Uso de Razón

El fraude de López Obrador

Durante el gobierno de López Obrador, el capital gana más con la especulación, o dormido, que en su función de crear riqueza, comenta Pablo Hiriart.

Así es que el sábado estaremos de fiesta porque ahora, al fin, primero son los pobres y el Presidente ya no gobierna para los ricos, sino para los que menos tienen. Todos al Zócalo a darle las gracias al transformador.

Pero, entendámonos: lo anterior es mentira.

Hoy los mexicanos son más pobres que hace cinco años.

Fue mentira el “primero los pobres”.

López Obrador ha gobernado contra el interés de México, contra los más pobres, y beneficiado a especuladores y a compinches de su partido con contratos sin licitar y ocultos por 10 o 15 años bajo la falacia de la seguridad nacional.

El Presidente es un fraude.

La fiesta a la que convoca será llenada con las cuotas de acarreados que se impusieron a los gobernadores de Morena.

El aplauso será fingido.

Las porras, un estribillo forzado.

Y el discurso, una colección de mentiras.

Todo en López Obrador es un fraude.

De 2009 a 2018 el PIB per cápita creció 19.2 por ciento. Y en este gobierno no sólo no ha crecido, sino que cayó -4.9 por ciento.

Mientras el PIB per cápita creció un promedio de 9.7 por ciento en el mundo entre 2018 y 2021, aquí cayó por debajo de cero.

La canasta alimentaria cuesta 40 por ciento más que en 2018.

En los primeros 52 meses del gobierno de López Obrador las instituciones financieras en México acumularon ganancias por 771 mil millones de pesos.

Las ganancias de los bancos están 71 por ciento encima, en términos nominales, a lo que obtuvieron en el mismo periodo del gobierno anterior.

No le prestan dinero a los medianos y pequeños empresarios o a los particulares que lo necesitan, sino a los mismos de siempre.

El pequeño ahorrador no gana al tener una cuenta en el banco, sino que pierde dinero (-3 por ciento al año), por los cobros de manejo de cuenta, saldo promedio y otros rubros.

Lo anterior quiere decir que cada año los mexicanos pierden aproximadamente 120 mil millones de pesos en términos reales (descontando inflación).

Las tarjetas de crédito cobran al usuario tasas por encima de 50 por ciento anual, y hasta de 100 por ciento.

El que todavía miente con el “primero los pobres” fue a decir a la Convención Bancaria en Mérida (marzo de este año) que podían estar tranquilos porque no habría nuevos impuestos e intercambió elogios mutuos con los banqueros.

De 0.6 por ciento ha sido el crecimiento promedio de la economía mexicana en el actual gobierno. Es posible que al finalizar el sexenio el crecimiento esté incluso por debajo del que hubo en el periodo del presidente De la Madrid, que recibió la crisis de la parranda populista previa.

Es una vergüenza, porque el resto del mundo ha crecido más que México.

Para muestra, Europa, donde también hubo covid y es escenario de una guerra que ha provocado escasez de alimentos y desabasto de energéticos, ha tenido un crecimiento promedio de 2.6 por ciento de su economía.

México: -0.6 por ciento, de los peores del mundo.

Nuestro país es hoy más pobre que en 2018. ¿Para quién gobernó entonces López Obrador?

Las ganancias del capital están muy por encima del crecimiento económico, lo que es generador de desigualdad social (Piketty dixit).

Aumenta la desigualdad cuando la economía no crece y los empleos que se crean son con bajos salarios.

Durante el gobierno de López Obrador, el capital gana más con la especulación, o dormido, que en su función de crear riqueza.

Si alguien pone un millón de pesos en Cetes a 10 años, tendrá ingresos de 50 mil pesos anuales, descontando la inflación.

A ver, ponga su millón a trabajar, contrate personal, pague impuestos y seguro social, y luego cuéntenos cómo le fue en su esfuerzo.

Se salvan los grandes ricos y los favorecidos por los contratos discrecionales del gobierno que dijo que se acabarían los privilegios y que primero los pobres.

Los mexicanos viven hoy cuatro años menos que en el sexenio anterior.

¿A quiénes golpea más la baja en el promedio de vida?

No a los que pueden pagar medicina privada y no han tenido restricciones en su dieta por razones económicas.

Los niños en las áreas rurales, que tenían escuelas de tiempo completo y fueron cerradas por el actual gobierno, desayunan tortilla con sal, o con frijoles y chile.

Quince millones de bajos ingresos perdieron su sistema de salud en este sexenio.

Tres mil niños y niñas han muerto por falta de medicinas para sus tratamientos contra el cáncer.

El gasto en salud de los mexicanos que dejaron fuera de la medicina pública aumentó en 40 por ciento.

Cuarenta y cinco millones de recetas médicas se han dejado de surtir por escasez de medicinas.

En eso ha consistido el fraude de López Obrador.

Nada de “primero los pobres”.

A los pobres sólo los ha hecho más dependientes del gobierno para subsistir.

Y apláudanlo en el Zócalo, voten por Morena, porque de lo contrario “los conservadores les van a quitar los programas sociales”.

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