Trópicos

Las tres verdades de Xóchitl

La irrupción de Xóchitl Gálvez, auspiciada de manera involuntaria por López Obrador, ha sido tan contundente que el presidente y su grupo ven en ella una amenaza.

Cada vez existen más teorías sobre el papel que ejerce Xóchitl Gálvez en esta campaña presidencial y su irrupción en los primeros lugares de competitividad. Es relevante, porque el fenómeno Xóchitl lleva más de tres semanas consecutivas acaparando reflectores, críticas, aplausos y caricaturas, incluso desbancando el interés por las corcholatas morenistas.

Su principal promotor sigue siendo el presidente López Obrador, quien desde la mañanera ha buscado destrozarla bajo la reiterada idea de que ella forma parte del poder conservador, y carga la cruz de los corruptos. Hay quienes opinan que será un efecto boomerang, mientras que otros consideran que el presidente está por forzar su estrepitosa caída.

Todo hace suponer que el presidente dejará de hablar de ella (bajo protesta), al menos porque así lo reconociera el lunes y martes pasados en sus mañaneras, y después de que el INE le recomendara dejar de criticarla. Y tiene razón la institución, no está en las facultades del presidente de la República hacer campañas políticas a favor o en contra, y menos con recursos públicos. La democracia no está a capricho de los gobernantes, sino al amparo de la Constitución. El “¡cállate, chachalaca!”, estuvo vigente, y lo sigue estando.

López Obrador lleva meses promoviendo a sus corcholatas y criticando insaciablemente a la oposición. El sentido común, en cualquier batalla política, es que, si atacas, es porque percibes reales amenazas. En este caso, amenazas de ser destronado del poder. Algo ve el presidente, que no le gusta cómo se están dibujando las constelaciones rumbo al 2024.

Dentro de las diversas opiniones que he escuchado a favor y en contra de Xóchitl y de la 4T, y que considero interesantes plantear, son las siguientes:

1.- “Yo soy yo, y mis circunstancias”: hay quienes afirman que la irrupción de Xóchitl Gálvez, auspiciada de manera involuntaria por López Obrador, ha sido tan contundente, que el presidente y su grupo ven en ella una amenaza seria en arrebatarles el poder en 2024.

El obradorismo asumía, hasta hace muy poco tiempo, un triunfo irrefutable con cualquiera de las corcholatas y contra cualquier candidato de la oposición. La aparición de Xóchitl cambió las tendencias, además de que el presidente vio menoscabado el control acostumbrado a tener. Por ello, ha dado órdenes a sus diversos voceros y propagandistas para destruirla a como dé lugar, ya que su permanencia le amenaza, seriamente, la continuidad.

Al presidente le preocupa que ante un mano a mano entre Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, la hidalguense tenga más tablas que la capitalina, y fácilmente pueda doblegarla en debates, en carisma y en propuestas. Por ello, desde la mañanera primero, y ahora a partir del aparato de propaganda del presidente, quienes en su mayoría apoyan a la exjefa de Gobierno, buscarán aniquilarla políticamente, a como dé lugar.

Si para agosto-septiembre, se impone la inevitabilidad de que Gálvez sea candidata de la oposición, entonces podríamos ver una nueva cargada, una especie de voto útil, basados en el pragmatismo, para que sea Marcelo Ebrard quien encabece la alianza oficialista. Hay quienes consideran que él es el único que puede contender contra el fenómeno “Xóchitl Gálvez”.

2.- Gambito de dama: otros consideran que López Obrador es un genio, y que desde un inicio ha manipulado la figura de Xóchitl con un cálculo tan asombroso, como si se tratara de una partida de Kaspárov.

Asumen que primero infló a la dama indígena-mestiza, para sacarla de la casilla llamada Ciudad de México, y así llevarla cerca del rey. Según su hipótesis, esto generó dejar sin la mejor opción opositora, rumbo a la contienda por la capital del país, la cual les urge recuperar a los morenistas, después del descalabro de 2021.

Logrado el primer objetivo, ahora que Xóchitl ya está instalada en el parnaso como precandidata a la Presidencia, preparan el jaque con el alfil justiciero llamado SAT, y el mate con peones propagandistas que no se van a cansar en repetir lo falsa, corrupta y conservadora que es… afirman, que es cuestión de tiempo.

3.- La hechicera. Y están quienes opinan que Xóchitl ha sido, por sí misma, la única en imponerse, dar el brinco, oler las vicisitudes de los momentos políticos, leer las debilidades del presidente y del oficialismo. En representar a las mujer independientes y capaces por sus talentos y trayectoria, en un espectro dominado por hombres.

Son tres las verdades de Xóchitl, y que, a partir de ellas, podemos concluir que estamos adentrándonos en un maremoto político complejo y de pronóstico reservado. Al respecto, preocupa que ciertos propagandistas ya asumen que, si no llega Xóchitl Gálvez, entonces la oposición apostará por la violencia. Estos comentarios soltados al aire, suenan más a tratar de esconder problemas, aún sin resolverse, como el de la inseguridad en México y que podrían abrir las puertas del crimen organizado en intentar manipular las elecciones. Pero las cosas como son: sin pruebas, todo es grilla.

El autor es periodista mexicano especializado en asuntos internacionales.

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