La Fiesta Está Viva

¡Gracias, gracias, gracias!

Celebramos el 78 aniversario de La México con otro lleno hasta el reloj, faltan unas horas y la emoción desborda ya a más de 40 mil asistentes.

Triplemente agradecidos estamos los taurinos por lo que hemos podido vivir esta última semana. Comenzamos con lo que comenté la semana pasada en este espacio, el regreso a la actividad taurina en la Monumental Plaza de Toros México, hecho que devolvió la libertad a los aficionados de esta cultura tras casi dos años de vivir una injusticia atroz y que tuvo que ser la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien devolviera la razón y la justicia a un sector de la sociedad considerado minoría y que, sin embargo, tiene el volumen de mexicanos de bien, capaces de mover una elección, ojo, son más de cinco millones de compatriotas que asisten por lo menos una vez al año a los toros. Esta alegría la celebramos con un lleno de más de 40 mil personas, con boleto pagado, a la Monumental el domingo 28 de enero. Padecimos las agresiones de una turba de personajes descontrolados de ira y sin razón: los antitaurinos, alrededor de 400, contra 40 mil adentro de la plaza; entre esa desagradable turba había grupos de choque, los mismos que pintan, vandalizan, agreden en otras manifestaciones, llegaron a La México y con barretas y palos destruyeron parte del inmueble y acosaron a aficionados que pacífica y civilizadamente llegaban al coso. Solitos se evidenciaron, solitos.

Tras el enorme fracaso de los antitaurinos, los AnimaNaturalis y todas estas agrupaciones, por lograr convencer a la sociedad con su intención prohibicionista, el único camino que encuentran ya, es intentar su cometido por la vía legal, con amparos absurdos, infundados, presentados por asociaciones que sólo existen en actas constitutivas recientes pero que no tienen actividad alguna de trabajo ecológico directo en el campo, financiados quién sabe por quién. Desesperados repiten una y mil veces argumentos, prácticamente todos falsos, salvo su intención de prohibir. Insultan, agreden y entorpecen la sana convivencia entre los mexicanos. La justicia está del lado de la libertad como lo han demostrado jueces coherentes y ministros comprometidos con un México mejor.

Escribo estas líneas feliz por haber vivido el segundo gracias del titular de esta columna, que corresponde al segundo lleno consecutivo en la Plaza México en una semana. El domingo 4 de febrero, con puente incluido, la plaza lució rebosante, llena de alegría y respeto, admiración por los toreros y amor por el toro. Sebastián Castella, Leo Valadez e Isaac Fonseca, que confirmó su alternativa ante una muy buena corrida de Xajay. Toros con el trapío que otorga la armonía en las hechuras del toro adulto y las proporciones del encaste en cuestión. Primero, segundo, tercero y cuarto en mi opinión fueron toros buenos, con distintos matices de la bravura cimentada en la casta que definen el concepto ganadero de este hierro.

El confirmante abrió plaza demostrando el pundonor y la raza que lo han colocado como uno de los toreros de los que la afición más espera. El triunfo ante su primero se esfumó por la espada y el sexto fue un toro que vino a menos y poco se pudo hacer en el tercio de muleta.

Castella abrió la Puerta Grande, cortando un apéndice en cada uno de sus toros. Solidez, oficio y una tauromaquia bien definida le sirvieron para aprovechar un gran lote de Xajay y hacer disfrutar al público que gozó con su entrega y manera de torear.

Valadez hizo la faena de la tarde, ante su primero estuvo muy torero, entendiendo perfectamente las condiciones del toro, aprovechando sus virtudes y aplicando el temple, la colocación y las distancias al ritmo de su faena para conseguir momentos de toreo lento, por bajo, ligado y de gran belleza. La espada privó al hidrocálido de cortar una oreja ganada a ley con torería y elegancia. Su segundo toro desarrolló genio y confirmó el dicho que “las hechuras en el toro, no mienten”.

El viento complicó a los tres toreros, de no haber molestado los toros merecían lidia en los medios, pero el invitado incómodo comprometió los terrenos y tuvieron que hacer una apuesta de valor aún mayor a lo que ya de suyo es torear.

El tercer gracias es para el maestro Pablo Hermoso de Mendoza que, horas más tarde a las que escribo estas líneas, dirá adiós a la plaza donde debutó en 1999 y de la que desde entonces es uno de los consentidos. Ha sido él uno de los mayores promotores de tauromaquia y aficionados en México, más de 875 corridas de toros en estos 24 años. Gracias maestro.

Le acompañan en el cartel Calita quien le confirmará alternativa a otro joven de enorme potencial y capacidad probada como es Arturo Gilio, ante un encierro de lujo del hierro queretano de Los Encinos.

Celebramos el 78 aniversario de La México con otro lleno hasta el reloj, faltan unas horas y la emoción desborda ya a más de 40 mil asistentes. Deseo que los pelafustanes no agredan, que la alcaldía Benito Juárez los contenga y que regresen a su casa, a sus perros y a sus gatos y les platiquen que la vida no es fácil.

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