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La educación de México: la cerca invencible

La educación en México enfrenta una ‘cerca invencible’ debido a una combinación de factores que dificultan la mejora y el acceso equitativo a este derecho.

Una semana de llamados en educación. El primero, un desplegado para informar a la sociedad sobre las respuestas planteadas en el evento 10 por la Educación por tan sólo dos de los tres candidatos a la Presidencia. El segundo, una carta dirigida al presidente de México, con más de 260 firmas, para solicitarle al Ejecutivo federal que la Secretaría de Educación Pública de este país haga su trabajo y responda al estado de la participación de la evaluación de PISA 2025, que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El efecto quizá sea el de un llamado a misa. Llevamos, como ciudadanos, muchos meses en campañas electorales, escuchando de todo -más señalamientos que propuestas-. El desgaste es obvio, pero el poco tiempo y la poca prioridad que le dieron a la educación fue visible. La educación en México enfrenta una ‘cerca invencible’ debido a una combinación de factores estructurales y sistémicos que dificultan la mejora y el acceso equitativo a una educación de calidad. Faltó escuchar de las candidatas y el candidato un análisis serio sobre el sistema educativo nacional.

La falta de inversión adecuada en infraestructura educativa limita severamente el desarrollo de un entorno propicio para el aprendizaje. Muchas escuelas en todos los niveles y modalidades carecen de recursos básicos, desde baños y aulas bien equipadas hasta materiales educativos adecuados. La brecha entre las escuelas urbanas y rurales, entre públicas y privadas es latente y visible, y no tuvimos ni una seria mención para reconocer que este sistema perpetúa la desigualdad y priva a muchos estudiantes de la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.

Además, la calidad de la educación se ve comprometida por la formación insuficiente y las condiciones laborales de los docentes. Las maestras y los maestros en México a menudo enfrentan salarios bajos, carga laboral excesiva y falta de formación continua. Este tema resultó importante en el periodo electoral porque se cruzó el 15 de mayo, Día del Maestro, pero se quedaron cortos. Claramente, sin mencionar que la implementación de reformas educativas como la Nueva Escuela Mexicana (NEM) se encuentra frecuentemente con resistencias y falta de consensos, lo que impide la aplicación efectiva de políticas que podrían mejorar el sistema educativo en su conjunto.

Finalmente, la corrupción y la gestión ineficaz dentro del sistema educativo representan un obstáculo significativo. Los recursos destinados a la educación a menudo no llegan a su destino final o se utilizan de manera inapropiada, limitando el impacto positivo que podrían tener en las escuelas y en la formación de los estudiantes. La falta de transparencia y rendición de cuentas perpetúa un ciclo de ineficiencia y desperdicio, dificultando cualquier intento de romper la ‘cerca invencible’ que rodea la educación en México.

Se quedaron cortos, en estos últimos días del proceso electoral, la agenda educativa se mantiene con un cerco que parece que nadie quiere vencer ¡Qué importante será que las reformas estructurales venideras declaren un aumento significativo en presupuesto para la educación y que pongan condiciones básicas para que las niñas, niños y adolescentes de México tengan su derecho a aprender garantizado!

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