La encuesta que reveló The New York Times, el lunes pasado, es un indicativo de que Estados Unidos vive horas bajas en cuanto a forjar nuevos líderes políticos que impulsen agendas que redefinan la política interna y externa. Es preocupante ver cómo los principales liderazgos republicanos y demócratas, se asienten en personalidades que navegan entre el populismo y el inmovilismo.
Aunque ya es de dominio público que las encuestas con frecuencia se equivocan, aún sirven de termómetro para entender cómo se mueve el interés ciudadano por determinado candidato o candidata. En este contexto, The New York Times, a un año de que se celebren elecciones presidenciales en un país rebasado por antagonismos que se posicionan en el mundo, pone adelante a Donald Trump, en estados que definen una elección presidencial.
El presidente Joe Biden no ha podido consolidar, en cuatro años, un país lo suficientemente fuerte como para liderar las acciones globales. China sigue imponiendo su agenda en los cinco continentes. Rusia ha logrado desestabilizar Europa con su invasión a Ucrania, y Medio Oriente vive una guerra feroz donde niñas, niños, mujeres y hombres inocentes están siendo asesinados por misiles terroristas y un gobierno de extrema derecha que ya cruzó todos los límites.
El mundo llegará con esperanzas ajadas al 2024 por las guerras en curso, la continua desigualdad, la migración que apremia y las secuelas que ha dejado la pandemia por Covid-19. Además, la política global vive entre el asomo de populismos exasperantes, como el de Donald Trump en Estados Unidos o Javier Milei en Argentina. No se digan aquellos gobiernos autócratas que han deshecho sociedades, como en Nicaragua o Venezuela, o zonas de interminable sufrimiento, como Siria o Afganistán: apenas unos retratos del mundo que sufre.
Precisamente, la encuesta del NYT revela datos interesantes respecto a esos temas que actualmente polarizan a bandos de derecha o de izquierda, populistas o demócratas, progresistas o conservadores. Esta encuesta se centró en los estados llamados ‘bisagra’, es decir, que pueden cambiar su voto en las elecciones, respecto a los dos partidos hegemónicos.
Debemos poner atención en Nevada, Georgia, Arizona, Michigan, Pennsylvania y Wisconsin. En estos estados se preguntó: “Consideras que Biden o Trump harían un mejor trabajo en…”, temas clave como el aborto, el conflicto palestino-israelí y la economía. Para muchos sin sorpresa, Trump toma la delantera en esos territorios, en los asuntos concernientes a la economía y el conflicto en Oriente Medio, mientras que Biden, solo en el tema del aborto.
En otras preguntas, se cuestiona si se es demasiado viejo para ser presidente: Biden obtiene 71 puntos negativos, por 39 de Trump; en cuanto a la claridad de su mente para gobernar, Biden obtiene 62 puntos en contra, por 44 de Trump; mientras que, sobre el temperamento óptimo, el demócrata obtiene 55 puntos malos, mientras que el republicano 51. Hace tres años las cosas pintaban sumamente distintas, en la primera pregunta, la paridad era la siguiente: 34-18; en la segunda, 48-45; y en la tercera, 58-39, respectivamente.
Sobre por quién votarían en la elección presidencial, en Nevada, Trump le saca 10 puntos a Biden; en Georgia, 6 puntos; en Arizona, son 5; en Michigan, también 5; mientras que en Pennsylvania son 4 puntos de diferencia entre el republicano y el demócrata. Solo en Wisconsin, Biden obtiene una ventaja de 2 puntos de diferencia, por encima del magnate.
Reitero, esto a un año de que se celebren elecciones, y en un proceso electoral donde se acostumbra que el presidente que se reelige, mantenga el poder otros cuatro años más; paradójicamente, Trump enfrenta un proceso judicial que ha sabido canalizar electoralmente hacia sus huestes más duras y a los nuevos electores jóvenes, y al mismo tiempo, mantener los reflectores bajo su indolencia, retórica y populismo.
La edad de Joe Biden, que cumple el próximo 20 de noviembre 81 años, y sus constantes deslices, olvidos, dislates y caídas, le han debilitado sobremanera. La pregunta que todos se hacen, sobre si tendría la capacidad de gobernar cuatro años más, contrasta con la aún vitalidad de Donald Trump, de 77 años de edad, quien ha logrado mantener una narrativa en la opinión pública, de ser el candidato en resolver los problemas, nada más alejado de la realidad.
A pesar de los códigos y tradiciones que se arraigan en la política estadounidense, vale la pena que los demócratas revisen su praxis política y presenten un nuevo liderazgo que refresque su posición ante los electores, que no logran ver en Joe Biden a la persona que sepa enfrentar los desafíos futuros.
En cambio, los jóvenes y conservadores estadounidenses ven en Trump la alternativa, nuevamente, de que lidere su país ante las problemáticas disrupciones que se han concatenado en el mundo. Con ello se deja de manifiesto, que el sistema político-ideológico en Estados Unidos, anda mal.
El autor es periodista mexicano especializado en asuntos internacionales.