Quienes litigamos en materia de propiedad intelectual sabemos que existe un rezago preocupante en las áreas encargadas de administrar justicia dentro del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Datos obtenidos mediante una solicitud de información en la Plataforma Nacional de Transparencia revelan que, al cierre de octubre de 2023, la Dirección Divisional de Protección a la Propiedad Intelectual, a cargo de Héctor Hernández Guerrero, contaba con seis mil 581 expedientes pendientes de resolverse, cuando menos diez de esos litigios se iniciaron en 2012 y 2013, hace más de una década.
Las cifras que el propio IMPI publica anualmente muestran un deterioro pronunciado en dicha Dirección Divisional. Por ejemplo, en el año de 2018, ingresaron al IMPI tres mil 643 demandas nuevas, mientras que en 2022 fueron dos mil 863, sin embargo, en 2018 el Instituto resolvió tres mil 467 expedientes y en 2022, solo dos mil 599(1), es decir, la carga de trabajo ha disminuido notoriamente (mil expedientes menos), pero la productividad cayó casi en igual medida.
Otras áreas del IMPI no muestran el mismo problema, a diferencia de los litigios, los trámites de registro de marcas y patentes han aumentado sostenidamente cada año, incluso a pesar de la pandemia, el área de protección a la propiedad intelectual es la única que muestra un decremento en sus ingresos, los ciudadanos están huyendo del rezago y ya no buscan justicia en el IMPI tan frecuentemente como antes.
No hace mucho tiempo el IMPI destacaba por la prontitud con la que resolvía los expedientes de litigio, los procedimientos contenciosos tardaban en promedio un año en sustanciarse, mientras que los recursos de revisión dilataban solo algunos meses. En la actualidad, un procedimiento contencioso puede tardar más de cuatro años y una revisión ante el Instituto dos años más, es decir, seis años tan solo en la primera etapa, y si añadimos el juicio contencioso y amparo, estamos hablando de más de ocho años.
Desde que Raquel Buenrostro fue nombrada secretaria de Economía no se ha percibido interés de su parte por mejorar la situación del IMPI. Un país donde las demandas por violación a los derechos de propiedad intelectual se estancan, no es un buen lugar para invertir dentro del contexto del nearshoring, al menos eso debería preocuparle a la secretaria.
POST SCRIPTUM: Los tenis “fosfo fosfo” de Mariana Rodríguez fueron una sensación en la breve campaña de Samuel García, hasta Dante Delgado se los puso para demostrar que el ánimo no había decaído en Movimiento Ciudadano. Lo interesante es que esa marca no le pertenece a Mariana, al menos en cuanto a zapatos tenis se refiere, en 2021 intentó registrarla ante el IMPI, pero le fue negada.
(1) El IMPI en Cifras 2023, https://www.gob.mx/impi/documentos/instituto-mexicano-de-la-propiedad-industrial-en-cifras-impi-en-cifras.
El autor es experto en Propiedad Intelectual.