La encuesta de Morena para seleccionar a su candidato presidencial es mucho peor que una faramalla: es ilegal.
Ya no rige la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales. Se acabó la equidad, la transparencia y la fiscalización a que obliga la ley a los partidos políticos.
Lo que manda en México es el criterio personal del presidente de la República.
El capítulo II de la ley, en su artículo 226, señala que las precampañas empezarán la tercera semana de noviembre y no pueden durar más de 90 días.
Y el lunes próximo los cuatro aspirantes de Morena empiezan sus campañas en busca del respaldo ciudadano para ser los candidatos de su partido a la presidencia de la República.
Eso es ilegal. Por donde se le vea rompe con la legalidad y con la equidad.
Si hubiera responsabilidad y sentido del decoro en el Tribunal Electoral, Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto y Monreal tendrían que ser descalificados para competir por la Presidencia.
No se vale violar la ley, punto. Lo hacen con bombos y platillos, despliegue de recursos, mítines, bardas…
Los cuatro mencionados van a hacer campaña por 70 días, antes de que la ley electoral se los permita.
Decía ayer el exconsejero Ciro Murayama que este arranque anticipado de precampañas es como si un maratonista empieza a correr el día antes de la competencia.
Ese maratonista sería descalificado en automático, y seguramente sometido a una evaluación psiquiátrica.
Pero en México es al revés. Los locos son los que señalan que un equipo debe ser descalificado porque empezó a correr cinco meses antes de la competencia.
La ley ya no rige para los que tienen el poder.
Van a recorrer el país en promoción para obtener la candidatura presidencial desde el 19 de junio al 27 de agosto sin cumplir con ninguno de los lineamientos que establece la ley electoral.
Sus recursos no van a ser fiscalizados por el INE, como marca la ley para las precampañas.
Tal vez el dinero se los da la Divina Providencia, el pueblo bueno o el cártel de su preferencia. Nadie lo va a saber porque a nadie rendirán cuentas.
Así lo dispuso al Presidente, sin tener autoridad para ello.
Los únicos locos serán los partidos de oposición que se sometan a las reglas establecidas en la ley electoral.
Movimiento Ciudadano anunció que elegirá a su candidato en diciembre, como marca la ley.
En lugar de exigir que todos se sometan a la ley, se especula que MC quiere cachar a algún disidente de Morena y otras conjeturas.
O sea que el loco y tramposo es Movimiento Ciudadano por respetar la ley.
¿Qué nos pasa?
Ya nos convenció el Presidente de que “no nos vengan con que la ley es la ley”.
Ahí van todos, a las marchas de los precandidatos morenistas.
O a presionar a PRI y a PAN para que elijan ya a su candidato presidencial y no le den tanta ventaja a Morena.
A reprochar a Movimiento Ciudadano porque se va a esperar hasta diciembre.
La ley vale un cacahuate, o menos.
El que la cumple es menso.
Y quien inició y alienta la ilegalidad es nada menos que el Presidente, que juró cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen.
López Obrador fijó los tiempos de las precampañas, del levantamiento de la encuesta y del día en que se anunciará al candidato de Morena: 6 de septiembre.
Todo eso es absolutamente ilegal.
Tendrán candidato presidencial tres meses antes de que la ley autorice a los partidos el inicio de precampañas para seleccionar a sus abanderados a la Presidencia.
Eso es ilegal, y desde luego inequitativo.
Así no se puede ir a una elección federal.
No hay condiciones mínimas de legalidad.
La ley no existe para el poderoso y su partido.