Donald Trump 2.0 será más popular y poderoso. Atropelló literalmente a la candidata demócrata Kamala Harris. Se llevó además del Colegio Electoral, el voto popular, el Senado y probablemente la Cámara de Representantes. El tercer poder, el Judicial, lo tiene en el bolsillo, pues en su primer cuatrienio (2016-2020) nombró a tres jueces archiconservadores.
Trump hizo historia. Es apenas la segunda vez que un presidente que sale de la Casa Blanca logra regresar. Además, es la primera vez que un criminal convicto despachará en la Oficina Oval.
¿Qué hizo bien Trump y en qué falló Harris?
Trump leyó bien al electorado. Está enojado por la inflación. Si bien este año se corrigió, la que se tuvo al arrancar el sexenio de Joe Biden en 2021 fue la más alta en cuatro décadas. Los precios han dejado de subir, pero no es que los bienes se hayan abaratado. El precio de la gasolina alto irrita al estadounidense común. En California pagamos el galón de gasolina hasta en seis dólares. Por un chai late, seis y hasta ocho.
El republicano se apropió de la narrativa del candidato del dinamismo económico y más y mejores trabajos a través de la reducción impositiva, la desregulación y el proteccionismo comercial.
Los latinos, por ejemplo, la mayor minoría racial de cerca de 65 millones de personas, apoyaron al republicano como nunca en la historia: 45 por ciento del total. Y los jóvenes aún en mayores proporciones. No es que dejen de importarles los ataques arteros al inmigrante, pero les mueve más la necesidad de un buen empleo.
Su mayor línea de ataque fue la “invasión migratoria” y la frontera con México abierta. Acusó y arrinconó a Kamala, apodándola la “zar de la frontera”. Gastó en anuncios televisivos cerca de mil millones de dólares para insistir en que los migrantes que “nos envían” son la escoria de los otros países, además de criminales y violadores.
Ayudado por su genio tenebroso antimigrante, Steven Miller, proyectó al inmigrante como el que viene a arrancarle su empleo y beneficios al trabajador autóctono.
Biden y Harris le proporcionaron muchas municiones. Durante los años 2022 y 2023, las detenciones de la patrulla fronteriza representan picos históricos de 2.3 millones por año. Tan sólo en el mes de diciembre de 2023 los detenidos llegaron a 300 mil.
Kamala hizo una campaña loable. Pudo amarrar la nominación de su partido en tiempo récord y en el primero y único debate hizo trizas a su adversario.
Su mayor ataque a Trump, es un “tirano” que va a acabar con la democracia, es por lo menos etéreo. No le dice nada al ciudadano empobrecido por la inflación y enojado ante la cada vez más amplia brecha entre pobres y súper ricos.
Con escasos 100 días de campaña, no hubo tiempo para que el elector la conociera. El pecado original fue el “respeto” al presidente en funciones. Era obvio que a Biden le cayeron los años encima y a sus 82 está débil y decrépito. Les faltó garra a los demócratas y con Trump no hay lugar para escrúpulos. Una elección primaria hubiese llenado de ánimo a los demócratas y seguramente generado al mejor candidato de una nutrida bancada.
A final de cuentas, Trump ganó porque la mayoría de los electores votó por un cambio. Lo tendrán y de sobra en esta segunda administración.
Soy pesimista. No veo a Trump fortaleciendo ni el frente interno y menos el internacional. La reconstrucción que requiere el tejido social de Estados Unidos sólo puede venir de un estadista y ese, o esa, no estaba en la boleta de 2024.