Durísimo y “revolucionario” discurso de la presidenta Sheinbaum ayer, en que acusó a los gobiernos “neoliberales” de haber entregado “bienes de la nación a unos cuantos privados y extranjeros”.
¿Los va a recuperar –puede hacerlo– o es sólo un rollo para la ocasión?
Si entendemos por nación el territorio, la ley y su aplicación, el único que ha entregado una parte de ella a particulares fue su antecesor: a los cárteles de Sinaloa, Jalisco y sus múltiples ramificaciones en el centro del país, y en las fronteras norte y sur.
Aunque si se refiere a la producción y venta de bienes y servicios, eso se llama libre competencia y globalización.
Eso es lo que no le gusta, y lo van a recuperar.
¿Cómo?
Ha dicho que con la ‘4T’ se recuperó la “soberanía energética” porque el gobierno recuperó para sí la producción de hidrocarburos, así como la generación de energía eléctrica.
El argumento de la Presidenta es el mismo de su antecesor: se trata de una industria estratégica que no debe estar en manos privadas, sino en las del Estado.
Para afuera los privados, salvo que, en algunos casos, se asocien en condición minoritaria y subordinada a ese “maravilloso empresario” que es el gobierno.
Si eso es recuperar soberanía, la pregunta es ¿qué sigue?
Mucho más estratégica que la producción, distribución y comercialización de petróleo y electricidad, es la producción y distribución de alimentos.
Se trata de la comida de los mexicanos. Más estratégico, imposible.
Con la lógica perdedora y atrasada del petróleo y la energía eléctrica que tiene la Presidenta, la producción, industrialización y distribución de alimentos tendría que estar en manos del gobierno.
Sin petróleo la nación puede vivir, pero “sin maíz no hay país”, dice el gobierno.
Y resulta que los principales productores de maíz son particulares de Sinaloa, Jalisco, Estado de México y Guanajuato.
¿Los va a expropiar en nombre de la soberanía y de garantizar que lleguen al pueblo los bienes estratégicos?
¿Va a expropiar a las grandes empresas particulares productoras de harina de maíz y de tortilla?
Son privados, y tienen en sus manos la producción y venta del principal alimento del más estratégico de los bienes: la comida.
El principal alimento de origen animal que consumen los mexicanos es el pollo.
¿Va a expropiar Bachoco y otras empresas de carne de ave y huevo por tratarse de productos estratégicos en la dieta de la gente?
Con la lógica de la Presidenta, y de Morena en general, esos bienes estratégicos para la vida de las personas deben estar en manos del gobierno.
La leche es fundamental. ¿Va a expropiar Lala y Alpura?
Grupo Herdez, y no el gobierno, es el líder en el mercado de moles, salsas, chiles envasados... ¿va expropiar Herdez para hacerse cargo de producción y distribución de esos alimentos de consumo básico desde épocas prehispánicas?
Walmart, grupo privado y extranjero, es el gran distribuidor y comercializador de alimentos. ¿Exprópiese en nombre de la soberanía alimentaria?
El mayor productor de alimentos en México es particular: Bimbo. Y buena parte de la agroindustria está en manos privadas y además extranjeras: Unilever, Nestlé, Pepsico, Coca Cola, Danone…
“¡Exprópielas, Presidenta!”, le dicen en voz baja y no tan baja algunos de sus colaboradores.
Garantizar que la comida llegue a todo el pueblo y no sólo a unos cuantos, ni que los privados saquen provecho económico de los bienes de la nación, como la tierra, es función del gobierno, creen y dicen.
El discurso de la Presidenta ayer fue claro: entre 1983 y 2018 se cambió la Constitución para entregar “bienes de la nación a unos cuantos privados y extranjeros”.
Si su tarea es recuperarlos tendrá que expropiar y regresar, por ejemplo, al reparto agrario. Revertir la reforma al artículo 27 de la Constitución que le dio la tierra en propiedad a los campesinos.
¿No? ¿Hacemos como que no la oímos?
Muy bien. Siga derramando incienso en el altar de Morena y a los pies de los capitostes del estatismo, señor Tricio, dueño de Lala.
Y usted, señor presidente del Consejo Coordinador Empresarial, continúe en su papel de publirrelacionista y ujier de la presidenta Sheinbaum, porque eso sí le sale.
Otro bien estratégico para la nación es el transporte y las comunicaciones. El gobierno tiene la obligación de garantizar el derecho del pueblo al libre tránsito.
¿Cuándo expropian ADO, Aeroméxico, autobuses urbanos? ¿En este periodo de sesiones? ¿En el que viene?
Y las carreteras, ¿cómo es posible que sean de “unas cuantas compañías privadas”? Es un servicio estratégico de la nación: el derecho constitucional a la libertad de tránsito por el país. ¿O no?
Faltan los medios de comunicación. Un bien tan preciado, la información veraz, ¿la van a dejar en poder de “grupos de poder económico que chantajean con noticias falsas y campañas de desprestigio para recuperar sus privilegios”?
Todos los bienes y servicios mencionados son más estratégicos que refinar petróleo, por poner un ejemplo.
El gobierno avanza en su propósito estatista. No es algo que supongamos, sino que ya empezó con lo energético y está en la ideología de la Presidenta de la República. Lo dijo ayer.
Regresó al gobierno el monopolio de la producción, refinación, venta y distribución de petróleo y electricidad, aunque pierde dinero a raudales.
Con esa lógica el gobierno tendrá el monopolio de la información (que es estratégica), aunque miente como respira.
Por ese camino veremos al gobierno en funciones de empresario de la producción de alimentos (por estratégico), aunque en lugar de distribuir leche venda caca (Leche Betty).