Sin duda, el 2021 ha sido un año de cambios continuos en materia fiscal y legal, así como de situaciones que nos han dejado grandes aprendizajes. En este sentido y en perspectiva al 2022, hay diversos temas que serán relevantes para las empresas, por ello, este es el momento idóneo para hacer una pausa y llevar a cabo un análisis respecto a posibles efectos que estos pudieran generar en la estrategia del 2022.
La pregunta obligada es: ¿por dónde iniciar? A partir del 1 de enero entrarán en vigor todos los cambios aprobados en la reforma fiscal 2022, los cuales vendrán acompañados, en su mayoría, de diversas obligaciones de cumplimiento, adicionales a las ya existentes. Por ello es prioritario:
1. Identificar cuáles son los principales cambios de la reforma que impactan en su organización.
2. Definir acciones para mitigar los riesgos, tanto operativos como de reporte de información y estrategia.
3. Establecer, de manera multidisciplinaria, el plan de acción que la empresa seguirá para cumplir con las nuevas regulaciones.
Las empresas requieren enfocar esfuerzos en entender y estar preparadas para cumplir con las disposiciones fiscales, incluidas las relativas al ejercicio de las facultades de la gestión tributaria. En este mismo contexto, evitar la evasión y la elusión fiscal se convierte en el estandarte por parte de las autoridades y, sin duda, el uso de la tecnología facilita tanto la fiscalización y el cumplimiento, por lo que ubican a las organizaciones en una clara necesidad de tecnificar todos los procesos transaccionales y operativos para atender adecuadamente todas las obligaciones derivadas de ello, entre las que se encuentran la factura y la contabilidad electrónica, los esquemas reportables, tasas efectivas, el prellenado de declaraciones y, ahora también, las cartas invitación para la conciliación de CFDI, entre otras.
Otro tema fundamental sigue siendo la reforma de subcontratación. Muchas empresas nos preguntan si este asunto no concluyó después del periodo de transición otorgado por las autoridades, la respuesta es no; ahora las organizaciones deben estabilizar su operación con base en las decisiones que tomaron durante el 2021 y definir si es necesario realizar ajustes y cómo implementarlos. Un ejemplo claro es el pago de la PTU, si bien las empresas, hasta este momento, ya llevaron a cabo transformaciones en sus estructuras y estrategias, es importante que hagan un monitoreo del impacto que estas tendrán en la operación cotidiana del negocio y si es necesario mitigar algún riesgo.
De igual forma, también deben sumar a la estrategia las nuevas políticas laborales que implementarán a raíz del cumplimiento del pago de la PTU, además de algunos otros aspectos como la negociación sindical y el seguimiento a lo estipulado por la NOM-035, entre otros.
No menos importante es el tema de las tasas efectivas vs. la gestión del riesgo fiscal. Dentro del análisis que se recomienda hacer, este punto es fundamental porque va a ser el que guíe el diseño de la estrategia y las acciones a implementar.
No debemos perder de vista que existe una tendencia impulsada por el G-20, enfocada en la implementación de un impuesto mínimo global, que fue aprobado por 136 países con la finalidad de hacer un ataque frontal a los paraísos fiscales. Se estima que con esta medida se generen alrededor de 150 mil millones de dólares de ingresos adicionales al año, además de que cada país deberá legislar de cara a su entrada en vigor en el 2023.
La estructura de este nuevo gravamen está sustentada en dos pilares: a) 15 por ciento sobre los beneficios de las multinacionales y; b) los ingresos pagados por las grandes empresas se irán a los países de donde estos se obtienen.
Finalmente, el tema del talento será fundamental para el éxito de las organizaciones. Es una realidad que los modelos híbridos llegaron para quedarse y, de cara al próximo año, las organizaciones necesitan adaptar mucho de su estrategia visualizando la operación de ciertas áreas del negocio (las que resulten aplicables), bajo ese formato.
Hay mucho por hacer y, sin duda, estos días previos al cierre de año son el momento idóneo para analizar y replantear los puntos que permitirán a las empresas seguir siendo competitivas y lograr sus metas en el 2022.
El autor es socio líder de Impuestos y Servicios Legales para México, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú EY