Director general de Credit Suisse en México

¿Cuáles son los retos del ‘nearshoring’ en México?

El BID calcula que el ‘nearshiring’ puede representar un beneficio de 64 mil mdd para las exportaciones latinoamericanas, de los cuales 35 mil mdd serían para México.

El anuncio de la llegada a México de Tesla y otras empresas ha reavivado la discusión en diversos ámbitos en torno al nearshoring, pero en estos momentos ¿es posible medir el verdadero impacto que tendrá en el país?

El auge industrial, así como la reubicación de algunas cadenas de suministro y producción en medio de la turbulencia geopolítica actual, han permitido el monitoreo de posibles impactos al crecimiento económico de México. A pesar de posibles desafíos comerciales, de acuerdo con recientes estudios que elaboramos en Credit Suisse, numerosos factores han demostrado que esta tendencia llegó para quedarse: en principio en 2022, la producción industrial en el norte y centro del país creció 3.3 por ciento de acuerdo con INCOMEX, así como el empleo en estas regiones, reportando un aumento de más de 800 mil empleos formales tras la afectación de la pandemia, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Por otro lado, las exportaciones de bienes intermedios también tuvieron un aumento interanual de 27 por ciento, según cifras de la Organización Mundial de Comercio (OMC), mientras que la propia inversión extranjera directa ha crecido 12 por ciento interanual, de acuerdo con los registros de la Secretaría de Economía, con lo que se rompió el récord de siete años, lo que, sin duda, nos ayuda a visualizar un futuro prometedor en la materia.

Por esta razón, no es difícil entender que esta tendencia ha alcanzado a grandes industrias en diversos sectores, como el manufacturero, tecnológico, de la salud, aeroespacial y sobre todo el automotriz. La tendencia está tan en auge que las actividades de nearshoring ya han repercutido en el sector financiero, representando una parte relevante de las carteras de crédito de los bancos.

Si bien el anuncio de este tipo de inversiones significa progreso para cualquier localidad, al hablar de impacto no debemos olvidar que las cifras de crecimiento también están ancladas a otros factores como la disponibilidad de recursos y energía para la operación, la creación de infraestructura o las opciones de seguridad y salud que tiene para ofrecer una localidad, razón por la cual los gobiernos, empresas y población deben actuar de manera coordinada para edificar proyectos que sean fructíferos para todos los participantes.

Según nuestro último mapeo en la cuarta edición del estudio Nearshoring Tracker, el año pasado se realizaron 107 anuncios de negocios de nearshoring con compromisos de inversión de alrededor de 18 mil 500 millones de dólares, mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) calcula que esta tendencia puede representar un beneficio de 64 mil millones de dólares para las exportaciones latinoamericanas, de las cuales México sería el más beneficiado (35 mil millones al año).

Esto representa grandes noticias para el mercado mexicano, al ser el país manufacturero más cercano a Estados Unidos. Sin embargo, para poder aprovechar la tendencia, México deberá continuar por el camino de la modernización de infraestructura en materia de energía, tanto de transmisión y distribución como ofrecer la infraestructura necesaria para absorber esta nueva ola de oportunidades. Lo que a la larga ayudará a seguir cosechando beneficios por más tiempo.

La realidad es que no tenemos manera de predecir cuál será la verdadera dimensión del impacto que tendrá el nearshoring en México en algunos años. Pero lo que sí podemos hacer, es seguir preparándonos para el reto que está por llegar. Si bien el arribo de inversión significará una gran oportunidad para el crecimiento de la economía, todo dependerá de que sepamos estar a la altura de los desafíos que este nuevo formato traerá.

El autor es director general de Credit Suisse en México.

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