Frase célebre, al primero que se la escuché fue a mi querido Maestro Alejandro Aguilar “El Colorín”, hombre sabio del toreo; paciente con quien mostrara interés por aprender, por mejorar y nunca pensar que se sabe todo. En horas sordas de entrenamiento de salón, embistiendo en faenas largas a matadores de toros o novilleros, “El Colorín” se acercaba al torero, le hacía un comentario breve, preciso o incluso solamente con ponerle la mano en los riñones para que corrigiese la postura. En ese momento la lección quedaba aprendida, el toreo fluía y el maestro remataba la suerte con su frase: “Renovarse o morir”, que iba siempre más allá de la lección dada. Es un consejo de vida, siempre hay que estar abierto al aprendizaje con humildad.
Los festejos de “Reapertura” como fueron bautizados por Tauroplaza México, han sido un éxito que nos mantiene ilusionados. Mido los logros no desde lo acontecido en el ruedo, que evidentemente es importante, el verdadero éxito son los entradones y el ambientazo que hemos vivido en los cuatro festejos que se han llevado a cabo hasta el domingo pasado.
La Corrida de las Luces fue espectacular, con más de 20 mil asistentes. Las dos siguientes novilladas promediaron seis mil personas en los tendidos y, el domingo pasado, a la Corrida de Rejones y el Espectáculo Sinfónico Ecuestre asistieron alrededor de 15 mil personas que disfrutaron con la belleza del toreo a caballo, con la bravura del encierro de La Estancia y con la espectacularidad del folclor mexicano.
Obviamente llovieron las críticas de los “puristas” cuando se anunció la de rejones con el espectáculo ecuestre. Lo único que a mí no me cuadró en ese momento era la lidia de 4 toros en La Plaza México, pero el toro, sabio y rey de la fiesta, tiene maneras misteriosas de trabajar y por circunstancias ajenas el rejoneador Andy Cartagena no pudo actuar por temas sanitarios en el transporte de su cuadra y el cartel se modificó a seis toros en la plaza más importante de América, más la demostración del Centro Cultural Ecuestre Domecq.
Jorge Hernández Gárate, Emiliano Gamero, Fauro Aloi y el grupo de Forcados Amadores de México se las vieron con un encierro muy bien presentado de la ganadería guanajuatense de La Estancia. A las 4.30 en punto comenzó la primera parte del show ecuestre conformada por seis actos, 25 minutos exactos dieron paso a la corrida de rejones.
Jorge Hernández Gárate es un rejoneador consumado; buen jinete y buen torero. Pese a su juventud son más de 25 años como rejoneador desde su debut; el oficio y buen hacer en el ruedo quedaron evidenciados ante sus dos toros. Respetuoso de la vestimenta a la usanza portuguesa, sus caballos perfectamente aparejados. Su primer toro, el único que no funcionó, le negó opción alguna. Su segundo fue un buen toro y Jorge cuajó una de sus mejores faenas en este ruedo. Mantuvo el interés de la gente, no hubo tiempos muertos, hubo lidia y toreo. Falló con los aceros y lo que era de triunfo quedó en lágrimas de torero. En este toro el cabo de los forcados, René Tirado, ejecutó magistral pega, consolidándose como uno de los mejores forcados del mundo, así como usted lo lee.
Emiliano Gamero conecta con el público. Rebelde en sus formas, rompe paradigmas y le va al toro. Espectacular en algunas de sus maneras. Tuvo el lote soñado para el triunfo grande; una pena el fallo con el rejón final que le privó de un triunfo rotundo. Dio un par de vueltas al ruedo acompañado de los forcados que pegaron sus toros.
Fauro Aloi, con apenas tres años como profesional y 34 novilladas asumió el reto de presentarse en La Plaza México, vestido de corto y su cuadra con arreos a la portuguesa ya que aún es novillero y adoptará la usanza portuguesa al tomar la alternativa. Impresionó el aplomo, la personalidad y el valor de ejecutar el toreo. Cuenta con el conocimiento de terrenos y querencias, no en balde es nieto, sobrino e hijo de ganaderos. Como jinete sus cualidades saltan a la vista, bien montado, es evidente la conjunción natural con sus caballos para lidiar toros. No los obliga, su cuadra va convencida a la cara del toro y el resultado es muy bueno. Tuvo al verdadero sinodal del toreo: Dos toros serios, bravos y muy buenos. De no ser por el fallo con el rejón final hubiese cruzado la Puerta Grande.
Mi reconocimiento total a los forcados, los que pegaron brillaron enormemente: Carlos y René Tirado, Antonio Segura, Juan de Dios Corona y Jaime Guerrero.
Hay futuro en Fauro Aloi como rejoneador, la fiesta está viva, el corazón late en los tendidos, el alma en el ruedo y la esperanza en todos nosotros.