El Frente Amplio por México se encuentra ante una disyuntiva: o es un frente partidista o es un frente ciudadano. Difícilmente se van a poder las dos cosas y Xóchitl Gálvez sabe que la gente no quiere votar por el PRI, PAN y PRD, pues cargan muchos más negativos que positivos, sobre todo después de la campaña de desprestigio (con justa razón) que desde hace más de una década emprendió López Obrador contra ellos, les ha dicho de todo: mafia del poder, los neoliberales, los corruptos, etcétera.
Por eso, en su discurso del domingo pasado, en el Ángel de la Independencia, Xóchitl dijo ser daltónica. De esta forma, busca sembrar la idea de que no pertenece a ninguna agrupación política y deslindarse de las siglas partidistas para ser ubicada como una candidata ciudadana, del pueblo, por eso, dijo, sus colores son los de México. No será fácil, los tres partidos buscarán reaparecer, repartirse botines e incrementar sus votos.
Pasó con López Obrador, en las dos primeras elecciones presidenciales que perdió, compitió bajo las siglas del PRD, todos ganaron puestos, excepto él. Le brindó al sol azteca una cantidad de votos sustancialmente importante para seguir viviendo del erario público, hasta que Obrador fundó Morena, y no dejó ni para el arrastre al PRD, convirtiéndose en un partido de utilería, dando tumbos y mostrando de entre sus filas al oportunismo más rapaz e insignificante.
Por ello, Xóchitl Gálvez, que con una mano agradece el respaldo del PRIAN, quienes están obligados a brindarle estructura operativa, con la otra mano abre la puerta para definirse como una abanderada de la sociedad civil, y no partidista.
La gente que participó el domingo en el Ángel, apenas pudo llenar la mitad del tramo de Paseo de la Reforma que va del Ángel al Ahuehuete. El raquítico acarreo del PRI, PAN y PRD fue de risa, y la clase media alta, que por su propio pie llegó a los alrededores, aplaudía emocionada. Fueron más ellos que los simpatizantes partidistas, que bien uniformados y con nombres en playeras y gorras, de aspirantes que buscan la jefatura de la CDMX: Lía Limón, Lobo… etcétera, hacían arengas.
Al entregarle a Xóchitl la constancia para ungirla como representante de los tres partidos, también comienza una nueva etapa para negociar lo que será su futuro como frente, qué papel jugarán los partidos, cómo funcionarán y se coordinarán para ser útiles y no factores que resten a la candidatura de la hidalguense. Sabiendo el historial de PRIAN y PRD, y las horas bajas que viven, la única alternativa para seguir subsistiendo es: ella. Creernos la historia de que serán el primer gobierno de coalición, está aún muy lejos de la realidad democrática de México.
Buscarán usar el carisma de Xóchitl, para llenar nuevamente sus arcas de votos y por ende escaños (en 2024 se renuevan completas ambas cámaras), gubernaturas (estarán en juego ocho estados y la jefatura de Gobierno de la CDMX) y quizá puestos en el gobierno (de ganar la elección presidencial, se frotarán las manos para obtener varias secretarías de Estado).
Pero, ¿quién depende más de quién? ¿Xóchitl de los tres partidos, o ellos de ella? Sabemos que Xóchitl es el activo principal de ese frente, pero al mismo tiempo requiere de la estructura de los tres partidos. La estrategia exitosa será que ella logre ser abrazada por la ciudadanía, y que a esa gente les convenza de que está por encima de los partidos, y que no se dejará manipular por Alito Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano.
Deberá negociar con ellos, es un hecho. Pero debe saber desafiarlos, al mismo tiempo, para que sus propuestas de gobierno sean 100 por ciento personales y progresistas. Tarea difícil, pero para eso sirve la política. Por lo pronto, fue un buen punto el haber invitado el domingo a Cecilia Flores, fundadora de Madres Buscadoras de Sonora, ya que le debe abrir la puerta a liderazgos civiles e incluirles.
Cuando usted, muy amablemente lector, esté en esta columna, faltarán pocas horas para conocer quién será el abanderado o abanderada de Morena para la próxima elección presidencial. Aún existen muchas dudas del desenlace, a pesar de que todo indica que será Claudia Sheinbaum quien obtendrá una contundente victoria.
La más reciente encuesta de El Financiero, publicada ayer, coloca a la exjefa de Gobierno con 12 puntos de diferencia. Tomemos en cuenta que el trabajo demoscópico que realiza Alejandro Moreno, fue muy certero en la encuesta que aplicó previamente a las que levantó el Frente Amplio por México para darle un irreversible triunfo a Xóchitl Gálvez.
Pero quien tendrá la última palabra es Marcelo Ebrard, quien tiene a medio México suponiendo cuál será su decisión final en caso de que no sea él ganador de las encuestas internas de Morena. ¿Se va o se queda? Esa es la pregunta existencial que a todos nos tiene tratando de resolver. De eso depende, gran parte de los destinos de la elección presidencial en junio de 2024.
El autor es periodista mexicano especializado en asuntos internacionales.