Hay una ola gigantesca que se acerca a los Estados Unidos, el tsunami se llama Donald Trump y este 20 de enero llegará a la oficina oval para realizar cambios radicales en su país. Una de las medidas que anunció en campaña fue la de encarcelar “de por vida a Mark Zuckerberg, dueño de Meta (Facebook, Instagram, Threads y Whatsapp) si volvía a intervenir en las elecciones como lo hizo en 2021, cuando suspendió indefinidamente las cuentas de Trump.
La amenaza no fue tomada a la ligera, en su más reciente entrevista con Joe Rogan, Zuckerberg anunció que cambiaría las políticas de moderación de contenido para alinearse con el modelo que utiliza la plataforma “X” (antes Twitter), propiedad de Elon Musk.
Desde 2016, Facebook implementó un programa de moderación de contenido encabezado por un grupo independiente de revisores (fact-checkers), cuya misión era eliminar las noticias falsas. El resultado no fue el deseado, los usuarios percibieron que los revisores tenían sesgos ideológicos que los hacían proclives a censurar ciertos discursos políticos o expresiones legítimas.
En esta nueva etapa, Meta adoptará un sistema de “notas de la comunidad”, que son aclaraciones redactadas por los propios usuarios para brindar contexto o desmentir las publicaciones que se consideran falsas o tendenciosas.
La intención de Zuckerberg es distanciarse de la administración de Joe Biden y simpatizar con personajes influyentes del gobierno de Trump. Su posición actual es muy complicada, además de la confrontación generada por la suspensión de la cuenta de Facebook de Trump en 2021, Meta fue acusada de bloquear a los usuarios que mostraban escepticismo respecto a la campaña de vacunación contra la Covid-19, dicha censura generó molestia entre los votantes republicanos y ahora podría ser objeto de represalias desde el poder.
Los cambios en las políticas de moderación de contenido en las plataformas de Meta tendrán un impacto significativo en el discurso público global, especialmente en temas sensibles como los conflictos en Ucrania y Medio Oriente, las tensiones relacionadas con la migración y los movimientos identificados como progresistas. Con más de 3 mil 300 millones de usuarios diarios, estas redes sociales representan un espacio de interacción que abarca a más de un tercio de la población mundial.
Para bien o para mal, estamos frente a un cambio radical en las políticas del país más influyente del mundo, esa transformación es real e inminente. Mark Zuckerberg, una de las personas más informadas del planeta, lo sabe y ha tomado medidas al respecto, un ejemplo que los sabios sabrán valorar.
Post scriptum. El “efecto Trump” sobre México será intenso, podemos esperar deportaciones masivas, presiones arancelarias y, sobre todo, una revisión agresiva del T-MEC. Debemos tomar precauciones, una buena señal es la que están mandando Marcelo Ebrard y Santiago Nieto desde el IMPI al reactivar los operativos contra la piratería. Salvaguardar la propiedad intelectual es un eje fundamental para atraer inversiones a nuestro país.