¡Viva el futbol!, pero este Mundial es una vergüenza para la civilización.
Equivale a haber realizado una Copa del Mundo en Sudáfrica en tiempos del apartheid.
La FIFA manchó con sevicia al deporte más universal, que brinda tema de conversación entre seres humanos que hablan distinto idioma, de diferentes edades, condición social, sexo y credo religioso.
Hasta enero del año pasado, 6 mil 500 trabajadores migrantes habían muerto en Qatar en la construcción de los estadios en que se jugará el máximo torneo.
La esclavitud “moderna” a la que han sido sometidos trabajadores migrantes de Pakistán, Irán, Sri Lanka, Bangladesh y Nepal fue revelada por Amnistía Internacional hace casi dos años, y el periódico inglés The Guardian dio a conocer la cifra de 6 mil 500 muertos luego de recopilar los datos en las embajadas de esos países.
Ese crimen no tiene nada que ver con el deporte a través del cual nos comunicamos miles de millones de seres humanos.
Junto a un campamento de beduinos en la zona de guerra de Irak, usted verá porterías improvisadas.
Entre los estibadores de Puerto Príncipe hay algunos con la camiseta de las Chivas Rayadas de Guadalajara.
Hice amistad con unas señoras en un pueblo de Sicilia porque reconocieron mi playera de Cruz Azul.
En los mercados de especias en ciudades árabes hay vendedores con la camiseta de Messi, y hasta en los médanos de Singapur (donde murió Melquíades) también se habla de futbol.
El futbol es un lenguaje común de la humanidad.
¿Por qué lo asociaron a las peores prácticas, contrarias a los derechos humanos, al otorgarle la sede mundialista a Qatar?
“Fue un error de la FIFA darle el Mundial a Qatar”, dijo recientemente el mediocampista alemán Toni Kroos, citado en México por la publicación deportiva Mediotiempo, prácticamente la única en el país que se ha ocupado del tema.
Por cierto, la selección alemana ha salido a jugar con playera negra, por la falta de respeto a los derechos humanos en la próxima sede mundialista.
La FIFA tiene una doble moral aceitada con dinero.
Ha castigado a México por el grito homofóbico, y le dio el Mundial a Qatar, donde está penado tener preferencias sexuales distintas a la oficial.
El capitán de la selección de Inglaterra, Harry Kane, llevará el brazalete con los colores de la bandera LGTB, en solidaridad con las personas perseguidas porque son homosexuales.
La marca deportiva Hummel, que viste a la selección danesa, llevará su logo desdibujado en la camiseta del país nórdico porque “no queremos ser visibles durante un torneo que le ha costado la vida a miles de personas”.
El equipo noruego jugó un partido con esta leyenda en la camiseta: “Derechos humanos dentro y fuera del campo”.
Seis mil 500 trabajadores muertos hasta enero de 2021. ¿Cuántos más murieron después, en este año y medio?
Son cifras de algunas embajadas que llevan la contabilidad de fallecimientos de trabajadores connacionales en Qatar. Pero faltan otros países, como los árabes, por ejemplo.
De acuerdo con el reporte de Amnistía Internacional, elaborado hace casi dos años, los trabajadores son encerrados en cuartos pequeños, con hasta ocho personas por habitación, y no pueden abandonar el campamento porque son multados o encarcelados.
Señala Amnistía Internacional que los trabajadores en las obras para la Copa del Mundo “no pueden salir del país y suelen esperar meses para cobrar su salario (que es inferior al prometido cuando fueron enganchados por organizaciones creadas para tal efecto). Mientras, la FIFA, sus patrocinadores y las empresas de construcción implicadas se preparan para obtener ingentes beneficios económicos de la celebración del torneo”.
Es un Mundial y hay que jugarlo. Pero, ¿sin decir nada?
La selección de México ¿no va a expresar, de alguna manera, su rechazo a las condiciones inhumanas de trabajo y a la discriminación?
¿Va a jugar nuestra selección en estadios donde murieron miles de personas en su construcción, como si eso fuera algo normal?
Sí, viva el futbol, pero haber hecho el Mundial en Qatar es una canallada.