BOGOTÁ, Colombia.- Nadie apostaba un peso a que Biden llegaría a la recta final de las elecciones intermedias con las manos llenas de éxitos que ofrecer a los votantes.
Hoy, él y su partido están en condiciones de retener la mayoría del Senado en noviembre, o al menos de no ser avasallados por los republicanos.
El viejo presidente de Estados Unidos nunca perdió la fe en la divisa esencial de su larga carrera política: persuadir, persuadir, persuadir.
Ahora se dispone, a partir del próximo 6 de septiembre (Día del Trabajo en Estados Unidos), a iniciar el ‘tour de la victoria’, que recorrerá 23 estados para promover a su partido en las elecciones de noviembre y recordarle a los votantes que, aunque a medias, cumplió sus promesas.
El triunfo legislativo más relevante fue la aprobación, sin apoyo republicano, de la ley más ambiciosa de ‘justicia climática’ que se haya conocido, por 765 mil millones de dólares.
Los habitantes de Estados Unidos podrán comprar coches eléctricos (incluso usados), cambiar refrigerador, sistema de aire acondicionado y todo tipo de electrodomésticos, para lo que dispondrán de un crédito fiscal de 10 mil dólares.
Se podrán deducir de impuestos, con la condición de que los aparatos adquiridos tengan un certificado de eficiencia y consuman menos de equis watts al mes.
La medida es un impulso a las energías limpias, a la economía y también a personas de escasos recursos (en California, 20 por ciento de los hogares carece de aire acondicionado).
Fue, además, un golpe político.
Los demócratas en el Senado necesitaban unanimidad para sacar adelante la ley, y no la tenían por la negativa de Joe Manchin, de Virginia Occidental, que se ha opuesto prácticamente a todas las iniciativas de su propio partido.
Biden aguantó dos años de cachetadas de Manchin y de la senadora Kirsten Sinema, con quienes nunca rompió el diálogo ni perdió la paciencia.
Por eso fue significativo el gesto del presidente en la ceremonia de firma de la ley, en el salón Roosevelt de la Casa Blanca, acompañado por un grupo de legisladores.
Se le veía radiante al momento de firmar, y luego de hacerlo entre aplausos de los parlamentarios, fijó su mirada en Manchin hasta atraer la suya. Se la sostuvo, y lentamente le acercó la pluma con que había firmado la ley. Se la regaló.
“Mira todo lo que podemos lograr si vamos unidos”, pareció decir el gesto del presidente hacia Manchin.
Biden logró también la ampliación de la Ley de Cobertura Médica Accesible (mejor conocida como Obamacare). Sin ella, 13 millones de estadounidenses adultos (votantes) se habrían quedado sin apoyo para seguro médico. La atención a la salud les sería incosteable a partir de septiembre.
Con votos de demócratas y republicanos se aprobó la primera ley de regulación de armas de fuego en 30 años.
Fue aprobada la iniciativa de ley para la producción de microprocesadores, necesarios en la industria automovilística y electrónica.
La espiral inflacionaria parecía imparable, pero durante julio, Joe Biden colgó un cero al incremento en los precios al consumidor.
El descenso ininterrumpido de los precios de las gasolinas es maná del cielo para Biden. El galón está por debajo de los cuatro dólares promedio, a nivel nacional (más barata que en México, por cierto).
Para suerte de los demócratas, el expresidente Trump apoyó a un grupo de candidatos republicanos al Senado que sigue en la línea de desconocer el triunfo de Biden en 2020.
El triunfo en las primarias republicanas de ese puñado de impresentables, prácticamente les asegura una derrota en las elecciones generales de noviembre. Así, los demócratas podrían retener el control del Senado.
El líder de la bancada republicana en el Senado, Mitch McConnell, admitió que no es seguro que ganen la Cámara alta en noviembre, por “la calidad” de los candidatos republicanos.
Dicho de otra manera: la militancia en el trumpismo sirve para ganar primarias en el Partido Republicano, pero no unas elecciones generales.
Lenta, pero constante, la popularidad del presidente está subiendo a partir de esta buena racha de triunfos legislativos, económicos y políticos.
Motivada está la base demócrata. Los ambientalistas y las mujeres (bajo amenaza de cárcel por aborto), también.
Los republicanos se pusieron el pie con la elección de los candidatos al Senado.
Se alinean los astros para Biden rumbo a las elecciones de noviembre. Y no ha sido casualidad.