El anticipado lanzamiento de la candidatura presidencial de Joe Biden sugiere que entendió que su partido cometió un error al judicializar el caso Trump.
Hasta antes del encausamiento criminal en Nueva York, el presidente no tenía urgencia para anunciar su candidatura a la reelección en la Casa Blanca.
Biden podía jugar con el tiempo, sabedor de que una regla no escrita de la política estadounidense es que, si el presidente anuncia que va por otro periodo, nadie en su partido le disputa la nominación.
Su idea era sentarse a ver cómo se arrancaban los ojos Donald Trump y el gobernador de Florida por la candidatura del Partido Republicano.
Pero a raíz de la decisión de la fiscalía demócrata de Manhattan, la popularidad de Trump subió como espuma, recaudó decenas de millones de dólares y enterró a Ron de Santis.
Mientras tanto las encuestas mostraban a Biden en el sótano de la aceptación popular y el rechazo de un electorado que quería caras nuevas en la boleta electoral.
El pretexto de qué su anuncio coincidió con el cuarto aniversario de su campaña anterior fue simplemente eso: un pretexto. Biden está preocupado por el ascenso de Trump.
Siete de cada 20 estadounidenses no quieren a Biden en la boleta y seis de cada 10 no quieren a Trump.
El presidente tiene en su favor que, aunque los demócratas hubieran deseado un candidato fresco, lo prefieren a él que a Trump.
Es decir, incluso para los que dicen que Biden es demasiado viejo, siempre es preferible al imprevisible, volátil y caprichoso Trump.
Con el gobernador de Florida Ron de Santis rezagado en las encuestas, todo parece indicar que tendremos una repetición de la pelea entre Biden y Trump en noviembre de 2024.
Biden fue muy hábil en designar a la mexicana-americana Julie Chávez Rodríguez, nieta del legendario César Chávez, como su jefa de campaña.
Es que el presidente tiene una fuerte deuda con la comunidad latina, que nunca lo quiso como candidato, pues preferían a Bernie Sanders.
Y en la Casa Blanca se ha dedicado, no a cumplir su promesa de una reforma migratoria, sino a aplicar medidas estilo Trump, apoyado por AMLO.
Está por verse si ese flirteo con los latinos paga dividendos, porque los republicanos han estado activos en reclutar a hispanos en los estados fronterizos.
Pero no es el único reto de Biden. Un desafío mayor será convencer a los donantes más generosos de aportar a su campaña desde ahora.
En su equipo estiman que requiere recolectar dos mil millones de dólares. Los necesita para ganar y ya está en el ruedo.
Para sorpresa de muchos en México -de los dos flancos políticos-, es muy probable que Biden derrote nuevamente Trump. Salvo, claro, que en el país vecino se presente una recesión económica prolongada.
Si lo hace, tendrá 82 años al asumir su segundo mandato y 86 años cuando salga de la Casa Blanca. Será un anciano, pero pasará a los libros de historia como el hombre que salvó a su país del regreso al pasado racista y del caos antidemocrático al que empuja Donald Trump.
Dos grandes miradas:
Marc Thiessen, del Washington Post, basado en encuestas recientes, apunta que los estadounidenses están enviando un mensaje claro a ambos partidos: quieren nuevos candidatos para elegir en 2024.
“La gente no quiere una revancha entre Biden y Trump”, afirma uno de los encuestadores de CNN citado por Thiessen. Pero parece cada vez más probable que el país obtenga exactamente eso: Biden versus Trump, otra vez.
Señala que una encuesta del Wall Street Journal, realizada por Tony Fabrizio, “súper encuestador pro-Trump”, halló que entre los votantes que desaprueban tanto a Trump como a Biden, el presidente supera a Trump por 39 puntos: 54 por ciento a 15 por ciento.
Claramente -explica- a los votantes indecisos, a los que no les gusta Biden, les disgusta aún más Trump.
Así, el expresidente es el único candidato republicano que puede salvar a Biden de las consecuencias políticas de todos los desastres en serie que ha desatado en el país durante este mandato.
Y enumera: la peor inflación en 40 años. La peor caída de los salarios reales en cuatro décadas. Los precios de la gasolina más altos jamás registrados en Estados Unidos. El mayor aumento anual de los precios de los alimentos desde 1979. La peor escasez de mano de obra en la historia del país, y la peor ola de delincuencia desde la década de 1990.
Pero, explica el articulista del Post, en 2022 Biden logró casi el mejor desempeño electoral de mitad de mandato de cualquier presidente desde John F. Kennedy (solo fue superado por los resultados intermedios de George W. Bush después de los ataques del 11 de septiembre).
Biden logró ese resultado a pesar de ser el presidente estadounidense más impopular desde Harry Truman.
No es que a los demócratas les haya ido bien porque los votantes aprobaran al presidente Biden, apunta Marc Thiessen, sino porque desaprobaron a los candidatos a la Cámara y al Senado, cuidadosamente seleccionados por Trump.
Thomas Friedman, extraordinario reportero, escritor (La Tierra es Plana) y ahora columnista en The New York Times, presentó esta semana un argumento sólido, profundo y emotivo en favor de la reelección de Joe Biden, que cito en algunas de sus partes:
“Hace unas semanas, uno de los intelectuales públicos más famosos de Francia, Bernard-Henri Lévy, concedió una entrevista a The Times sobre su nuevo documental, Slava Ukraini, y dijo algo que me ayudó a entender por qué, cuando me acerco a mi 70 cumpleaños, todavía quiero ser periodista.
“Cuando se le preguntó por qué, a los 74 años, esquivó cohetes en Ucrania para traer a casa el salvajismo de la invasión rusa, Lévy dijo: ‘En Ucrania, tuve por primera vez la sensación de que el mundo que conocía, el mundo en el que crecí, el mundo que quiero dejar a mis hijos y nietos podría colapsar’. Tengo exactamente ese mismo miedo”.
Por eso, estima Friedman, “hay tres cosas que absolutamente no se puede permitir que sucedan: no se puede permitir que Israel se convierta en una autocracia como la Hungría de Viktor Orban. No se puede permitir que Ucrania caiga ante Vladimir Putin. Y no se puede permitir que Donald Trump ocupe la Casa Blanca nunca más…
“Si los tres (acontecimientos) llegaran a suceder, el mundo que quiero dejar a mis hijos y nietos podría colapsar por completo”.
Para Friedman, la Unión Europea, el otro gran centro multiétnico del mundo de mercados libres, personas libres y derechos humanos estaría a merced de Putin.
Así es que, concluye este gran periodista de nuestra época:
“Joe Biden sería mi candidato, sin importar su edad, siempre que fuera capaz física y mentalmente, porque no veo a ningún otro demócrata con su combinación de habilidades políticas, su creencia fundamental en la necesidad y posibilidad de la unidad nacional, su política exterior inteligente y su capacidad para estar en desacuerdo con los partidarios de Trump sin tratar de humillarlos. Él quiere auténticamente sacar el veneno de nuestro sistema político”.