Uso de Razón

Hoy lunes, cuidado con Putin

Lo que diga y haga hoy será fundamental para el curso de la guerra, y la suerte económica, o hasta física, de buena parte del mundo.

Los tanques y vehículos lanzamisiles rodarán hoy por la Plaza Roja de Moscú para conmemorar el Día de la Victoria sobre el Ejército de Hitler, en un evento encabezado por el presidente que se ha convertido en símbolo internacional de la crueldad humana y la ineptitud militar.

Rusia habrá pasado, con Vladimir Putin, de la gloria a la vergüenza.

Por eso hoy es un día de peligro para la humanidad.

Un megalómano, dueño de arsenales nucleares capaces de destruir el planeta, llega a la que sería su cita con la inmortalidad por haber anexado Ucrania a la Gran Rusia, con una enorme derrota a cuestas.

Y exhibido ante el mundo como un ladrón. En la costa norte de la Toscana, el gobierno de Italia confiscó un yate de 700 millones de dólares que es de su propiedad, o de un prestanombres suyo.

Ningún narcisista como él acepta una humillación de esa magnitud, aunque sea autoinfligida. Va a disparar hacia algún lado.

Lo que diga y haga hoy será fundamental para el curso de la guerra, y la suerte económica (o hasta física) de buena parte del mundo.

Stalin también fue megalómano y cruel, pero derrotó a los nazis en el frente oriental, y un día como hoy, de 1945, obtuvo la rendición incondicional de Alemania.

Putin llega al 9 de mayo derrotado en su proyecto de tomar Ucrania en un par de días, luego de la invasión que inició el pasado 24 de febrero.

Es cierto, Ucrania está siendo destruida físicamente, pero Rusia no ha ganado y los combates mantienen un dramático suspenso acerca de quién vencerá y qué significa triunfar.

Lo que nos muestra la historia es que cuando una superpotencia –como es Rusia– no va ganando, quiere decir que va camino a la derrota. Recordemos Vietnam. Y Afganistán, para estadounidenses y rusos.

Hoy es clave. El dictador ruso estará en la Plaza Roja, ante el gigantesco arsenal que desfila frente a él, sin poder tomar Ucrania. Ni siquiera tiene el control completo de una ciudad grande de su vecino.

Tal vez por eso el director de la CIA, William J. Burns, dijo el fin de semana que “Putin se encuentra en un estado de ánimo que cree que no puede darse el lujo de perder”.

Lo único que podrá presumir Putin este día es haber bombardeado hospitales, clínicas de maternidad, barrios y objetivos civiles, haber asesinado a sangre fría a ancianos, torturados, con las manos atadas en la espalda y el tiro de gracia.

¿Qué distractor irá a sacar Putin para restarle reflectores a la exhibición de su crueldad, ineptitud y el hallazgo del Sherezade en un muelle italiano?

Muy antioccidental, pero ahí esconde parte de su riqueza mal habida.

El barco incautado el viernes por las autoridades italianas tiene 459 pies de largo, y amenidades como dos cubiertas para helicóptero y una alberca convertible en pista de baile.

Con cierto pudor legalista, pero buena puntería, el Ministerio de Finanzas de Italia informó que una investigación había permitido llegar hasta el dueño del yate.

Se trata, dice el comunicado, de un individuo que “amenaza la paz y la seguridad internacional”, y que su comportamiento equivale a “socavar o amenazar la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania”.

Hoy Putin es un paria armado con el segundo arsenal más poderoso del mundo. Y con el ego herido.

El fin de semana su Ejército reculaba afuera de Kharkib, la segunda ciudad más importante de Ucrania, a sólo 40 kilómetros de la frontera rusa.

En su repliegue, el Ejército de Putin debió volar cuatro puentes para evitar ser alcanzado por los soldados ucranianos.

Cuando inició la invasión, Kharkib era un objetivo estratégico básico e inmediato del Kremlin.

¿La razón? Está muy cerca de su frontera, existe un amplio sector de la población que es rusohablante, y con la toma en breve tiempo y casi sin violencia, por la colaboración de la ciudadanía, mostrarían al mundo que Ucrania es parte de Rusia.

Eso fue el 24 de febrero. Este fin de semana el Ejército ruso retrocedía por el empuje de quienes lo iban a recibir con flores.

¿Qué hará Putin para eludir la vergüenza de pasar a la historia como un dictador inepto, sanguinario y perdedor?

Hoy podríamos tener algunas respuestas.

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