de cohesión social y violencia que impiden que todos los estudiantes lleguen a sus escuelas y que las clases se desarrollen con normalidad. Además, los estudiantes se enfrentan a desafíos en las estrategias en línea debido a problemas de conectividad.
Añadiendo a estas dificultades, aquellos que han regresado a las aulas enfrentan un tercer problema: la ausencia de estrategias para recuperar el tiempo perdido y compensar los aprendizajes que no se obtuvieron durante estos meses de ausencia. Es preocupante que estos esfuerzos recaigan nuevamente en manos de los docentes sin un acompañamiento adecuado para contrarrestar la falta de actividades presenciales y la atención socioemocional necesaria.
Comprometidos con la importancia de la educación, en Mexicanos Primero hemos lanzado la campaña ‘Mochilas Llenas’ en colaboración con diversas organizaciones. En la primera fase, logramos recolectar 3 mil 250 mochilas con útiles escolares para estudiantes de escuelas públicas, superando la meta y extendiendo el apoyo a otras instituciones que lo necesitaban. No obstante, reconocemos que estos esfuerzos son insuficientes. La agenda educativa debe ir más allá; como sociedad, debemos trabajar para que la reactivación educativa sea rápida, eficiente y ponga en el centro el derecho de todas y todos los estudiantes en las zonas afectadas.
La prueba PISA 2022 de la OCDE indica que las y los estudiantes mexicanos de 15 años carecen de competencias en lectura, matemáticas y ciencias. Imaginemos los desafíos que enfrentarán las futuras generaciones, especialmente aquellos que aún no han podido recuperarse de los impactos de la pandemia y ahora enfrentan desafíos adicionales debido a este desastre natural. Sin una acción urgente, los estudiantes de estos municipios sufrirán desventajas significativas, aumentando el riesgo de abandono escolar.
Hacemos un llamado a soluciones sistémicas, respaldadas por la sociedad civil e instituciones educativas, que proporcionen estrategias efectivas para el avance y la reposición de aprendizajes fundamentales para niñas, niños y adolescentes. El riesgo de aumento del abandono escolar sigue siendo real.
Hoy es Guerrero, mañana podría ser cualquier otro estado; nadie está exento de los retos ambientales que afectan a nuestras comunidades. El derecho a la educación, a aprender lo fundamental y a la participación de la comunidad educativa no es negociable. La atención educativa debe seguir siendo una prioridad.
La autora es presidenta ejecutiva de Mexicanos Primero.