En un mundo donde la tecnología avanza en ciclos predecibles, la historia nos enseña que después de las burbujas y caídas existenciales, llegan las edades doradas de crecimiento.
El auge y colapso de la burbuja de las empresas “punto com” en 2001 ejemplifica este patrón. Hoy, después de más de dos décadas de crecimiento sostenido en el espacio criptográfico, nos preguntamos si Web3, la nueva revolución tecnológica, sigue este ciclo familiar.
Hasta ahora, Web3 (como se le llama a la nueva Internet) ha demostrado su potencial al impulsar las finanzas descentralizadas “DeFi”, que reemplaza intermediarios y confianza con contratos inteligentes inmutables. Sin embargo, gran parte de las transacciones en DeFi involucran activos digitales de pequeña capitalización que pueden llegar a ser volátiles.
Pero una tesis comúnmente compartida es que la “tokenización” de activos del mundo real desencadenará la próxima ola de crecimiento, transfiriendo miles de millones de dólares al espacio criptográfico.
La tokenización implica la conversión de activos reales o virtuales en unidades digitales en una cadena de bloques o plataforma blockchain. Esto facilita una representación más eficiente y segura de la propiedad, la transferencia o el acceso a estos activos.
Este proceso ya está en marcha, con gigantes financieros como BlackRock y Fidelity, junto con startups que han tokenizando activos como materias primas, bienes raíces y valores.
La tokenización simplifica las transacciones al reducir intermediarios, pero surgen problemas de confianza si el intermediario desaparece, lo que se conoce como el problema del oráculo de activos físicos.
Una solución nativa de Web3 involucra compromisos de partes codificados en contratos inteligentes y tokenizados. Las disputas se resuelven mediante algoritmos y resolutores de disputas descentralizados, minimizando la confianza requerida. Esto garantiza que los reclamos se cumplan y ofrece una seguridad similar a DeFi.
Tokenizar activos del mundo real de esta manera no solo habilita una economía programable en Web3, sino también una oportunidad de más de mil millones de dólares.
Cuando las tecnologías Web3 fortalezcan los activos tokenizados, puede que se abra la puerta a una economía completa y adaptable, eliminando los problemas tradicionales que la cadena de bloques pretende resolver.
El camino hacia una economía ideal, nueva y transformada está a la vuelta de la esquina, pero la pregunta es: ¿estamos listos para dar ese salto?