A medida que las elecciones más importantes se desarrollan en todo el mundo, la criptomoneda se está posicionando como un tema central.
Los candidatos presidenciales de Estados Unidos discuten con frecuencia las criptomonedas durante las elecciones. Algunos republicanos han evitado el tema, pero personajes como Donald Trump han demostrado una dualidad intrigante; a pesar de su escepticismo público, ha lanzado su propia colección de NFTs y tiene inversiones en el sector. Este tipo de acciones enfatiza una compleja conexión entre las opiniones públicas y las políticas personales.
Sin embargo, las criptomonedas no se limitan a los Estados Unidos. En México, la normativa y la implementación de estas tecnologías están siendo objeto de debate en las elecciones. Las criptomonedas podrían desempeñar un papel crucial en un país que busca modernizar su sistema financiero y aumentar la inclusión financiera.
Los candidatos deben evaluar cómo integrar estas tecnologías de forma segura y efectiva en la economía nacional, balanceando los beneficios potenciales con los riesgos asociados.
La aproximación del partido oficialista hacia las criptomonedas –con impuestos significativos y estrictas regulaciones bajo la ley de fintech– muestra un esfuerzo por encauzar la innovación financiera sin ceder ante la anarquía del mercado libre.
Aunque las criptomonedas ganan terreno en las agendas políticas, problemas acuciantes como la violencia del narcotráfico y la corrupción siguen relegando el debate sobre su regulación a un segundo plano.
A medida que México se acerca a sus elecciones más grandes hasta la fecha, la perspectiva de las criptomonedas parece permanecer marginal, aunque los candidatos individuales sugieren usar específicamente la blockchain para combatir problemas gubernamentales.
En las próximas décadas, la dirección que tomen estos debates podría tener efectos importantes no solo para los mercados financieros, sino también para la estructura misma de la economía global.
Mientras más nos acercamos a las elecciones, la persistente violencia de los cárteles y la corrupción destacan como las verdaderas urgencias nacionales, relegando temas como las criptomonedas a un segundo plano frente a desafíos más apremiantes y viscerales.