Uso de Razón

El Estado contra la ciudadana Xóchitl

La perversidad de López Obrador está en hacer que Xóchitl Gálvez cuente dinero delante de un país donde casi la mitad de la población vive en la pobreza.

Lo que hace el presidente de la República contra la ciudadana Xóchitl Gálvez confirma todas las preocupaciones de que violará la Constitución para no entregar el poder.

Ante la agresión del jefe del Estado mexicano, Xóchitl sólo tiene como recurso la ley. Pero el Presidente no acata la ley.

¿Frente a qué estamos? El Presidente falta a la Constitución que juró respetar, falta a las leyes del Código Penal y desacata las determinaciones dirigidas expresamente hacia él de parte del Instituto Nacional Electoral.

López Obrador está en vías de reventar la elección presidencial porque su partido la puede perder.

Por ahora, echó –de manera ilegal– toda la carga del Estado para destruir a una ciudadana que aspira a ser candidata opositora.

Si el abuso de poder es irritante, hacerlo contra una ciudadana indefensa, mujer, es cobardía.

Al Ejército mexicano se le prohíbe, en combate, usar armas de mayor poder que los narcos cuando son agredidos por ellos. Hay castigo para quien lo haga.

Y el Presidente usa de manera inconstitucional los instrumentos del Estado para agredir a una persona que no ha violado la ley, sino que es ejemplo de superación personal a través del estudio y el trabajo.

¿No le preocupa a la canciller Alicia Bárcena estar al servicio de un abusador que viola la ley para destruir a una mujer que legítimamente piensa distinto a él?

La pregunta es a la canciller porque es una persona con un bien ganado prestigio internacional.

¿Nada que decir, secretaria de Gobernación, María Luisa Alcalde?

A ella es la pregunta porque es una mujer joven y con futuro, que no tuvo miedo de chocar con Napoleón Gómez Urrutia y padecer la campaña difamatoria de la prensa aliada al turbio líder sindical.

¿O están de acuerdo en que el hombre más poderoso del país violente las normas legales y las reglas básicas de convivencia, para aplastar a una ciudadana que piensa que las cosas se deben hacer de manera diferente?

Tal vez, como en las mafias, ya están adentro y el costo de salirse es muy alto.

El presidente de la República usó información del SAT para instar a una persecución legal contra Xóchitl. Le dijo con todas sus letras a Claudio X. González que amplíe la investigación “para hacer la denuncia correspondiente”.

¿Denuncia correspondiente? ¿Por qué? ¿Cuál es el delito?

La perversidad de López Obrador está en hacer que Xóchitl Gálvez cuente dinero delante de un país donde casi la mitad de la población vive en la pobreza.

Así le quita, o le pretende quitar, su conexión con los sectores populares: “miren, la candidata opositora tiene dinero, y ustedes no”.

El ataque presidencial refleja sus resentimientos: el que tiene dinero es enemigo, salvo que se ponga sus órdenes.

Xóchitl representa aquello que López Obrador deplora: la movilidad social con base en el esfuerzo.

Salió de la pobreza, de la miseria en un ambiente hostil a la mujer, a fuerza de dedicación al estudio y al trabajo.

Creó una empresa, exitosa, que hasta el gobierno de AMLO la ha contratado (sin que él supiera), y llegó a la política no por medio de un padrino, sino de un buscador de talento que la seleccionó para integrarse al gobierno.

Talento, esfuerzo, estudio, nuevas tecnologías, mujer y con carisma. ¡Uffff! Virtudes, todas, que sacan de sus casillas al Presidente.

Y le echó la carga del Estado encima, sin que ninguna mujer de su gabinete ni de su partido le exija moderación.

Viola la Constitución y leyes electorales, así como el Código Penal, y no hay manera de ajustarlo a la legalidad.

Faltan 10 meses y medio para la elección y seguramente en las próximas encuestas la precandidata de Morena aún estará arriba, pero es evidente su declive.

A López Obrador le queda el recurso de reventar la elección antes de junio, si es que para entonces no ha logrado demoler a Xóchitl.

La senadora nacida en el Valle del Mezquital no tiene manera de defenderse. Como dijeron Blas de Otero y Paco Ibáñez, sólo le queda la palabra.

Así respondió, desde su indefensión, al Presidente: “Con su documento deja evidencia que está usando todo el aparato del Estado para investigarme dolosamente por mi aspiración. Sígale, no le tengo miedo, no hay nada que ocultar”.

“Ha violado con esto una serie de leyes y, por ello, procederé legalmente contra usted y quien resulte responsable”.

“Me queda claro que ni contar sabe, eso explica el porqué de los sobrecostos de sus obras. Dijo que mi empresa recibió más de mil 400 millones de pesos del gobierno y según su propio documento no llegan ni a 80″.

“Ha dejado claro que le molestan las empresas formales y que ahora hasta de los negocios entre empresas quiere opinar”.

“Confirma que prefiere las empresas patito de los elevadores del IMSS, los contratos de su prima Felipa, los sobres amarillos de sus hermanos y las casas prestadas a su familia”.

“Conmigo se topó con pared porque quien nada debe, nada teme. En el fondo lo único que demuestra es que no le gustan las personas que aspiramos a algo mejor, le molesta la superación personal y el progreso social. Lo bueno es que ya se va”.

Muy valiente Xóchitl, porque quien la ataca es un Presidente, con el aparato de espionaje y persecución del Estado en la mano, y benevolente con grupos criminales que toman a balazos el control del territorio nacional.

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