Experto en propiedad intelectual

La Inteligencia Artificial en 2024, una ola que revienta

Nada podrá detener la ola tecnológica y este año veremos a los primeros asistentes con IA capaces de interactuar a un nivel similar al de los humanos.

Hasta hace un año se veía muy lejano el día en el que podríamos tener un asistente con inteligencia artificial (IA), estábamos en un error, en 2023, ChatGPT, DALL-E, BARD y muchos otros programas de IA generativa demostraron que los cerebros sintéticos ya son capaces de realizar tareas cotidianas complejas como escribir una carta, imitar alguna voz o crear un dibujo, las posibilidades son infinitas.

En estos albores de 2024, la pregunta obligada es: ¿qué tan lejos llegará la IA? Una de las voces con mayor autoridad para hacer esa predicción es Mustafa Suleyman, fundador de Deepmind Technologies, empresa pionera en el desarrollo de IA, y autor del libro The Coming Wave (La Ola que Viene), donde analiza los rumbos que están tomando las inversiones multimillonarias en el desarrollo de IA por parte de empresas como Google y Microsoft.

Suleyman explica que en la historia de la humanidad han existido varias “olas tecnológicas”, reacciones en cadena detonadas por el surgimiento de invenciones extraordinariamente útiles. La imprenta de Gutenberg, por ejemplo, permitió reproducir los libros que antes se copiaban a mano, abaratando así el almacenamiento y distribución de conocimientos. Algunos grupos intentaron resistirse a la ola, pero una característica de estos fenómenos es que son incontenibles, quienes se negaron a adoptar la imprenta quedaron en el subdesarrollo.

Las tecnologías de mayor impacto son aquellas que pueden integrarse con todos los sectores de la vida humana, pensemos en el Internet, no se trata simplemente de un invento útil para las telecomunicaciones, sino de una plataforma que permite el desarrollo de todas las industrias, es la tecnología detrás de la tecnología.

La IA está detonando una nueva ola, y su utilidad es tan amplia que resulta difícil vislumbrar su magnitud. La meta para este año es crear una IA multimodal —que escuche, vea, hable, escriba— capaz de realizar tareas complejas, de largo plazo, tomar decisiones y planear estrategias. Por ejemplo, lograr amasar una cierta cantidad de dinero invirtiendo en la bolsa o dirigir una campaña política para ganar una elección.

Si Suleyman está en lo correcto, nada podrá detener la ola tecnológica y este año veremos a los primeros asistentes con IA capaces de interactuar a un nivel similar al de los humanos, podrán vernos, escucharnos y comunicarse mediante voz o texto, también veremos un salto en la productividad de las industrias que integren esta tecnología a sus cadenas productivas. El protagonismo de la IA no se ha terminado, apenas comienza y en 2024 la ola que se levantó en 2023 empezará a reventar.

Post scriptum. Curiosamente, las leyes de propiedad intelectual podrían ser el mayor obstáculo a la expansión desenfrenada de esta tecnología. El desarrollo de IA generativa requiere de trabajos humanos que se cargan en el programa para ‘entrenarlo’. Stephen King es uno de los autores cuyas obras fueron usadas para enseñarle a ChatGPT cómo escribir, el software descifró el estilo del autor de El Resplandor y, dado que conoce la trama de sus novelas, puede incluso escribir secuelas de sus libros. Stephen King es solo uno de los muchos autores que han demandado por violación a sus derechos de autor a OpenAI, la empresa dueña de ChatGPT.

COLUMNAS ANTERIORES

T-MEC, bajo presión: el papel de México en la nueva Guerra Fría
Recuperar la confianza en el IMPI

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.