En petit comité

La urgente democratización interna para los partidos políticos

Tristemente, ningún partido, a pesar de funcionar con dinero público, está abierto a la ciudadanía. Ese es quizá su mayor error.

A veces quienes más tendrían que poner atención a los mensajes que se envían desde la sociedad son los menos enterados.

Así ocurre con los partidos políticos en México, que a traspiés intentan recomponerse, pero todavía bastante aislados y ajenos al contundente mensaje que les dio la ciudadanía en las urnas el 2 de junio pasado.

Con una participación de alrededor de 61 por ciento —considerado como promedio entre las más recientes elecciones en el país— nuestros comicios aún están lejos del 77 por ciento que hubo, por ejemplo, en las elecciones argentinas de 2023, en las que Milei se alzó con el triunfo.

Pero ese 39 por ciento que se abstuvo de participar en las elecciones, según especialistas, es un número que no se debe menospreciar, pues significa que ni las candidaturas ni las plataformas partidistas ni los proyectos lograron enganchar con una ciudadanía hastiada de promesas que no se cumplen y del juego burdo de la política, en general.

En su ceguera y su eterna soberbia, los políticos y las dirigencias partidistas no alcanzan a entender el mensaje, acaso fingen tomar nota, mostrar preocupación algunos días y seguir adelante, sabiéndose repudiados, pero sin tener la menor intención de cambiar esa percepción.

No en balde datos del Latinobarómetro elaborado apenas el año pasado muestran que una de las instituciones en las que menos confianza tiene la ciudadanía son los partidos políticos.

En ese estudio, 77 por ciento de todas las personas encuestadas en 17 países de América Latina dijo que los partidos no funcionan bien. En el caso de México, 62 por ciento considera que los partidos no funcionan, casi el doble que las personas que opinan lo contrario.

Hay un punto crucial, y es que las dirigencias partidistas todavía no se dan cuenta de que la elección estrictamente hablando no la ganó Morena y no la perdieron el PRI y el PAN. La elección fue un referéndum al gobierno del presidente López Obrador, quien haciendo uso de recursos y de su gran carisma, movilizó a la ciudadanía para votar a favor o en contra de su proyecto.

Los partidos salieron sobrando, las dirigencias partidistas de la oposición jamás lograron ponerse de acuerdo y quedó claro que el PRD jugó un papel prácticamente testimonial.

Es innegable que una estructura partidista permite reunir votos y llevarlos a las urnas. Sin embargo, las dirigencias siguen en su soberbia, negligencia y egoísmo sin alcanzar a comprender que la ciudadanía les lleva ya varios pasos por delante.

El dispendio de 6 mil 609 millones 787 mil 227 pesos que PRI, PAN, PRD, Morena, PT, PVEM y MC recibieron del erario público este año solo funcionaron para abultar sus arcas, pues ni siquiera consiguieron lavarse de su mala fama o impulsar proyectos sociales.

La única forma de que los partidos políticos se reconcilien con la sociedad es que en el proceso de elección y selección de candidaturas se establezca un método para que la voz de la ciudadanía realmente se haga escuchar y no quede todo en manos de las cúpulas, que imponen y disponen sin tomar en cuenta al electorado.

Tristemente, ningún partido, a pesar de funcionar con dinero público, está abierto a la ciudadanía. Ese es quizá su mayor error.

SOTTO VOCE

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Oscar Mario Beteta

Oscar Mario Beteta

Con más de 30 años de presencia y experiencia en medios de comunicación, Óscar Mario Beteta es un conocido periodista y conductor de televisión mexicano.

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